El Mercado Gastronómico de Cádiz ya ha vendido el 40% de los futuros locales
Desarrollo urbanístico en Cádiz
El objetivo de la promotora es abrir el complejo en las navidades de 2022
Se prevé la instalación también un supermercado
La operación urbanística de la plaza de Sevilla, en plena puerta de entrada al casco histórico de la capital gaditana, forma parte ya de los proyectos que se enquistan en el tiempo y que van acumulando años, y en este caso hasta décadas, en un avance lento lleno de problemas y zancadillas.
En el caso del Plan Plaza de Sevilla, con más de veinte años a sus espaldas, parece que todo comienza a encarrilarse, tras el acuerdo del Ayuntamiento con Adif y la obligada modificación de un convenio, el de 2008, que se había convertido en un problema para el desarrollo del propio Plan.
El nuevo convenio ha agilizado el inicio de un proyecto ambicioso por parte de Aguas de Cádiz: concluir la red de abastecimiento y saneamiento, que va a dar servicio a toda esta zona. La falta de esta infraestructura, que en un principio debía de afrontar Adif, junto a la del servicio eléctrico, habían parado dos proyectos de empuje social y ciudadano incluidos en el Plan: el Mercado Gastronómico en la antigua terminal ferroviaria de 1905 y el hotel sobre el edificio del vestíbulo.
Iniciadas las obras de Aguas de Cádiz en la avenida de Astilleros, los promotores del Mercado Gastronómico han desempolvado de nuevo la operación, que inicialmente iba a suponer una inversión de 9 millones y que había dado pasos relevantes antes de su paralización hace dos años.
Por lo pronto, los promotores tienen previsto una última reunión con Adif para definir algunas actuaciones. Hay que tener en cuenta que la imposibilidad de poner en marcha este Mercado Gastronómico, por causas ajenas a los inversores, llevó a la empresa pública a extender el plazo que tenía para iniciar su desarrollo. Teniendo en cuenta lo difícil que fue para Adif adjudicar este equipamiento (con varios concursos fallidos) no era cuestión de dejar ir a estos empresarios y tener que empezar de cero otra vez.
Así que los promotores ya tienen vía libre para reanudar en proceso de adjudicación de locales en la nueva infraestructura pues el inicio de las obras de Aguas de Cádiz les dan garantía para fijar una fecha de inicio de la actividad.
Se está ya trabajando en varias líneas.
Por una parte, activando el cierre de contratos de las firmas que van a formar parte del complejo.
Según las fuentes de la promotora, ya se tiene cerrado el 40% de los espacios disponibles. Candidatos para alcanzar el 100% del suelo pendiente hay, comentan, de sobra pero en su día no se quisieron cerrar más contratos a la espera de aclarar el calendario del proyecto. Ahora se comenzará a ocupar las plazas libres.
En líneas generales se mantiene el planteamiento inicial. El original proyecto del gaditano Álvaro Linares es intocable ya que va a ser una de las atracciones del propio Mercado Gastronómico, al emular el interior a una vieja estación con los trenes históricos.
Junto a ello, con la evolución del proyecto se ha incluido en la futura oferta un supermercado de 400 metros cuadrados de superficie, reordenando los espacios laterales del edificio, donde irán los restaurantes y que también ocuparán el suelo de las dos torres laterales de la fachada principal de la estación.
Se mantiene toda la zona central como un gran espacio con uso dedicado al ocio y a las actividades culturales y musicales como complementos del complejo.
En el lateral exterior que da al actual aparcamiento en superficie se podrán instalar terrazas para dar servicio a los restaurantes.
La empresa promotora trabaja con un calendario muy ajustado. Por lo pronto calculan dos meses para tener el proyecto definitivo ya cerrado, otros dos meses para gestionar todas las licencias administrativas y entre ocho y diez meses de obras, que coincidirán con el final de la llegada de los servicios de agua y electricidad.
Así, se espera que en las navidades de 2022 el Mercado Gastronómico esté ya en funcionamiento.
Aunque ajeno a esta actuación quedan pendientes dos operaciones urbanas muy importantes.
Por una parte está la ocupación del solar de la avenida de Astilleros. El Ministerio del Interior no está por la labor de construir ahí la nueva Comisaría Provincial, como estaba previsto, por lo que el Ayuntamiento tendrá que activar el plan “b” de vender el suelo a la iniciativa privada, entre ella promotores de un hotel y una residencia asistencial. Es de suponer que el gobierno municipal no dilatará mucho la toma definitiva sobre el futuro de este suelo.
Por otra está el futuro incierto de la Aduana. Aceptada ya su demolición, como se incluía en el convenio de 2008, para dejar visible la histórica portada de la estación férrea, el coste de esta operación: pagar el derribo y, sobre, todo, pagar la construcción de un nuevo edificio administrativo, deja sin fecha este último capítulo del Plan Plaza de Sevilla.
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