Lola Palomino, vocal social del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz: "No sólo estamos para dispensar medicamentos"
Violencia de género
Los farmacéuticos de Cádiz recogerán el próximo día 13 de abril en Sevilla un galardón por sus iniciativas contra la violencia de género
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Las farmacias de Cádiz, "espacios seguros" frente a la violencia de género también durante el Carnaval
La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, a través del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), ha dado a conocer el fallo del jurado de los Premios Meridiana que en esta 27ª edición reconocen a18 personas, colectivos e instituciones por su labor en la defensa de la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres en Andalucía.
En Iniciativas contra la violencia de género se distingue al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz y a la presidenta de la asociación Feministas en Red de Sevilla, Carmen Torres Moreno.
Así, el jurado de los Premios Meridiana otorga el reconocimiento a iniciativas contra la violencia de género al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz por su contribución en la difusión de los recursos del Instituto Andaluz de la Mujer a las mujeres víctimas de violencia de género en la provincia de Cádiz.
De esta forma, las casis 500 (497) farmacias de la provincia de Cádiz ofrecen información sobre los recursos dirigidos a las víctimas de violencia de género. Además, forman y sensibilizan a su personal en la detección de este tipo de casos e incluso han establecido protocolos de actuación. También colaboran con el Centro Provincial de la Mujer en la realización de charlas a asociaciones de mujeres sobre temas relacionados con la mujer y la salud, especialmente en las zonas rurales.
Este año la entrega de premios se celebrará el próximo 13 de marzo en los Reales Alcázares de Sevilla en el marco del Día Internacional de las Mujeres. Cabe destacar que la propuesta del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Cádiz llegó de parte de la Federación de Asociaciones de Mujeres Sol Rural, con sede en la Barca de la Florida.
Lola Palomino, vocal de Relaciones con Asociaciones de Pacientes y Farmacia Social del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Cádiz (COF) cuenta que el origen de todo esto está en una iniciativa del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, que puso sobre la mesa un protocolo que había que trasladar a todos los colegios de España y a todas las farmacias españolas, entre ellas, a los 497 establecimientos de la provincia de Cádiz.
"No podíamos dejar que ese protocolo se quedara en el tintero así que decidí y decidimos plantearnos con seriedad y rigor que las farmacias son establecimientos a pie de calle en los que no hace falta pedir ni hora ni cita y donde tenemos el 75% de personal mujer, que conocemos a nuestros vecinos y pacientes", según Palomino.
Esta activa representante del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz tiene claro que "no sólo podemos abrir nuestras farmacias para darles información de lo que ofrece el Instituto de la Mujer a la mujer víctima de malos tratos sino que debemos y podemos actuar no sólo en la prevención del maltrato sino en intentar evitar que todo vaya a más".
Al final terminal en una farmacia
Así, Lola Palomino, que regenta, además, una farmacia en la calle Acacias de Cádiz, explica que cualquier mujer que sufre maltrato o violencia de género podrá ir al médico, al traumatólogo, al psiquiatra, al psicólogo, pero, al final, termina en una farmacia "aunque sólo sea para aliviar el dolor de un moratón".
"Lo mismo acude a nosotros para comprar antidepresivos, ansiolíticos para intentar conciliar el sueño, tranquilizantes, analgésicos o incluso productos para la salud sexual, ya que estas mujeres suelen ser víctimas de agresiones sexuales continuadas. Pero, al final, terminal en una farmacia".
Ahí será donde el farmacéutico o farmacéutica deberá hacer uso de su instinto y formación profesional para saber detectar un posible caso de violencia de género y abordar, siempre con cariño y tacto, y nunca en actitud acusadora a esa mujer que requiere ayuda externa para salir del trance.
El farmacéutico intentará, con la mayor discreción del mundo, ayudarla a tomar una decisión. La vocal social del COF insiste en que esto se hace más necesario en ciertos barrios con una población más vulnerable o en pueblos donde sólo hay una o dos farmacias y donde la Policía o la Guardia Civil no cuenta con un puesto fijo de asistencia a la ciudadanía.
¿Cómo va la cosa por casa?
"Abordamos a esa mujer con preguntas muy abiertas como la típica de '¿cómo van las cosas por casa?. Son esas pacientes que suelen darse varios golpes con los muebles de manera accidental a lo largo de una semana o que se cae cuatro veces por las escaleras de casa en un mismo mes. Les hablamos en un clima de confianza, y tratar de no juzgarle y darle toda la ayuda posible si sospechamos de un caso claro de violencia y de que se trata de una persona que no está preparada y que su vida corre riesgo". Es ahí donde se activa el protocolo cero en el que se advierte a las fuerzas de orden público mediante una llamada al 016 y ya son ellos los que, de oficio, actúan sin que aparezca en ningún sitio el nombre del denunciante ni el de la farmacia que ha reclamado esta ayuda para esta mujer víctima de violencia de género.
Lola Palomino, que se siente muy orgullosa de esta mención del Premio Meridiana, indica que hay formas más directas de actuar como puede ser que te llegue a la farmacia alguien huyendo. "En ese caso echamos la baraja y llamamos a la Policía o a Urgencias si la persona presenta algún tipo de herida".
