Martín Vila impone su decisión de peatonalizar Marianista Cubillo

La peatonalización de la calle Marianista Cubillo parece ya imparable. Por mucho que vecinos, hosteleros, transportistas y taxistas han querido convencer al concejal delegado de Movilidad Urbana, Martín Vila, de que aceptara algunas de sus condiciones como que se implantara un carril de circulación por esa calle, al menos durante los días no lectivos, el Ayuntamiento tirará para adelante con su proyecto inicial.

En una nota remitida por la propia Corporación, la propuesta del carril es “una medida que es respetada pero no compartida por el Gobierno local, por lo que se le ha pedido a la entidad vecinal que presente una propuesta de mejoras de las calles adyacentes a esta zona”.

La versión que dan los vecinos sobre el razonamiento con el que Martín Vila ha defendido su decisión de hacer oídos sordos a la propuesta es bien distinta: “Lo hacemos porque somos malos y ya está”.

Natalia Smirnova, representante de los vecinos del entorno de Marianista Cubillo, es la que pone estas palabras en boca de Martín Vila durante el encuentro que mantuvo este lunes el Ayuntamiento con la Federación de vecinos 5 de Abril, la asociación de vecinos San José Playa, así como con representantes del AMPA del IESDrago. Esta reunión estuvo presidido por la mediadora del Defensor delPueblo Andaluz, María José Ruiz, y, en nombre del Ayuntamiento, estuvieron Martín Vila y Ana Fernández, como concejala de Enseñanza.

Según Smirnova, la propia representante del Defensor del Pueblo “resumió la reunión diciendo que desgraciadamente no se puede mediar porque la decisión del concejal de peatonalizar la calle es inamovible”.

Los vecinos, que llegaron al encuentro portando escritos de los taxistas, hosteleros y transportistas apoyando su misma visión en contra de la peatonalización de la calle Marianista Cubillo, afirman que salieron de la reunión con la sensación de que todo fue una “pérdida de tiempo” y un “puro trámite”, por parte de los representantes municipales.

Los representantes vecinales se muestran en contra de peatonalización, porque no quieren “convertir la calle en una prolongación del patio del Drago, que supondrá más ruido que no les dejará descansar ni de día ni de noche porque temen que la calle se convierte en una plaza para el botellón en verano”.

La propuesta vecinal consiste en dejar un carril para el paso de los transportistas y del servicio de taxi, que al tener la calle excluida al tráfico deben dar muchos rodeos, algo que “conlleva el aumento del coste, contaminación e imposibilidad de dar servicios puerta a puerta”.