Más allá del puerto, la ciudad
El desarrollo de la ciudad | Nuevos espacios de oportunidad
La Autoridad Portuaria ha puesto sobre la mesa cuatro propuestas para dar un uso de ciudad a 300 hectáreas
El diseño debe tener en cuenta la realidad del conjunto de Cádiz
Cádiz/¿Cuántos años, o décadas, llevamos hablando de la integración del puerto-ciudad? Como en otras grandes operaciones urbanas hemos chocado con divergencias políticas, problemas económicos y falta de impulso ciudadano a la hora de culminar el rediseño de este espacio.
Ahora, parece, nos enfrentamos a los cambios de uso de unas 300 hectáreas con el apoyo de todas las administraciones públicas implicadas, cada una de un color político diferente. Debería ser un punto de partida positivo para los intereses de la ciudad. Al fin y al cabo hablamos de una operación urbanística de inmenso calado; tal vez la más importante en décadas para asentar el desarrollo económico y social de Cádiz.
El eficaz trabajo realizado por el equipo del catedrático de la UCA Juan Manuel Barragán, y de los que han participado en el curso coordinado por la Universidad Politécnica de Madrid, ha puesto sobre la mesa cuatro propuestas de actuación. Cuatro como podían haber sido decenas, pues la imaginación abre todas las posibilidades que se quieran. Sobre esta base habrá que definir lo que se quiere hacer. Y hacerlo.
Analizados los proyectos presentados, y que se pueden ver en las exposiciones abiertas en la Casa de Iberoamérica y en la propia verja del muelle, y teniendo en cuenta que éstos se plantean bajo el epígrafe de la integración del puerto y la ciudad se echa en falta la ausencia de propuestas de la futura conexión entre el muelle Ciudad y el paseo de Canalejas, como la gran puerta de entrada a Cádiz desde el suelo portuario, o la entrada al puerto desde la propia ciudad. Aunque este suelo queda fuera del patrimonio de la APBC, la participación en este plan del Ayuntamiento debería haber integrado este espacio dentro de la reordenación integral propuesta.
Cabe recordar que hasta ahora sólo el PSOE, cuando Rafael Román se presentó a la Alcaldía, lanzó un plan urbanístico de calado para este suelo, bajo el nombre de la Gran Plaza del Mar.
Pero, más allá de este terreno fronterizo entre el muelle y la ciudad, por lo que se ve en las cuatro alternativas elaboradas en estos meses, da la sensación de que no se ha tenido en cuenta el estado del urbanismo en el resto de la ciudad y la necesidad de plantear nuevos equipamientos con una visión global de Cádiz.
La ciudad, a pesar de su reducido tamaño y de las necesidades que tiene, mantiene un elevado número de terrenos sin uso alguno. Espacios destinados inicialmente a la instalación de grandes empresas (polígono exterior de la Zona Franca), equipamientos públicos (solar de San Severiano y terrenos de Puntales) o suelo para viviendas (Matadero, Loreto, Varela...). Por ello, cualquier planeamiento sobre nuestro futuro como ciudad debería de tener en cuenta la totalidad del terreno disponible y evitar duplicidad de ofertas.
Dentro de lo expuesto en las cuatro propuestas portuarias hay apuestas que chocan con este concepto urbano. Se apuesta, así, por la construcción de viviendas (con lo que puede chocar con la presencia de locales de ocio ) e incluso alguno proyecta un campo de fútbol e incluso un centro de interpretación y una carpa dedicada al carnaval, además de un auditorio como aquel que se pintó en su día, a modo de centro multiusos, en la glorieta de la Zona Franca.
De esta forma cabría esperar que lo que finalmente se desarrolle en estas 300 hectáreas (más el necesario alargue de la operación hacia el paseo de Canalejas) complete y no repita sobre lo que ya hay en el resto del término de la capital.
Entre sus muchos problemas, Cádiz sufre un importante déficit de viviendas y de empleo. En el primero de los casos, antes de levantar pisos en el suelo portuario sería más lógico ocupar las parcelas ahora vacías en toda la ciudad y apostar, también, por el cambio de uso a residencial en San Severiano y Puntales, puesto que en el primero de los casos no se hará allí la Ciudad de la Justicia y en el segundo, por mucho que diga la Junta, no se levantará el nuevo Hospital Regional.
Esta ciudad debe asumir que no tiene sitio libre para atender a toda la demanda de vivienda pública y privada pero sí cuenta con suelo para reducir notablemente este déficit, asumiendo también que el techo de la población no debería pasar como máximo de los 130.000 vecinos.
