¿Necesita Cádiz más hoteles?
El constante crecimiento turístico de la ciudad abre la posibilidad de nuevos equipamientos, más allá de los que ya están previstos
El sector apuesta por centros de 5 estrellas en edificios históricos
Cambiar las tasas de limpieza, alternativa al impuesto turístico
El peculiar uso que tuvo el edificio de la Alameda que será hotel de 5 estrellas
Hay varios “por primera vez” en la agenda del sector hotelero de Cádiz capital para los próximos meses. Por primera vez, Cádiz va a tener un hotel de 5 estrellas; por primera vez se va a contar con un alojamiento hotelero en el polígono exterior de la Zona Franca; por primera vez se va a utilizar la tribuna del estadio Nueva Mirandilla como hotel. Y por primera vez se levantará un complejo turístico en el muelle de Cádiz (aquí, con el matiz de ser un proyecto que lleva coleando desde años y no acaba de salir adelante).
El páramo que fue la ciudad de Cádiz en cuanto a oferta hotelera en la provincia durante décadas, se ha transformado en apenas un quinquenio. En nada de tiempo el número de camas de alojamiento ha aumentado en un 25%; en el tiempo transcurrido desde el final de la pandemia de coronavirus han abierto en la ciudad una decena de nuevos hoteles. Y en cartera hay media docena de proyectos que, cuando estén ejecutados, elevarán la oferta de plazas en un millar más.
La Junta, encargada de registrar en su consejería de Turismo las licencias turísticas, reflejaba el pasado viernes que la ciudad contaba con 48 hoteles (desde hostales a hoteles con todas sus letras) que aportaban 3.797 plazas.
A ello se le sumaban 46 Apartamentos Turísticos, con 1.495 camas; y 2.605 viviendas turísticas, con 12.394 plazas (aunque en el caso de las VFT siempre hay que tener en cuenta que el propio sector rebaja esta cifra en al menos un 20% y que hay viviendas autorizadas en el último año que no cumplen la última ordenanza municipal).
Todos estos datos suponen una notable recuperación de la oferta hotelera de la ciudad, que ha ido escalando posiciones desde el segundo, o tercer, nivel en el que se encontraba no solo en relación con otras capitales andaluzas, sino también respecto a las grandes ciudades turísticas de la provincia.
La buena imagen de Cádiz
Es cierto que Cádiz lleva una larga temporada ya de moda. Aporta al exterior una imagen muy positiva, que ha beneficiado al turismo y que ha animado a inversores a abrir hoteles de distintos tamaño en la ciudad, entre ellos varios de las grandes cadenas nacionales.
Ya en 2023 la ciudad cerró el ejercicio con 283.732 usuarios hoteleros. Cifra récord en toda la historia del sector. Enero de 2024 ha comenzado igualmente bien, con más de 19.000 clientes, cuatro mil más que doce meses antes y liderando el mercado provincial en el inicio del año.
Es decir, Cádiz acumula datos muy positivo tanto en la llegada de turistas hoteleros y como en el crecimiento de la oferta en materia de equipamientos. Pero al igual que aún queda mucho hueco para ir incrementando el número visitantes, porque la ciudad aún está muy lejos del colapso turístico, también hay espacio y necesidad para nuevos hoteles.
La ordenanza municipal autoriza la apertura de estos equipamientos en edificios protegidos del casco antiguo, más complicados para adaptar a uso residencial. Así está pasando en los últimos años con la apertura de hoteles de pequeño o mediano tamaño, en fincas con un evidente encanto arquitectónico y, muchas, con un valor histórico en la ciudad.
Más complicado es buscar hueco para hoteles de gran tamaño. Pendiente está el previsto en el muelle (que se anuncia como hotel de 5 estrellas, por lo que sería el segundo tras el que se está construyendo en la Alameda), el del estadio del grupo Luna y el Barceló en la estación ferroviaria. Zaragoza Urbana sigue avanzando, a paso muy lento, en su proyecto de un hotel de nueva planta en una de las esquinas del solar de Valcárcel.
