El Obispado de Cádiz recupera la figura del gerente para su administración

Fue suprimida con la llegada de Zornoza y reaparece ahora para ‘descargar’ tareas al ecónomo

Foto de la función a los Patronos en la Catedral, presidida por el obispo Rafael Zornoza / Fito Carreto

El Obispado de Cádiz y Ceuta vuelve a contar con la figura de un gerente para la administración de la diócesis. Este cargo que fue suprimido tras la llegada del actual obispo, Rafael Zornoza, en el año 2011, ha sido rescatada hace unos días, cuando se ha incorporado al equipo gestor del Obispado un gerente. En concreto, se trata de José Manuel Compagni, un empresario y abogado procedente de Sevilla que se ha convertido en la mano derecha del ecónomo, Antonio Diufaín.

De hecho, desde el Obispado se traslada que la contratación de un gerente tiene precisamente como objetivo facilitar que Diufaín pueda dedicarse más a sus tareas sacerdotales, actualmente al frente de la parroquia de San Severiano en Cádiz capital (con la ayuda de Marco Antonio Huelga en calidad de vicario parroquial). Esto no significa que el ecónomo vaya a cesar de su responsabilidad, pero sí contará con este nuevo apoyo sobre el que descansarán a partir de ahora muchas gestiones y decisiones del área económica de la diócesis.

No obstante, este nombramiento sí puede suponer el cierre de una etapa de ocho años en la que la gestión económica del Obispado y las decisiones que a este respecto se han tomado no han estado exentas de polémicas. Tanto por críticas que han llovido desde el exterior en determinadas situaciones, como también por malestar interno de párrocos y sacerdotes que no han encajado positivamente el cambio de directrices de la diócesis tras la llegada del obispo Zornoza.

Las más sonadas han estado vinculadas a los diferentes despidos que la Iglesia en Cádiz ha tenido que asumir por unos recortes económicos y una búsqueda de ahorro que se ha intensificado en estos años. De hecho, recientemente uno de esos casos volvía a salir a la luz tras el fallo judicial favorable a la trabajadora despedida que ahora será indemnizada.

Además, se ha achacado al ecónomo diocesano una excesiva intervención en el apartado económico de parroquias y entidades diocesanas, hasta el punto de que algunos sacerdotes llegaron a denunciar (tímidamente) la autorización del obispo a Diufaín para que recabara en los bancos información sobre la situación contable de cada una de las parroquias de la diócesis, lo que entonces se consideró como una falta de confianza a la gestión que es propia de los párrocos.

De hecho, el apartado económico y de gestión es el que más dolores de cabeza ha dado a Zornoza en ese muro que ha encontrado en ciertos sectores de la diócesis –tanto de laicos como de parte del clero–, y que ahora puede ver un tanto suavizado con la incorporación de este gerente que recupera la labor que hasta 2011 estuvo realizando en el Obispado el abogado gaditano José Carlos García Solano (que en el funcionamiento de la diócesis de entonces trabajaba estrechamente y en sintonía con el vicario general, Guillermo Domínguez Leonsegui, dejando el apartado económico en las manos de Francisco Granado).

En el otro lado del escenario económico, hay que señalar que las cuentas que presenta cada año el Obispado (y que hace públicas, como todas las diócesis españolas, con motivo de la celebración del Día de la Iglesia Diocesana) arrojan un saldo positivo que puede traducirse en una buena salud económica pese a las dificultades que entraña una diócesis como la de Cádiz y Ceuta, donde los ingresos por donativos se reducen respecto a otros territorios cercanos al mismo tiempo que las necesidades siempre son importantes tanto a nivel social como derivadas del amplio y valioso patrimonio que atesora.

En cualquier caso, Diufaín queda ahora algo más liberado de sus responsabilidades en Hospital de Mujeres para centrarse más en su tarea como párroco. Y la gestión de la diócesis descansa desde ahora en parte en las manos de José Manuel Compagni, el nuevo gerente del Obispado de Cádiz y Ceuta.

Un equipo de once personas

El área económica de la diócesis es posiblemente una de las más numerosas en cuanto a equipo de trabajo, dentro de la organización establecida en la actualidad. La cabeza visible de este departamento sigue siendo Antonio Diufaín, ecónomo diocesano y a su vez párroco de San Severiano, quien ahora se apoya de cerca en la figura del gerente, José Manuel Compagni, además de una secretaria.

En este bloque se engloban también el departamento jurídico del Obispado, que dirige Carmen Lobato; y el departamento técnico de obras, al frente del cual está Antonio Sánchez. Y también un departamento de Informática y Comunicaciones, integrado por Ana María Ruiz y Rafael Arjona.

Volviendo a los números estrictamente, en el área económica se incluyen un departamento de Contabilidad que cuenta con un auditor (Alberto Oviedo), un contable (María del Carmen Gómez) y un auxiliar (Jorge Fariñas); y un departamento de Tesorería, liderado por Miguel Ángel Rodríguez.

En total, once personas sobre las que recae el peso de la gestión.

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