El Molino de Mareas del Río Arillo en Cádiz, al borde de la ruina definitiva
Junta y Costas consideran que no son responsables de este histórico equipamiento
En la zona sí se trabaja ya en la construcción del carril bici de Eurovelo, con 3,2 millones de inversión
¿Cómo era un Molino de Mareas?
Dos décadas sin avance para recuperar el Molino de Mareas
El Molino de Mareas del Río Arillo, uno de los últimos vestigios que quedan en pie de la rica industria salinera que durante siglos funcionó en el saco de la Bahía de Cádiz, está a un paso de entrar en un punto de no retorno, que le lleve a la ruina total y, con ello, a la obligada demolición de su estructura.
La nula actuación en su mantenimiento durante años por parte de su antigua propietaria, Unión Salinera, y la ausencia de proyectos de restauración desde las administraciones públicas con intereses en este tipo de equipamientos, la Junta de Andalucía y la Dirección General de Cortas, ha provocado que este conjunto del siglo XVIII (construido en 1759 y ampliado en el siglo XIX) alcance ya unos niveles de abandono que pone en riesgo su continuidad.
Sólo en la etapa de gobierno de Teófila Martínez al frente del Ayuntamiento de Cádiz se realizó una actuación de emergencia, con un coste de 900.000 euros, reforzando parte de la estructura para evitar su desplome. Hace ya más de una década de ello, cuando el gobierno local intentó la expropiación del complejo, chocando con numerosos problemas administrativos y sobre todo, con el enfrentamiento entre Junta y Costas.
Estas dos instituciones han reiterado una y otra vez que no son responsables de la recuperación del Molino de Mareas. Mientras que la Junta afirma que es Costas la que debe acometer los trabajos, Costas considera que los tiene que asumir la administraciones regional. Y mientras, este patrimonio de nuestra historia da un paso más en su definitiva decadencia.
El Estado considera que la responsable de las obras necesarias es la Junta. Para apoyar este argumento utiliza la Ley de Costas que indica que los BIC (Bien de Interés Cultural) deben ser mantenidos por la administración que los haya declarado, en este caso la autonómica.
Por su parte, la Junta afirma que esta labor está en manos de la propiedad del edificio, que es Costas al estar ubicado dentro del Dominio Marítimo Terrestre, destacando también que el Molino no está protegido como BIC. El febrero de 2002 se incluyó el edificio dentro del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
La asociación de defensa del patrimonio Hispania Nostra lo ha incluido dentro de su ‘lista roja’ ante el riesgo de ruina.
En abril de 2022, la Dirección General de Costas estaba elaborando un informe sobre la responsabilidad a la hora de actuar en este complejo. Fuentes de la Subdelegación de Gobierno de Cádiz indicaron a este diario, preguntado por el resultado de este informe, que Costas mantenía su postura conocida: es la Junta la que debe de actuar.
Se llega así a una situación de auténtica parálisis. Y a esta situación de degradación, claramente visible en el reportaje fotográfico que acompaña este reportaje, se llega curiosamente cuando en la realidad de todo este paraje se plantean dos actuaciones de evidente calado.
Una ya está en marcha, y en esta muy avanzado: la construcción de una nueva fase del Eurovelo, una ruta cicloturística que recorre numerosos países de Europa y que tiene en Cádiz uno de sus puntos de salida.
Los trabajos en este tramo, iniciado en la Venta El Chato, los ejecuta la Junta con fondos comunitarios. Supone una inversión de 3,2 millones de euros (dinero que hubiera venido también muy bien para rescatar el Molino) y su instalación va muy avanzada.
Tras atravesar de forma polémica las dunas de Cortadura, esta ruta ciclista, cuyo trayecto ha sido muy criticado por grupos políticos y ecologistas, ya se trabaja en las inmediaciones del complejo del Molino de Mareas. Ya es visible la instalación de los primeros pilares que permitirán la construcción de la pasarela que salvará el cruce del Río Arillo, que se construye a escasos metros del Molino. Una claro contraste de una notable inversión pública, mientras decae una parte del patrimonio industrial del siglo XVIII.
A la vez, los ayuntamientos de Cádiz y San Fernando han dado el primer paso para una actuación integral en la autovía que une las dos ciudades, a fin de convertirla en una avenida mejor urbanizada. Cabe esperar que si este plan sigue adelante, se destinen fondos suficientes para recuperar el Molino de Mareas, para el que incluso colectivos privados han llegado a plantear diversos proyectos para darles nuevos uso y salvarlo de la ruina a la que se ve abocado.
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