Patrimonio a la espera

Varias fincas catalogadas en el PGOU como monumentos llevan años cerradas, bien en venta o abandonadas

Patrimonio a la espera
Patrimonio a la espera
Virginia León Cádiz

06 de septiembre 2015 - 01:00

La Casa del Pirata es una de las esplendorosas muestras de arquitecturas que irrumpen agradablemente en el paseo por las encantadoras calles del centro. Una de las joyas rigurosamente protegidas y catalogadas bajo lo que técnicamente se denomina Protección de grado 0. Esto quiere decir, que merece la misma protección que un monumento. En esta privilegiada situación figura una treintena de fincas centenarias en la ciudad, de las que seis -en manos privadas- están desocupadas, a la espera de que alguien les devuelva su esplendor. Bien a la venta o abandonadas a su suerte.

La Casa de Almirante, el palacete de la calle Sagasta, 1, el Palacio de Recaño, Manuel Rancés, 18 y La Casa de las 4 Torres (Plaza Argüelles, 4 ) son algunos de los máximos exponentes del abandono de estas singulares piezas de nuestro patrimonio, ese que hace único un casco histórico con una arquitectura tan particular y única como la gaditana. Se suma otra finca menos conocida pero igualmente valiosa ubicada en la calle Pasquín, 1, prácticamente vacía y en mal estado de conservación.

Varias son las fincas protegidas a la venta, en manos del banco o de sus entidades inmobiliarias. La que más tiempo lleva anunciada para este fin a cargo de Solvia -inmobiliaria del Banco Sabadell- es el palacete de la calle Sagasta, 1. Varios años arrastra ya esta hermosa casa palacio de tres plantas con torreón incluido cerrada a cal y canto. Y varios los proyectos frustrados pensados para ella, como el de un hotel de lujo, apartamentos e incluso un centro de interpretación del Bicentenario de la Constitución. Hace casi un año bajó el precio de seis millones de euros, a casi el millón y medio (1.670.000 euros). En la web todo parece igual, aunque no muestran el precio actual, ni lo aclaran desde Solvia. La casa cuenta con una superficie ocupada de 544 metros cuadrados, con una construcción que supera los 2000 metros cuadrados. Aparte de las tres plantas, el torreón que lo perfila está dispuesto de otras tres plantas, además de lucir un bonito patio central rematado con tragaluz.

A la saga de fincas en manos bancarias se ha sumado hace relativamente poco la Casa del Almirante, en el número 3 de la calle San Martín. Una perla insertada en el barrio del Pópulo para el que también pensaron en un hotel de cinco estrellas, cuya obra incluso inició un promotor sevillano, que no logró culminarla como consecuencia de la crisis. La finca, que además está catalogada como Bien de Interés Cultural, pasó hace meses a manos de BBVA, aunque según han comunicado desde el departamento de comunicación de su inmobiliaria, permanecen pendientes de la posesión judicial del activo. Una vez que esto ocurra analizarán con detenimiento el estado de conservación y las condiciones del inmueble para tomar una decisión de cara a su futuro, valorar su precio y condiciones de la venta.

También permanece en venta desde hace dos años la majestuosa Casa de las Cuatro Torres, en la plaza de Argüelles. Ahora mismo no luce cartel, pero se anuncian en la web de Milanuncios directamente a través de la propiedad y han bajado su precio de 6 a 4 millones de euros "negociables". Aseguran, no obstante, que son muchos los interesados, aunque no informan del verdadero estado de esta finca catalogada como BIC, aparentemente en muy mal estado, a juzgar por la fachada. Pero el tiempo pasa y hace mella en todas estas fincas de innegable valor, si las operaciones inmobiliarias no llegan pronto a buen fin.

El palacio de los Marqueses de Recaño hasta hace tres años ocupado por el Conservatorio de Música es otro de los inmuebles vacíos desde que los alumnos partieron al nuevo centro. Pero se trata de un inmueble municipal, para el que el anterior equipo de gobierno planteó su rehabilitación para ubicar el Archivo Histórico Municipal con cargo al 1,5 por ciento cultural de la obra del Puente de la Constitución de 1812, solicitado al Ministerio de Fomento, según establece la Ley de Patrimonio Histórico. "No obstante, el anterior equipo de Gobierno decidió dejar en stand by este proyecto y primó arreglar desperfectos en una iglesia", apunta el concejal de Urbanismo, Martín Vila. "Nosotros planteamos que ese edificio tiene un valor cultural y patrimonial importante. Así, el Ayuntamiento va a centrar sus esfuerzos en lograr financiación europea en el marco que se abre hasta 2020 para proyectos a desarrollar en la Casa Palacio de los Marqueses de Recaño y otros abiertos como la Casa Museo del Carnaval o un Centro de Interpretación de la ciudad en el que puedan aunarse los recursos que tiene la ciudad". Añade el edil que están estudiando qué posibilidades se abren con los proyectos abiertos que tiene la ciudad, entre los que se encuentra éste.

Continúa el recuento de fincas clausuradas con Manuel Rancés, 18, la finca que estuvo ocupada hasta finales de 2014 por los integrantes del Centro Social y Autogestionado La Higuera. Se trata de una propiedad privada embargada por una entidad bancaria. Un inmueble de estilo barroco antiguo, construido en la segunda mitad del XVII, en la que destaca su grandiosa portada enmarcada en dicho estilo y colmada por un escudo en la parte superior. Otra finca que se suma a la traicionera espera de que algún inversor les devuelva el esplendor con las que fueron proyectadas y erigidas.

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