El 'Juan Sebastián Elcano': Navegando hacia el futuro
Un barco en el mar es como un pequeño mundo aparte. Su seguridad, su destino y la vida de quienes están a bordo dependen de la preparación previa a su partida. Cada nudo atado, cada vela ajustada y cada curso trazado, son las decisiones que, acumuladas, pueden significar la diferencia entre una travesía exitosa y un desastre. La mar, en su inmensidad y misterio, no perdona la negligencia ni la arrogancia. Por ello, la preparación de un barco es un acto de respeto: respeto por el mar, por la nave y, lo más importante, por las vidas que lleva consigo.
A bordo del Juan Sebastián Elcano, buque–escuela de la Armada que rinde honores al célebre marino español que completó la primera vuelta al mundo, esta responsabilidad recae en su comandante, el capitán de Navío Luis Carreras- Presas do Campo. El bergantín–goleta, con toda su carga representativa, pieza clave en la formación naval y emblema de la diplomacia y cultura españolas, es ante todo un barco. Cada detalle en su preparación puede tener un impacto posterior en el viaje.
Sometido a un plan plurianual de modernización y mantenimiento, decenas de operarios trabajan a bordo del Elcano estos días finalizando la remodelación de dependencias a bordo, camarotes, sollados, cámara de derrota, revisión y montaje de las velas, repaso del laberinto de drizas, retenidas, cargaderas y jarcia, punto por punto. Todo con vistas a las inspecciones a la que será sometido en la semana previa a su partida.
Entre otras mejoras, destaca la instalación de un nuevo aula que mejorará las capacidades educativas del buque. Otra, la renovación de equipos de climatización en todo el buque.
Atracado en La Carraca, Navantia es la responsable de estos trabajos de modernización de un barco nonagenario pero cuyas funciones como centro docente, no solo no envejecen, sino que tienen un enorme futuro de cara a la formación integral de los futuros oficiales de la Armada. En la cadena de suministro de la tractora naval, un elenco de empresas gaditanas de su cadena de suministro, simbolizan también la enorme tradición de nuestros astilleros y su capacidad tecnológica.
Rodeado de grúas, el Juan Sebastián de Elcano se somete a un exhaustivo plan de mantenimiento, asegurando su operatividad y preservando su legado para futuras generaciones de marinos. Hay que preservar la esencia del barco tal como fue construido en 1927 en Cádiz, mientras se incorporan mejoras tecnológicas y de adaptación a los tiempos actuales. Un proyecto de gran magnitud del proyecto que requiere mantener un barco con un legado tan significativo, no solo como una pieza de la historia naval, sino también como una herramienta educativa activa y un símbolo de la tradición marítima de España.
Para la Armada, el mantenimiento y mejora del Juan Sebastián de Elcano no es solo una cuestión de preservación física, sino también una inversión en su futuro como escuela flotante y embajada itinerante, garantizando la seguridad en la navegación, la protección del medio ambiente y la sostenibilidad y respeto al medioambiente. No en vano, navega siempre que puede impulsado por el viento en sus 20 velas.
La inversión de este año en las tareas ejecutadas dentro de un plan de cuatro años asciende a 8 millones de euros.
Las pruebas de mar realizadas a mediados de diciembre han sido esenciales para validar todas las labores realizadas durante los últimos 6 meses de trabajo y asegurar que el velero está en óptimas condiciones para su misión. Este proceso ha garantizado que todas las mejoras y reparaciones cumplen con los estándares más altos de seguridad y funcionalidad, que serán inspeccionados a principios de la segunda semana de enero.
El buque ha demostrado su robustez y fiabilidad en todo tipo de condiciones meteorológicas, incluso en las más adversas. Ha realizado once vueltas al mundo y cruzado el Atlántico únicamente a vela en nueve ocasiones. La máxima escora registrada fue de 48 grados en 1955, y la velocidad máxima alcanzada, 17 nudos en 1991.
Ha ganado en diez ocasiones la prestigiosa Boston Teapot, otorgada cada año por la Sail Training International al buque que consigue navegar a vela el mayor número de millas en 124 horas.
El próximo crucero de instrucción no será solo un viaje físico a través de mares y océanos, sino un viaje a través de la historia, la cultura y la diplomacia. El emblemático buque seguirá formando a los futuros líderes de la Armada mientras fortalece los lazos de España con el mundo. Desde Cádiz. Como dice el tango: “Cumple su edad / nave inmortal / Juan Sebastián de Elcano / símbolo gaditano / surcando va por el mar. / No hay temporal ni vendaval / que pueda con sus velas / porque marcado lleva / sudores de la ciudad. / Marinero de proa sube al palo mayor / cuando salgas de la bahía / sentirás con amor / que este bello rincón / te despido por alegrías”, que cantó el coro ‘Los Buhoneros’, primer premio del Carnaval de 1979.
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