Once calles de Cádiz se salvan del filtro de la Memoria Histórica
El baile en el nomenclátor
Se trata de la Avenida de Portugal, Granja de San Ildefonso, Brunete, Áureo Fernández Ávila, García de Sola, Pascual Pery Junquera, Ortiz de Echagüe, Explanada, Condesa Villafuente Bermeja, Muñoz Arenillas y Antonio Muñoz Quero
El informe encargado por el Ayuntamiento no encuentra razones de peso para su eliminación, como sí ocurrirá este viernes con 16 vías
Casi una treintena de calles, plazas y avenidas cambiarán hoy de nombre en virtud de un pacto entre el gobierno municipal y el PSOE que pondrá patas arriba el callejero con una revolución sin precedentes en los últimos 40 años. Prácticamente la mitad, 16, eliminarán su actual nombre en aplicación de las leyes de Memoria Histórica (estatal y andaluza) y en base al informe que el propio Ayuntamiento encargó hace ahora un año y que ha redactado el profesor de la Universidad de Sevilla José Luis Gutiérrez Molina. Un informe que ha analizado otras once vías gaditanas, que se han salvado por escasos centímetros de caer en el olvido a consecuencia de la Memoria, manteniendo así los nombres que tienen en la actualidad.
En concreto, las calles estudiadas y que no verán cambiados sus nombres -por ahora- son Avenida de Portugal, Granja de San Ildefonso, Brunete, Áureo Fernández Ávila, García de Sola, Pascual Pery Junquera, Ortiz de Echagüe, Explanada, Condesa Villafuente Bermeja, Muñoz Arenillas y Antonio Muñoz Quero.
Según explica Gutiérrez Molina en su informe -realizado a través de la empresa Balteus- estas vías no serán eliminadas por falta de información respecto a sus protagonistas, por una vinculación al Golpe de Estado o al Franquismo fácilmente recurrible, o por no existir elementos suficientes en base a la legislación de Memoria Histórica actual.
En el listado que se ha salvado concurren casos curiosos, como el de la calle Explanada, “que fue el nombre por el que los golpistas sustituyeron la dedicada por las autoridades republicanas a Juan Juaristi”, cuya eliminación no contempla la ley pese al “evidente ánimo de borrar el pasado republicano de quien daba nombre a esa vía”. O el de la calle Condesa Villafuente Bermeja, dedicada a Mercedes Fernández de Celis Ariosa, madre “del destacado golpista Sancho Dávila Fernández de Celis”. “A fin de cuentas, nadie elige a su familia ni es reponsable de las acciones de otros miembros”, afirma Gutiérrez Molina respecto a esta vía de extramuros.
Curioso es también el caso de Muñoz Arenillas, que seguirá dando nombre a la vía paralela al Paseo Marítimo porque no se ha encontrado “ninguna otra referencia” más allá de su nombre, Jerónimo. “Su adscripción al golpe no se ha encontrado, ni siquiera su hoja de servicios, tras recibir respuesta negativa del Archivo General Militar de Segovia de que se encuentre allí”.
Hay otros tres casos de vías cuyos nombres se vinculan al Golpe de Estado pero que, según el informe, “bastaría con que se especificara que la vía se denomina así por otras razones” para salvar el peso de la Ley de Memoria Histórica. Es el caso de Granja de San Ildefonso, Brunete y Avenida de Portugal, que hacen referencia a lugares destacados en el alzamiento de 1936; en el caso de Granja de San Ildefonso y Brunete el nombre responde a un homenaje que se le hace al General Varela cuando se le construye el chalé para que en las calles de alrededor se recuerden sus intervenciones bélicas; y la Avenida de Portugal responde a un agradecimiento “por el apoyo del gobierno portugués de entonces al Golpe de Estado”.
Del resto de los nombres (Antonio Muñoz Quero, Áureo Fernández Ávila, Francisco García de Sola, Ortiz de Echagüe y Pascual Pery Junquera), concluye el autor del informe “que fueron destacados protagonistas durante el conflicto y el régimen franquista”, pese a lo cual “su relación explícita con la conspiración y la represión no lo están, en mi opinión y estado de conocimientos actual, de forma suficiente” como para aplicarle la Ley de Memoria Histórica y buscarle un nuevo nombre como tendrán desde hoy esas casi 30 calles gaditanas.
Calles apropiadas por “los golpistas de 1936”
Hace una encendida defensa el autor del informe encargado por el Ayuntamiento respecto a la necesidad de retirar del callejero aquellos nombres relativos al Golpe del 36 y la posterior Dictadura. Y lo hace considerando que esos nombres pueden servir “para intentar crear un determinado relato histórico y legitimidad”; algo que afirma que ocurrió con “los golpistas de 1936, que desde tempranas fechas utilizaron monumentos, placas, nombramientos honoríficos como expresión de su memoria y para reducir a la desmemoria a los vencidos”.
“El espacio público fue ocupado por elementos y personas que representaban al nuevo orden”, indica Gutiérrez Molina en su informe, en el que asegura que a los derrotados en el golpe “se les negaba hasta el enterramiento y su registro”. “La victoria iba más allá de la muerte y su poder se manifestó con toda brutalidad”. “La Dictadura monopolizó los espacios públicos”, concluye el autor del encargo municipal, que apuesta por esta acción de eliminar nombres a calles y edificios para construir “una ciudad más justa, libre e, incluso, sana mentalmente”.
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