Naranja amarga
política
Ciudadanos evidencia en una asamblea la distancia entre el poder orgánico local y los concejales del grupo municipal, que son la punta de lanza de la formación
"Para aprovechar la ola hay que meterse en el agua con la tabla y no quedarse en la playa tomando el sol". Un afiliado de Ciudadanos hace apesadumbrado este símil sobre la parálisis que se vive dentro de Ciudadanos como organización local de cara a las elecciones municipales que se tienen que celebrar dentro de un año.
Todos los militantes de la formación naranja describen la disociación que se vive en la formación naranja entre el poder orgánico, encabezado por el coordinador local Sebastián Alba, y el municipal, con los concejales Juan Manuel Pérez Dorao y María Fernández-Trujillo. Estos, con su arduo trabajo en el Ayuntamiento, son la imagen del partido a nivel local.
Sin embargo, en la última asamblea que se celebró la pasada semana en la sede de Ciudadanos en la calle San Francisco se evidenció delante de los militantes esa distancia. El simple cambio de dos personas en la directiva de la formación naranja acabó con el coordinador local no dejando hablar al portavoz municipal por una cuestión formal de los estatutos: "A veces parecemos cubanos con tantos estatutos", asegura un testigo de aquel día.
En la junta directiva previa Juan Manuel Pérez Dorao, que aparece como miembro nato como enlace entre el poder orgánico y el del grupo municipal, llevó dos propuestas para la sustitución y ambas fueron rechazadas. Después sucedió lo que los asistentes vieron, como se le negaba la palabra a Pérez Dorao por el hecho de que era una asamblea extraordinaria y no hay turno de ruegos y preguntas.
Los caminos se separaron en el momento que tocó renovar la junta directiva hace un año. Había dos listas, una la que englobaba a la vieja guardia del partido, por llamar de algún modo a un grupo que se formó hace cuatro años en la capital gaditana. La otra, la que forma el actual coordinador local.
La primera quedó fuera de la carrera por el poder de Ciudadanos por un problema administrativo, ya que uno de los miembros de la candidatura no cumplía con los requisitos. La lista cayó y finalmente no hubo contienda. Se proclamó sin votación la lista comandada por Sebastián Alba, que recogía de la anterior directiva a su antecesor en el cargo, Rafael Jiménez Castañeda. En aquel momento el propio partido colgó un comunicado en su página web con palabras de Alba en las que decía que el objetivo era "aumentar la visibilidad del partido en la ciudad de Cádiz". No sólo eso sino que "elaboraremos un programa electoral realista y viable, en el que se recojan proyectos que impulsen el desarrollo económico de la ciudad para generar riqueza y empleo".
Estamos a 13 meses de las elecciones municipales y mientras que Juan José Ortiz, el candidato del Partido Popular lleva más de un mes repartiendo sonrisas por Cádiz y en modo campaña electoral, en Ciudadanos cualquier tipo de estructura de cara a las municipales brilla por su ausencia salvo el trabajo que desempeñan los dos ediles en el Ayuntamiento. "El partido se está jugando ya. Es una carrera en el que todos han salido. ¿Vamos a esperar que nos lleven tres vueltas para salir?", decía otro de los afiliados consultados. El problema no está en la elaboración de las listas sino en la creación de una mínima estructura que empuje desde el partido y ayude a los dos ediles que están en el grupo municipal.
Es curioso que si se mira la página web de Ciudadanos, casi el cien por cien de las noticias que publican son de los dos concejales, tanto en sus propuestas en el Ayuntamiento como de reuniones con el tejido asociativo de la ciudad, algo que desde la organización casi brilla por su ausencia. "Tenemos ilusión en que podemos obtener buenos resultados en un año y que podemos ser incluso la llave de gobierno, pero para eso hay que jugar ya el partido".
Desde Ciudadanos se dice que todavía es muy pronto para hablar de las elecciones municipales. Sus estatutos dicen que para las agrupaciones con más de 400 afiliados debe haber primarias. No es el caso de Cádiz que cuenta unos 70 afiliados. Mientras que las encuestas les dan varios concejales más, el número de afiliados ha bajado, siendo la única agrupación donde ha ocurrido.
¿Y qué se hace donde no hay 400 afiliados? Los estatutos lo dejan todo abierto y dicen que cada uno de los comités autonómicos deben elevar un informe al comité ejecutivo que es el que tendrá la última palabra. ¿Y eso qué significa? Pues ahora deja abierta todas las posibilidades y que la herida siga abriéndose.
También te puede interesar
Lo último