La Junta de Andalucía pretende "entrenar" a los desempleados con gafas de realidad virtual

La consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, presenta en Cádiz el Centro de Orientación, Emprendimiento, Acompañamiento e Innovación, que propone esta 'gamificación' de la búsqueda de trabajo

Las gafas virtuales para entrenarse en la búsqueda de empleo.
J. M.

12 de junio 2023 - 21:57

Cádiz/La consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, ha presentado esta tarde en Cádiz el Centro de Orientación, Emprendimiento, Acompañamiento e Innovación (COE), "un instrumento fundamental y clave para mejorar la empleabilidad de las personas y la productividad de las empresas". Y su primer proyecto piloto no puede ser más asombroso: un videojuego de realidad virtual, de los que se juegan con gafas y mandos, con el que pretenden "entrenar a los desempleados para mejorar sus competencias en la búsqueda de trabajo". Así lo titula el Gobierno Andaluz en su nota de prensa oficial.

El COE, que presupuestariamente está cubierto con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resilencia, tendrá su sede en Sevilla, pero habrá uno en cada provincia de España y otro a nivel nacional. "Es un centro de experimentación e innovación en el que se van poner en valor las mejores prácticas para mejorar el talento que tiene nuestra población trabajadora y mejorar también su inserción laboral", dijo la consejera a los periodistas. Rocio Blanco presentó este nuevo organismo a los representantes provinciales de los agentes económicos y sociales, las entidades de orientación y la universidad, entre otros colectivos, en un acto previo a la celebración mañana de la I Convención Anual sobre Orientación y Emprendimiento.

"Se van a hacer pruebas piloto, evaluación de las políticas que estamos implantando, se va a hacer formación de los orientadores del Servicio Andaluz de Empleo, una serie de mejoras continuas en cuanto a la finalidad a la que nos tenemos que dedicar, que es insertar laboralmente a los desempleados y a las personas ocupadas que buscan un mejor empleo", añadió Rocío Blanco.

"En este sentido vamos a presentar hoy un proyecto novedoso en Andalucía, que es un proyecto de realidad virtual con una gamificación en la que con unas gafas de realidad virtual, las personas desempleadas van a poder tener experiencias reales de cómo se enfrentaría a situaciones de estrés laboral o de acercamiento a determinados puestos de trabajo, o a entrevistas de trabajo", explicó la consejera de empleo. "Esta primera gamificación de realidad virtual, se va desplazar por toda Andalucía hasta el 31 de diciembre para permitirles [a desempleados y personas en busca de un mejor empleo] ese acercamiento a una realidad laboral que les va esperar a la vuelta de la esquina", adelantó Rocío Blanco.

"También vamos a presentar un centro de orientación en el que va a permitir a las personas desempleadas y ocupadas que quieran mejorar su situación laboral poner en práctica esas experiencias laborales para el desarrollo y la mejora de la empleabilidad. Se trata de mejorar con la actuación que realiza el SAE en la orientación laboral y en una inserción laboral óptima. El empleo es el gran motor de cambio que tiene una sociedad y esperemos que este punto de inicio que arranca hoy en Cádiz sea solo el comienzo de nuevas experiencias que lleven a insertar laboralmente a los desempleados", concluyó la consejera.

Cómo convencer a un directivo en un minuto en el ascensor

Si su hijo veinteañero -o treintañero- lleva tres meses sin salir de la habitación y sin quitarse las gafas de realidad virtual, no lo moleste, porque puede que no esté jugando o solazándose, sino buscando empleo o aprendiendo a buscarlo. La Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía ha 'gamificado' la orientación laboral -de manera experimental, afortunadamente de momento- y pretende "entrenar a los desempleados" a través de un videojuego virtual en el que el aspirante a un empleo se enfrenta a cuatro duras pruebas, a lo que se ve, fundamentales para encontrar un puesto de trabajo digno hoy en día.

La prueba comienza en una especie de observatorio desde cuya cúpula se ve la luna a un palmo. Una metáfora quizá de lo accesible que resulta hoy un empleo. Uno entra en un lugar que llaman biblioteca, pero que en realidad, en el futuro, podría ser un prototipo de una oficina virtual del SAE. Allí le recibe un técnico robotizado, con pinta de instructor de gimnasio, que informa al aspirante de que tiene cuatro opciones: someterse a un test de autoevaluación, al denominado elevator speech, a una prueba consistente, al parecer, en repartir bultos en una moto y a una prueba oratoria en la que elementos disruptores -no necesariamente contestatarios- estarán muy empeñados en interrumpir o directamente boicotear el discurso del aspirante, pongamos, por ejemplo, a un puesto de camarero en un chiringuito de playa durante este verano.

Al test de autoevaluación se presenta uno ante una especie de directora de Recursos Humanos, robotizada también, en este caso con aspecto de psicóloga elfa, que te somete a una batería de preguntas estándar sobre personalidad, carácter y capacidades de trabajo, labor en equipo y liderazgo que cualquiera podría encontrar en un blog de autoayuda. Un pequeño fallo en la configuración, seguro que fácilmente subsanable, hizo que en nuestra experiencia piloto nos encontrásemos en una especial situación de desigualdad, con el borde de la mesa a la altura de los ojos.

Pero la estrella de las pruebas, según nos explican, es el elevator speech. El aspirante coincide en el ascensor con un alto directivo de la empresa -quizá con el mismísimo presidente del Consejo de Administración- y tiene un minuto para convencerle de que es el mejor candidato para el puesto. Afortunadamente no llegamos a experimentar este reto. La batería de pruebas se completa con las anteriormente reseñadas.

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