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Muere Antonio Burgos, uno de los grandes enamorados de Cádiz

El periodista y escritor fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad en 2002, pregonó el Carnaval en 1988 y dejó para la historia la letra de las 'Habaneras de Cádiz'

Muere el periodista Antonio Burgos

Antonio Burgos, izquierda, disfrazado de indiano junto a Carlos Cano en el pregón del Carnaval 1988. / Kiki

Antonio Burgos ha fallecido este miércoles en Sevilla a los 80 años de edad. El periodista y escritor, Hijo Predilecto de Andalucía, estaba ingresado por una complicación de una enfermedad respiratoria crónica. La Junta de Andalucía le iba a hacer entrega del premio a la Trayectoria Profesional en la 38ª edición de los Andalucía de Periodismo.

Se marcha una de las figuras más relevantes del periodismo español en el último medio siglo pero también un gran enamorado de Cádiz, un amor que compartía con su Sevillla natal. La vinculación de Antonio Burgos con la capital gaditana fue tal que en 2002 fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad, por mor de más de 5.000 firmas recogidas entre la ciudadanía. Y antes, en 1988, pregonó el Carnaval vestido de indiano junto a su gran amigo Carlos Cano. Será recordado como uno de los mejores pregones de la historia del Carnaval, con un cuidado texto como correspondía a su brillantez literaria.

Juntos, con Burgos en la letra y el cantante granadino en la música, crearon para la historia las 'Habaneras de Cádiz', una composición en la que destacaba cómo le recordaba la Tacita de Plata a La Habana, dibujando comparaciones como la que decía que "La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz, La Habana con más salero". Siempre defendió Burgos que esta canción era "una declaración de amor a Cádiz".

Autor de cuatro coros

Tanto se implicó con Cádiz que llegó a ser autor de cuatro coros de la peña La Salle Viña, contribuyendo, con su buen y admirado amigo Antonio Martín en la música, a completar una de las mejores épocas de esta recordada agrupación. De su pluma salieron excelsos tangos para 'Takatá Chim Chim Pom' (1989), 'Batmonos que nos vamos' (1990) -ambos primeros premios-, 'A Venecia del tirón' (1991) y 'Los pájaros' (1992).

En sus artículos periodísticos no dejó nunca de acordarse de la Trimilenaria, de sus cosas y de sus gentes. Él, que insistía en que los gaditanos nacen donde les da la gana para justificar que era uno de ellos. Él, que llamaba Cádiz "a todo lo dichoso". Él, que siempre recalcó que a la libertad le había puesto el nombre de Cádiz. Una ciudad que, además de otorgarle el título de Hijo Adoptivo, le dedicó un paseo que conecta el camino de la playa viñera hacia el Castillo Santa Catalina: el Paseo de Antonio Burgos, junto a la "plata quieta" de las olas de La Caleta.

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