Y el Ayuntamiento plantea también otro hotel también de nueva planta en una parte de los terrenos del Campo de las Balas, una operación que intentó activar sin éxito el anterior gobierno de José María González.
La ubicación de este hipotético hotel, en el último balcón al mar que queda en la ciudad sin urbanizar (más allá del suelo portuario sobre el que se va a actuar en los próximos años), es a la vez uno de los puntos a favor para una empresa del sector que quiera abrir en Cádiz, y también uno de sus puntos negativos. Así, el Campo de las Balas podría plantearse como un gran espacio abierto para la celebración de actividades ciudadanas, evitando la edificación en el mismo.
La apuesta del sector hotelero
Desde el sector turístico se ve con buenos ojos esta proyección hotelera de la ciudad. Así lo destaca Pepa Díaz, propietaria de La Hostelería Las Cortes y presidenta de honor de la Asociación de Empresas Turísticas de Cádiz, AETC.
Este colectivo apuesta por la apertura de hoteles de calidad y muestra su rechazo a los alojamientos ilegales y sin control.
"Los buenos hoteles, como los que tenemos en Cádiz, son muy necesarios para atraer a un turismo de calidad, educado, que genere convivencia con toda la sociedad y que valore el potencial de la ciudad que se visita. Ofrecemos todos un servicio completo, de atención personal al cliente. Y eso es esencial", destaca la empresaria gaditana.
Coincide en la importancia que tiene para Cádiz la apertura de pequeños y medianos hoteles en edificios de referencia histórica de la ciudad. "Los grandes complejos buscan otro tipo de clientes. Hay que promover hoteles con encanto, de espacio más reducido. Yo ya fui pionera en esta idea de recuperar viejas y valiosas edificaciones de la ciudad cuando abrí la Hospedería de Las Cortes (ubicada en plena calle San Francisco)", destaca a la vez que afirma que el “nuevo” turista busca cada vez más esta modalidad de alojamiento, valorando el diseño, la ubicación, el propio estilo del inmueble además de, lógicamente, los servicios que se ofrecen.
En este sentido, asume la competencia de los Apartamentos Turísticos, siempre que cumplan las normas municipales.
A la vez, Pepa Díaz resalta que una de las fortalezas que tiene Cádiz es que “no tenemos que inventar nuestro destino. Lo tenemos todo. Eso sí, tenemos que ponerlo en valor”, mencionando el nulo uso que se le da a las fortificaciones de la ciudad, a la potenciación de sus museos y a la mejora de otros equipamientos culturales y turísticos.
En este sentido, destaca que “los empresarios que piensan abrir en Cádiz ya vienen con sus estudios de viabilidad, y saben que la capital es una ciudad con gran futuro en la que se puede confiar una inversión incluso millonaria”
Rechazo a la tasa turística
Sí rechaza con rotundidad esta portavoz de la AETC la posibilidad de poner una tasa turística, incrementando en una determinada cantidad de euros el coste de la habitación.
Aquí Pepa Díaz muestra la “clara negativa” del sector a una medida de este tipo.
“Nosotros, los empresarios que sacamos adelante los hoteles de la ciudad, muchos con gran esfuerzo, ya pagamos nuestros impuestos para, encima, poner en marcha una tasa más. No saben el trabajo que nos cuesta y el importante empleo que mantenemos mes a mes. El cliente ya paga un dinero que en parte revierte en las administraciones públicas a través de los impuestos que abonamos. Y ahora, además, nos viene encima una subida de la electricidad con el IVA de nuevo al 21%. ¿Qué hacemos con esto? ¿Se lo incluimos a los clientes? No, lo asumiremos otra vez nosotros, aunque suponga una carga económica extra”, afirma la empresaria hotelera.
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