La UCA propone crear un Museo del Mar, con el castillo de San Sebastián como posible ubicación

Entrevista con el rector Eduardo González Mazo

El rector hace balance a pocos meses de dejar el cargo

Clara apuesta por nuevos equipamientos y por el CEI-Mar

Eduardo González Mazo, en su despacho del Rectorado / Julio González

Cádiz/Eduardo González Mazo deja su cargo como rector de la Universidad de Cádiz tras ocho años de gestión. Han sido años especialmente intensos, en medio de una profunda crisis económica y social que, por supuesto, ha afectado a las universidades españolas. A pesar de ello, cierra etapa con una balance muy positivo. Que en el último claustro, celebrado hace apenas unos días, su balance de gestión recibió una ovación unánime de todos los colectivos de la UCA, algo que no se repetía desde la etapa de Mariano Peñalver. González Mazo ha mantenido con Diario de Cádiz una extensa entrevista en la que habla de lo realizado y lo que queda por ejecutar en los cuatro campus de la Universidad de Cádiz. Entre las apuestas, ya una realidad, es continuar con la potenciación del Campus Marítimo, a través del CEI-Mar, conde el rector adelante por primera vez de forma pública un proyecto: la creación de un Museo del Mar, con una alternativa posible: el Castillo de San Sebastián.

—Usted recibió una gran ovación tras cerrar su informe de gestión de su último año como rector en el Claustro de la UCA. Como forma de cerrar esta etapa entiendo que le habrá emocionado.

—Este año ha sido mi último como rector ante este órgano, tras casi ocho años de responsabilidad máxima en nuestra universidad. Unos años complicados, en los que nuestra comunidad universitaria ha demostrado, en mayor medida si cabe, su compromiso con el servicio público de calidad.

Gracias a todos hemos seguido avanzando, en un marco de estabilidad financiera, en proyección académica, en investigación, en transferencia, en servicios y en compromiso con el desarrollo cultural y socioeconómico de nuestro entorno. Los claustrales han manifestado su reconocimiento a un trabajo y a una entrega coral que ha dado sus frutos. Sí, fue emocionante ese momento para mí y para todo mi equipo. Un aplauso que se extiende a mi equipo de gobierno y a toda la comunidad universitaria, así como a la colaboración de administraciones, instituciones y agentes sociales.

—Siendo una institución pública, tampoco es habitual este valoración unánime.

—En nuestra institución intentamos formar a profesionales libres, críticos y responsables. Nuestra comunidad universitaria fomenta esos valores y los manifiesta en todos sus órganos de representación.

—¿Qué siente cuando apenas le quedan unos meses para dejar el cargo?

—Mi sentimiento es de haber cumplido con mi compromiso de dedicar cada momento, cada instante de mi vida en estos últimos ocho años a la Universidad. Lo he podido hacer porque he estado acompañado en todo momento, tanto en el ámbito profesional, como en el personal.

Gracias al esfuerzo de todos, la Universidad de Cádiz tiene unas sólidas expectativas de futuro. Una institución que ha crecido en recursos en los últimos años, en consolidación, promoción y nueva contratación de personal, que aparece en los rankings internacionales como resultado de la excelencia de su docencia, investigación y transferencia, que se ha posicionado a la cabeza de las universidades españolas en diferentes ámbitos, que ha obtenido la máxima calificación en cuanto a la gestión de sus servicios y que se involucra y está dentro de la sociedad a la que sirve. Una institución transparente, sostenible y social.

—En su toma de posesión habló usted en términos marinos. Su mandato coincide con el desarrollo del CEI·Mar. ¿Es uno de los nuevos tesoros de la UCA?

—Nuestra universidad es una institución de ámbito generalista donde cada día trabajan un gran número de profesionales dando cada uno lo mejor de sí mismo. Una de nuestras singularidades es, sin lugar a dudas, nuestro perfil marino marítimo y debe ser, en consecuencia, una de nuestras mayores potencialidades para la puesta en valor del conocimiento y la innovación que se generan y su transferencia e implicación en el desarrollo cultural y socioeconómico de nuestro entorno.

El CEI·Mar es hoy el único campus de excelencia marino español con el sello de Campus de Excelencia Internacional Global y que dispone de universidades, centros de investigación, administraciones y empresas en su fundación. Cuenta, además, con un conjunto de disciplinas en el ámbito de las humanidades, ciencias, ciencias de la salud, ingenierías y ciencias sociales y jurídicas proyectadas al conocimiento marino y marítimo, con una Escuela Internacional de Doctorado en Estudios del Mar, con proyectos y contratos de investigación, con laboratorios de investigación marina en los distintos centros que lo componen y con una infraestructura científica singular; el buque oceanográfico el UCADIZ. Y todo ello, junto a otras universidades, centros de investigación, empresas, administraciones e instituciones y otros agentes sociales, como se puso de manifiesto en el I Encuentro Internacional Conocimiento y Crecimiento Azul (InnovAzul 2018), celebrado en Cádiz entre los días 29 y 30 del pasado mes de noviembre.

—¿Qué más podemos esperar del CEI·Mar en los próximos años?

