Las Siete Palabras de Haydn, el 'capricho' del Marqués de Valdeíñigo
El sacerdote encomendó en 1783 un trabajo que el propio compositor reconoce como difícil
Las Siete Palabras de Haydn es uno de los vestigios de ese Cádiz de Oro que se codeaba con lo más representativo del momento, con primeros espadas a nivel internacional en todos los órdenes. Una ciudad próspera y ambiciosa que cuidaba los detalles al máximo y que apostaba siempre por lo mejor.
Por eso, al finalizar en 1783 la construcción del Oratorio de la Santa Cueva, una genial obra arquitectónica que cuenta con pinturas de Goya, el sacerdote José Sáenz de Santamaría, Marqués de Valdeíñigo, quiso que la predicación de las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz de cada Viernes Santo estuviera acompañada de una música acorde a la nueva capilla de la calle Rosario.
Es así como el Marqués de Valdeíñigo contacta con Franz Joseph Haydn, que aceptó un encargo que él mismo confesaría que "no era fácil".
Según recuerda el Obispado de Cádiz, estas fueron palabras literales del compositor austríaco respecto a sus Siete Palabras. “En aquella época era habitual celebrar un oratorio en la iglesia principal de Cádiz durante la Cuaresma. Los muros, ventanas y columnas se cubrían de tela negra, y sólo una única lámpara iluminaba la sagrada oscuridad. A mediodía se cerraban las puertas y la música comenzaba. Tras una introducción adecuada, el obispo subía al púlpito y pronunciaba las Siete Palabras y desarrollaba una homilía sobre ellas. Una vez finalizada, descendía del púlpito y se arrodillaba delante del altar. En este intervalo sonaba música. El obispo subía y bajaba del púlpito después de cada palabra y la orquesta intervenía al final de su alocución. Mi composición tenía que adaptarse a esos preparativos. La tarea de escribir siete adagios con una duración de diez minutos cada uno y que no cansaran a los oyentes, no era fácil…”.
En la actualidad, casi dos siglos y medio después, las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz suenan en Cádiz cada Viernes Santo. Y este año 2022, después de la pandemia, la histórica pieza que es patrimonio de la ciudad volverá a sonar a las 12.00 horas del Viernes Santo en la Santa Cueva, recuperando aunque solo sea por unos minutos el esplendor de ese Cádiz del Marqués de Valdeíñigo.
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