Olas para eliminar barreras

El surf es un deporte que combina agilidad y fuerza a partes iguales pero también puede ser un vehículo terapéutico para enseñar a todo tipo de personas poco familiarizadas con esta actividad a conocerse a sí mismos y estimular en ellas valores como la solidaridad o la convivencia. Cuando se muestra a personas que sufren el desarraigo o son discapacitadas el resultado suele ser bastante positivo.

Con esa idea se ha puesto en marcha en la playa de Cortadura la Primera Jornada educativa Surf para todos, dicha actividad esta organizada por la entidad Sólo Surf y cuenta con la colaboración de voluntarios del Club Deportivo Al-Andalus, dos asociaciones con bastante experiencia en el sector.

El objetivo que quieren alcanzar es pionero en dicho campo pues, a parte de lo novedoso que resulta, tienen previsto desarrollar una hidroterapia para los colectivos que no tienen acceso al deporte de la tabla, así como dar un uso a la playa como un espacio distinto al habitual, un lugar donde durante las dos horas que duran las jornadas estas personas no se sientan tan aisladas y se relacionen.

En palabras de uno de sus organizadores, Jesús Borrego, quien lleva practicando este deporte 20 años, "se trata de una experiencia piloto y pretendemos además realizarla no sólo en verano, sino durante todo el año". En esta ocasión han invitado al colectivo Alendoy, una asociación preocupada por la integración de personas que sufren exclusión social o discapacidad. Tanto Jesús como Ana González, artífices de la idea, piensan que esto es "de sentido común" y no comprenden cómo no se les había ocurrido a nadie antes "utilizar este deporte como un juego de estimulación".

Ellos ofrecen a más de 50 chicos y chicas la posibilidad de conocer una actividad como el surf a la par que se educan en la diversidad y se estimulan globalmente expresándose y conociendo a otras personas. "Nuestro objetivo no es integrar, sino normalizar" cuenta Jesús, que pretende mostrar a la gente lo que es capaz de llegar a realizar una persona con discapacidad. Sobre la arena de la playa, antes de nada, los monitores les muestran los protocolos de seguridad que han de tener en el mar, como por ejemplo no sacar la cabeza del agua lo primero sino el brazo, para así avisar a los compañeros de que van a salir y evitar golpearse, o vigilar en todo momento las corrientes de agua para evitar caídas. Luego entrenan con las tablas sobre la arena encima de balones de plástico hinchables, que dan una sensación muy real con el mínimo riesgo para ir cogiendo práctica, y por último llega la hora de ponerse el traje de neopreno y mostrar a sus "profesores" lo aprendido sobre las olas, que supone el momento de más disfrute. Una vez allí ya no existen diferencias y todos los surfistas muestran similar destreza sobre la tabla.

Pese a que Sólo Surf lleva tres años experimentando con proyectos de este tipo fue en diciembre de 2008 cuando se constituyeron formalmente como entidad. Cuentan con el apoyo del Ayuntamiento que les ha cedido un módulo de la playa, y aunque afirman que por ahora no necesitan subvenciones institucionales no descartan solicitarlas si este proyecto sigue teniendo tan buena acogida como la que hasta ahora esta demostrando tener.

Otro de las razones que persiguen es aumentar la autoestima de los participantes, que se conozcan así mismos por medio de una conexión con este deporte. Alvaro García, que participa en las jornadas, cuenta que el surf es lo que más le gusta, como Sofía, una compañera, que se siente bien entre tantos "amigos".

Casos como el de estos dos chicos son sólo un ejemplo de la labor que realizan los organizadores de Surf para todos, una iniciativa que elimina barreras y cuyos responsables ponen todo su empeño en dar a estas personas un entretenimiento educativo, que les sirva para salir adelante y les enseñe la capacidad que pueden llegar a tener.