—CEI·Mar está siendo y debe consolidarse como el principal instrumento del que dispongan alumnado, profesores, investigadores, empresas, administraciones, instituciones y resto de agentes sociales para que el conocimiento que se genere se traduzca en innovación y competitividad de manera sostenible en el conjunto de actividades económicas relacionadas con el mar.

CEI·Mar está ejerciendo y debe consolidar su papel de liderazgo de la Economía Azul hacia un desarrollo circular y sostenible que proporcione crecimiento cultural y socioeconómico en nuestra provincia, en Andalucía y España. Los datos apuntan en esta dirección y avalan esta estrategia. Europa representa el 11,6% de la economía global vinculada al océano. España es el segundo país en su contribución al Valor Bruto Añadido en la Economía Azul en la UE. Nuestro país genera el 20% del empleo vinculado a la Economía Azul (casi 700.000 empleos), seguido de Italia y Reino Unido. Los sectores marino-marítimos crearon 3,48 millones de empleos en 2016. En algunos países (caso de España, Portugal, Bélgica) la contribución del Valor Añadido debido a la Economía Azul ha crecido mucho más que el Producto Interior Bruto del país.

Estamos obligados, por tanto, desde el ámbito del conocimiento y la innovación, y muy claramente desde la especialización, a contribuir de una manera comprometida e implicada en el desarrollo de nuestro entorno y en el bienestar de la ciudadanía. Más si cabe, teniendo en cuenta nuestra posición geoestratégica y nuestras potencialidades.

Un mar de oportunidades del que no puede ser ajenas la ciudad de Cádiz y su universidad, pues tienen un gran tesoro en el mar, bajo sus aguas, en su historia, en su patrimonio cultural, en sus tradiciones… Un tesoro que las instituciones y administraciones deberíamos poner en valor como uno de nuestros principales atractivos. CEI·Mar ya ha puesto en conocimiento de algunas administraciones la posibilidad de elaborar un proyecto de Museo del Mar en algunos de los edificios históricos que conforman al Cádiz cultural y universitario, entre ellos, el Castillo de San Sebastián.

—La vida de las universidad bascula siempre con los problemas de financiación. ¿En qué situación se encuentran las negociaciones con la Junta?

—Es una cuestión pendiente. Las negociaciones para un nuevo modelo de financiación universitaria deben retomarse. Nuestro sistema universitario andaluz debe ser reconocido por su calidad y su excelencia. Para ello, es necesario una financiación que no sólo garantice la suficiencia financiera sino que permita llevar a cabo un conjunto de actuaciones tendentes a posicionarnos en el panorama tanto nacional e internacional. También es necesario conjugar y dar respuestas a las demandas de universidades grandes y centenarias con las de universidades pequeñas, o medianas y de gran proyección presente y futura como la Universidad de Cádiz.

—En tiempos tan convulsos como los actuales, especialmente en temas sociales, cuál es su análisis sobre los jóvenes estudiantes gaditanos de 2018.

—Son el motivo de todos nuestros desvelos y preocupaciones. Tenemos que garantizar el mejor servicio y a la vez la mayor exigencia a nuestros estudiantes universitarios. Son jóvenes responsables, con un elevado nivel de cualificación y un talento que una sociedad como la nuestra no puede permitirse el lujo de perder. Son hijos de su tiempo, nativos digitales y con un importante dominio de las nuevas tecnologías. Debemos ser capaces, entre todos, de darles la mejor formación y de seguir preocupándonos de nuestros egresados y de crear un ecosistema que permita su retención.

—¿Se cree usted los rankings que cada cierto tiempo estudian el funcionamiento de todas las universidades del mundo?

—En este caso no es una cuestión de creencia, sino de realidad. Estimo que son herramientas válidas aquéllos que parten de indicadores obtenidos de fuentes rigurosas y que normalizan por el tamaño de la universidad y su financiación. Cuando se miden a todas las universidades del mundo sin tener en cuenta los tamaños, las fuentes de financiación, los resultados no son proporcionales. Cuando los rankings atienden a estas exigencias sirven para medir la evolución de cualquier institución, empresa o sector. En todo caso, no suelo quedarme con el dato concreto sino con la secuencia que describen.

—Hay centros, como Medicina, que han perdido el prestigio pasado, ¿qué hay que hacer para cambiar este rumbo?

—Honestamente, no comparto que nuestra Facultad de Medicina haya perdido prestigio. Seguro que tenemos que mejorar algunos aspectos, en este centro y en todos, pero nuestra Facultad de Medicina es un emblema para Cádiz y su Universidad. Trabajamos día a día para mejorar sus infraestructuras, por dotarla de más y mejores recursos humanos y materiales, por preservar su excelencia. Los médicos que formamos son egresados excelentes, con elevados niveles de responsabilidad en centros de excelencia de España y de fuera del país, con un elevado porcentaje de empleabilidad.

—¿Cómo ha quedado la investigación del caso de la tesis de Ignacio Romaní?

—La UCA ha aportado toda la información y la documentación requerida por parte del órgano jurisdiccional competente que está llevando el asunto.

—Y ahora qué, ¿se plantea su paso a la política?

—En este momento sólo me planteo continuar con el máximo nivel de dedicación y de implicación en el puesto en el que la comunidad universitaria me ha colocado.

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