Pero la posible ayuda no se queda ahí, ya que el protocolo plantea la posibilidad de ayudar a una mujer que alguna vez fue víctima de violencia de género pero que su pareja ya se apartó de su vida. Los farmacéuticos le hablarán en ese caso de las distintas ayudas de los ayuntamientos, asesoramiento jurídico, tanto para ella como para sus hijos, en el caso de que los tuviera. "Hay que ser conscientes que, en estos casos, el hombre sale de su vida y ella se queda sola".
Violencia de género en las fiestas populares
Palomino plantea también los casos de la violencia machista en las fiestas populares, como puede ser el Carnaval. Para eso se habló con el Ayuntamiento y se crearon unas pegatinas que diferencian a las farmacias como un "espacio seguro". "Pero claro, necesitamos que esto lo sepa la ciudadanía, porque aún son muchas las personas que no saben nada sobre este compromiso en la lucha contra esta lacra. Lo hacemos por echar una mano y tratar de prevenir antes que curar".
La propietaria de la farmacia de la calle Acacias admite que "todos los compañeros y compañeras conocemos casos de violencia de género y este protocolo nos ayuda a saber cómo podemos y debemos actuar". Ella habla de que, a veces, detectan signos muy evidentes de que hay un caso delante de sus narices: actitud temerosa, dispuesta a salir corriendo en cualquier momento o mirando para atrás, "con angustia, con un cierto abandono del aseo o bien con numerosas peticiones de tranquilizantes incluso naturales para poder dormir mejor. A veces el varón la acompaña y en él se ven también signos evidentes de dominación: "No la deja hablar, le coge el teléfono, le quita la cartera para pagar...", indica Lola Palomino.
Colaboración institucional
La vocal de temas sociales del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz destaca la importancia que tiene la colaboración que se mantiene en Cádiz tanto con el Ayuntamiento como con la Diputación o la Policía Nacional o la Guardia Civil. Con todos ellos han mantenido reuniones y todos han sabido valorar la iniciativa, sobre todo al ver que al frente de la misma se encuentra personal altamente cualificado y que son casi 500 las farmacias abiertas en la provincia de Cádiz, o sea, 500 puntos de atención en la lucha contra los malos tratos o una violencia de género que el año pasado se llevó por delante a cuatro mujeres en la provincia.
A su vez, esta reconocida profesional indica que la violencia de género afecta a la salud de la mujer "sí o sí", ya que termina por agravar todas sus enfermedades crónicas: Si es hipertensa, tendrá la tensión más descontrolada y menos vigilada, igual que pasa con las diabéticas, tendrán más depresión... "todo lo que sea crónico se verá agravado", asevera Palomino.
Este tipo de violencia afecta a cuatro campos de la salud. A la salud física, con golpes, quemaduras, arañazos... A la salud mental, con un deterioro de la salud mental, baja autoestima, depresión e incluso intentos de suicidio... A la salud reproductiva, ya que son víctimas de numerosos abusos sexuales no consentidos que perjudica seriamente a la mujer... Y finalmente a la salud de los hijos que eso, al fin y al cabo, afecta seriamente a la salud de la madre.
Desde el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Cádiz se han organizado charlas en distintas poblaciones, "donde buscamos siempre la mayor implicación tanto por parte de los ayuntamientos como de la Diputación Provincial para que se impliquen directamente en la campaña, algo que finalmente no resulta difícil por la naturaleza del tema en sí", indica Lola Palomino.
"Me ha tocado a mí"
La farmacéutica de Acacias resalta también que hay aún mujeres, sobre todo las de edades más avanzadas, que cree que "me ha tocado a mí y tengo que vivir con esto hasta que me muera o se muera él", sobre todo cuando son casos en los que la violencia es algo menor. "Ahí intentamos hacerles ver que no están solas, que tienen esta asociación o esta otra, este teléfono o este otro y que ahí pueden pedir ayuda, ahí nadie se reirá de ellas y tratarán siempre de acompañarlas y darles fuerza en esa lucha contra la violencia sexista"
Además, este colectivo de sanitarios son también, en ocasiones, testigos, de menores o jóvenes que que son, a edades muy tempranas, también víctimas de esta lacra. "Vemos que vienen a pedirnos la píldora del día después con demasiada asiduidad y que lo usan casi como un método anticonceptivo, o que nos cuentan que se la toman todos los fines de semana, algo que es una barbaridad. Les decimos que tienen que acudir al ginecólogo y notas que, al final, son mujeres que ya están viéndose sometidas por sus parejas y, a veces, no es fácil hacerles ver que ese sometimiento no es normal".
Hay que reconocer que este colectivo está sometido a un riesgo al enfrentarse cara a cara con casos reales, detrás de los cuales hay siempre un maltratador que puede acercarse a la farmacia para rendirles cuenta sobre "¿quiénes sois vosotros para meterse en nuestras vidas?". "Nunca podemos juzgar ni acusar sino que intentamos poner a la víctima en el camino correcto para que tome las medidas necesarias que están en manos de personas muy preparadas que pueden estar en el Instituto Andaluz de la Mujer o el Centro Integral de la Mujer.
La farmacia como centro asistencial
"Somos centros asistenciales, como ya quedó patente durante la pandemia, y somos centros sociales que colaboran directamente con el Sistema Andaluz de Salud y que pueden contar con nosotros en todo aquello en lo que podamos ser útiles para el bien de nuestra comunidad", según Lola Palomino, que recuerda que "no sólo dispensamos medicamentos sino que apoyamos. Somos una profesión generosa, cercana y proactiva", y esto es lo que ha premiado la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, a través del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).
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