Lola Cazalilla: “Estamos muy satisfechos, incluso por encima de lo que esperábamos”

La celebración del 5 de enero en Cádiz

La concejala de Cultura y Fiestas destaca la capacidad del Ayuntamiento para adaptar la jornada del 5 de enero a las circunstancias de la pandemia

La programación matutina se quiere mantener

En imágenes: Los Reyes Magos recorren los barrios de Cádiz
Recorrido de los Reyes Magos por los barrios de Cádiz / Lourdes De Vicente

Sensación de triunfo en tiempos de adversidad. No era fácil el papel del Ayuntamiento en relación al 5 de enero, debido a las limitaciones impuestas por la pandemia y a las recomendaciones trasladadas en medio del considerable aumento de contagios. Los técnicos y concejales de gobierno han deambulado durante meses, y especialmente en las últimas semanas, sobre un fino alambre entre el sí y el no, entre el suspender o el seguir adelante, entre mantener la fórmula consolidada de años atrás o plantear nuevas alternativas que se adaptaran a las circunstancias. Y desde luego, no se puede decir que hayan sido conformistas ni que hayan buscado la comodidad de sus cargos. Por eso, más allá de osos torcidos y otros incidentes puntuales, la concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla, no esconde que desde que los Reyes Magos bajaron de sus carrozas en la noche del 5 de enero “estamos muy satisfechos, incluso por encima de lo que esperábamos”.

Varios aspectos son los que analiza la concejala respecto a la jornada de Reyes. El más positivo respecto al trabajo de Fiestas es el desarrollo de la jornada matutina, donde las tradicionales visitas a hospitales, residencias de mayores y otros centros y el saludo desde el balcón consistorial tuvieron que ser sustituidas por un curioso recorrido de Sus Majestades a lo largo y ancho de la ciudad. “Tenemos muy claro que ha sido un acierto. Llevar a los Reyes por los barrios y por las calles durante la mañana de forma tan cercana es algo necesario. Se ha tenido que hacer de manera coyuntural por la situación que vivimos, pero realmente se puede mantener sin que estemos en un contexto de pandemia”, traslada Cazalilla, convencida de que “ver a los Reyes Magos desde el balcón de tu casa, en la plazoleta del barrio, de manera mucho más cercana que en la Cabalgata es algo que funciona y que tiene mucho sentido”.

Tal es el grado de satisfacción del equipo de gobierno, que la responsable de Fiestas ya habla de “dar una vuelta a la mañana del día 5, más allá de las visitas institucionales”. “El balance de la mañana es fantástico, ha gustado mucho a los vecinos y a la propia comitiva de Sus Majestades”, añade Cazalilla, que en esta línea apuesta por “crear un precedente” de cara a años venideros.

El otro gran elemento que ponen de relieve en Fiestas es el feliz desarrollo de la cabalgata de vallas hacia afuera. Al margen de debates -que tendrá que haberlos pero que, al mismo tiempo, no son nada nuevo en las cabalgatas del 5 de enero, por más que las redes sociales se hayan incendiado este año- lo que valora la concejala es la ausencia de incidentes, que para ella tiene tres motivos fundamentales. El primero de ellos, “el comportamiento ejemplar de la gente”; el segundo, la decisión de no lanzar caramelos desde las carrozas, para evitar aglomeraciones de público en busca del preciado azúcar; y el tercero, la ampliación del recorrido, partiendo de Ingeniero La Cierva en lugar de los Cuarteles. “Estamos acostumbrados a que la ciudad sea responsable a la hora de dar la cara; pero aún así ha sido un orgullo el comportamiento durante la cabalgata”, afirma la concejala, que reconoce que ha llegado a llamar la atención “la aceptación de los caramelos y el agradecimiento, incluso, que nos han trasladado”.

Detrás de todas estas decisiones y del desarrollo de la jornada festiva del 5 de enero no hay casualidad, ni suerte en las decisiones tomadas. Según explica Lola Cazalilla, tras la programación desarrollada el miércoles hay “un trabajo bestial, mucha previsión”. “El equipo tiene una gran capacidad de adaptación y una intención firme de no cancelar, de buscar otras fórmulas”, destaca la concejala, que alaba la labor de los técnicos, “que son personas dispuestas a arriesgarse de verdad”. De hecho, asegura que al margen de la solución adoptada para este año se habían planteado otros posibles escenarios para la celebración del día de Reyes, en caso de que las limitaciones y prohibiciones hubieran sido más restrictivas.

A este equipo de técnicos municipales suma también la concejala al resto de agentes que participan en la organización y que velan por el buen desarrollo de la jornada. Policía Local y Nacional, Guardia Civil, Protección Civil… “Es un pedazo de equipo. Por eso salen las cosas, porque todas estas personas saben que las cosas tienen que salir bien el 5 de enero”.

“Sabemos que hay cosas que pueden no funcionar y que hay mucho margen de error; pero somos valientes, que no temerarios, porque de hecho la seguridad es algo que tenemos muy claro”, defiende Lola Cazalilla, muy satisfecha por la capacidad de reacción y de adaptación que han tenido por segundo año consecutivo para la celebración de la fiesta de Reyes Magos.

Un experimento de cara a la Semana Santa

No es solo el desarrollo, no es solo el hecho de que se haya evitado la precipitación en la toma de decisiones, que se hayan buscado las fórmulas y alternativas posibles para que el evento pudiera celebrarse pese a la situación motivada actualmente por la pandemia del Covid. Es el trabajo completo, la gestión de las fiestas en tiempo de pandemia. La jornada del 5 de enero puede considerarse una prueba de fuego evidente de cara a la venidera Semana Santa.

En el calendario de 2022, son las salidas procesionales de Domingo de Ramos a Resurrección la próxima gran celebración que aguarda la ciudad. Y en el Ayuntamiento son conscientes de que lo ocurrido el 5 de enero puede servir de prueba, de experimento, de cara a la gestión de una celebración que tiene muchas papeletas para estar sujeta a condicionantes, limitaciones y demás elementos que haya que sortear para ver pasos en las calles.

“La Semana Santa tiene un comportamiento de la gente que sí es similar, en muchos aspectos, al del día 5, así que para nosotros si puede haber servido toda la gestión y organización de la jornada de Reyes como prueba o precedente de lo que está por venir”, explica la concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla, que sin embargo rechaza que pueda servir también de experimento de cara al Carnaval previsto para junio, “porque el Carnaval tiene una naturaleza diferente, es una fiesta de nueve días seguidos y el comportamiento del público (respecto a sus desplazamientos y a los tiempos de permanencia en un punto concreto de la ciudad) es muy distinto”.

La concejala de Fiestas lleva meses manteniendo reuniones con los responsables de las hermandades gaditanas, planteando las posibilidades de cara a la próxima Semana Santa y estudiando distintos escenarios que pueden darse en relación a la pandemia del Covid y las limitaciones que la situación sanitaria impongan. De hecho, ya se anunció hace meses la posibilidad de que hubiera limitación de aforo en determinadas calles que no permitieran esa amplitud y distancia interpersonal que siguen recomendando las autoridades sanitarias. En cualquier caso, al igual que ha ocurrido con el 5 de enero y la programación de los Reyes Magos, Lola Cazalilla lo tiene claro: “Si vemos que podemos hacer las cosas, vamos a tirar para adelante”.

stats