En cuanto al empleo, la reurbanización portuaria sí debería apostar claramente por la creación de nuevos puestos de trabajo de calidad, como uno de los elementos prioritarios de este proyecto.
Así pues, parece que lo lógico sería, reconociendo que cada vecino tiene, o debería de tener, su propio modelo de ciudad, planificar estas 300 hectáreas como un espacio dedicado al ocio y al turismo: siempre desde un modelo de calidad capaz de atraer a visitantes con poder adquisitivo. Se complementaría con una oferta cultural y de industria limpia siempre relacionada con el mundo del mar (museos, puerto deportivo, atraque de cruceros, industrias relacionadas con este sector), y todo ello complementado con una oferta hostelera y comercial con una clara visión marinera. Estamos en un espacio rodeado casi totalmente por el mar y ello debería de estar presente en todo lo que aquí se proponga que, además, deberá de cuidar el diseño del conjunto, en línea con lo previsto ya en parte en el PGOU de 2012. Todo ello con suficientes aparcamientos y conexión a través del transporte urbano, el tranvía metropolitano y el carril bici.
Como bien decía el arquitecto José María Esteban en el acto de presentación de estas propuestas, Cádiz necesita una masa crítica (más población, con mayor capacidad de gasto) para hacer viable lo que finalmente se ejecute en el suelo portuario. La sustancial mejora de los accesos a la capital, con la apertura del tercer puente y el futuro tranvía metropolitano, facilita la llegada a la capital de quienes siempre han temido los atascos en el puente Carranza.
La cercanía de este suelo de futuro con la reordenación de la Plaza de Sevilla, y la apertura allí de un gran mercado gastronómico, potencia la oferta de ocio y turismo de la capital. No somos Bilbao, ni Málaga, ni Rotterdam, Hamburgo o Londres, ciudades cuya conexión portuaria ha sido estudiada en los últimos meses, por lo que todo lo que se diseñe, y se haga, deberá amoldarse a nuestro tamaño y al de la propia Bahía de Cádiz.
Uso compatible entre el ocio, el comercio y la hostelería
Este escenario plantea un uso comercial de gestión múltiple, con una apuesta náutica importante que, se dice, habría que ligarlo en lo posible al uso comercial "para no hacer competencia al casco histórico". Junto a la apertura de nuevos hoteles se defiende también la creación de un centro de alto rendimiento, una escuela de buceo y la construcción de una piscina. Como el resto de las propuestas, también hay espacio para las zonas verdes, con espacio libre para la celebración de eventos, aunque en este caso también se propone la apertura de residencias tuteladas. Es la propuesta más barata de ejecutar.
Desde hoteles modelo Las Vegas hasta el Carnaval
El segundo escenario presentado tiene un importante carácter lúdico. Los autores proponen la creación de un parque temático dedicado al Carnaval, con un espacio libre para una gran carpa y un centro de interpretación con carácter interactivo complementario al museo dedicado a la fiesta que se proyecta junto a la Torre Tavira. Igualmente se plantea la construcción de hoteles, con casino incluido, siguiendo el "modelo de Las Vegas". El auditorio debería de estar preparado para usos alternativos relacionados con el deportes, además de apostar por el ocio nocturno.
Apuesta por la cultura y, también, por las viviendas
El escenario C incluye la construcción de viviendas y alojamientos comunitarios para estudiantes e investigadores en la zona más cercana al casco histórico, apostando por una reordenación del vecino barrio de las Tres Carabelas. Se mantienen los hoteles ya previstos en la zona de la antigua estación de autobuses y en la Ciudad del Mar, diseñando un tercero en el extremo de la dársena. Junto a la zona residencial la gran apuesta de este proyecto es la construcción de un Museo de la Navegación y el Comercio de Indias "potente". Frente al escenario B, éste está considerado como el más costoso de ejecutar, especialmente por su museo.
Un diseño que apuesta por un nuevo barrio para la ciudad
La cuarta propuesta de las elaboradas por la Universidad Politécnica de Madrid acaba convirtiéndose en un nuevo barrio para la ciudad. Supone una clara apuesta por la construcción de viviendas y, también, por la instalación en este suelo de dotaciones administrativas, dejando una gran pastilla destinada a usos marítimos, a pie del puerto de veleros. Un gran pasillo verde conectará estos terrenos con el muelle Ciudad. En esta operación uno de los inconvenientes más claros, según destaca el propio estudio, será la sobrecarga de población, sobre todo al ser una zona muy separada del resto de la ciudad.
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