Obreros del estadio achacan el accidente a las insuficientes medidas de seguridad
Un grupo de trabajadores denuncian “la ausencia de una bancada para la sujeción de la viga de hormigón en el momento de ser alzada por la máquina elevadora, ya que los puntales no resisten”
Los altos índices de siniestralidad laboral preocupan mucho a las personas que día a día se encuentran a pie de obra. Por eso, los compañeros de Ismael López Giraldo, el operario fallecido en los trabajos de construcción de la Tribuna del estadio Ramón de Carranza, han denunciado la “falta de medidas de seguridad” que provocaron este accidente.
Un grupo de trabajadores de la subcontrata Cifersthal, empresa contratada por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) para la realización de la obra, se puso en contacto con este periódico para dar su versión sobre los motivos de lo ocurrido.
Sus representantes, NachoCarabante y Manuel Corral, aseguraron que “no se han tomado las medidas necesarias de seguridad para evitar este accidente”.
La operación que estaban realizando los trabajadores en el momento del suceso era la del alzado de una viga pórtico de graderío de hormigón que forman parte de la estructura de la grada.
Según los portavoces de los obreros, “nosotros somos encofradores, al igual que Ismael, y no operarios especializados para realizar este tipo de maniobras que necesitan un personal específico preparado para ello. Pero por cuenta de la crisis, la empresa nos está obligando a hacerlo”.
El principal problema, tal como afirmó Nacho, es que “se colocan dos puntales que soportan 1.500 kilogramos cada uno cuando la pieza pesa unos 15.000 kilogramos, por lo que no resisten. Para poder realizar la operación de levantar esta piedra es necesaria una bancada especializada para la sujeción de la piedra. Si la hubiéramos tenido, esto no habría pasado. Nuestro encargado ha pedido a la empresa los medios de seguridad y no nos los han dado”.
Este operario afirmó que “hace un mes sucedió un accidente parecido, ya que se cayó una piedra de la misma manera. Pero por suerte cayó hacia el otro lado y no le pasó nada a nadie. A partir de esto nos lo veíamos venir”. Además, apuntaron los portavoces que “una viga como ésta no esta preparada para colocarle los puntales para sujetarla”.
La dificultad de esta maniobra aumenta, según relataron los representantes de los trabajadores, “al no haber el sitio suficiente para poder realizar la operación. No se respeta el perímetro de seguridad que debe haber para este tipo de grúas e Ismael no tuvo escapatoria por el lugar en el que se encuentra la valla de seguridad”.
Uno de los principales inconvenientes de la falta de espacio, tal como contó Nacho, es que “las piedras tienen que ser levantadas por encima de nosotros y la gente que pasa por la calle. Para poder realizar la operación, tenemos que cortar la calle para evitar que la gente pase”.
Manuel aseguró que “hace poco tuve que dejar la obra por el peligro que estaba corriendo y por los impagos de la empresa”. Por su parte, Nacho afirmó que “tras esto, voy a dejar la obra ya que estamos sometidos a una presión insoportable.
Este medio se puso en contacto ayer con FCC, empresa responsable de esta obra, para que diera su versión sobre estos hechos, pero no atendió a las llamadas.
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