La calurosa acogida a Paz Padilla en la librería Manuel de Falla
Firma de su libro
Decenas de gaditanos se dieron cita en la plaza de Mina para recibir a la presentadora y humorista que firmaba ejemplares de su libro 'El humor de mi vida'
Cádiz/"¡Mari Paz, Mari Paz!" Pasadas las seis de la tarde, en la puerta de la librería Manuel de Falla, en la plaza de Mina, no se escuchaba otro nombre, ni otro cántico. "¡Mari Paz, Mari Paz!", al unísono, al compás de palmas, sin fisuras. Y Mari Paz, que no era otra que la presentadora y humorista Paz Padilla, se entregaba al amor -y con humor, como siempre- de sus paisanos hasta haciendo el amago de una pataíta o botando desde el asiento de un descapotable.
Porque Mari Paz estaba en casa, en Cádiz, para firmar ejemplares de su libro, todo un superventas, El humor de mi vida, en el que relata el camino recorrido hasta alcanzar una meta, la de la superación de una pérdida, la de su querido marido, Antonio Vidal.
Así, si el amor y el humor no faltan en esta obra editada por Haper Collins, tampoco faltaron ninguno de los dos ingredientes en el llegada de la gaditana a la plaza de Mina, donde se erige la histórica librería en la que esta tarde de lunes estaba anunciada la primera firma de ejemplares de El humor de mi vida.
En un descapotable negro arribó la también actriz, ataviada con un primaveral traje de chaqueta azul cielo de Cádiz, y con sólo el intuir del magnífico carro en la esquina con Sagasta, sus seguidores, que hacían cola desde las 13.30 horas, desataron la locura con su nombre como santo y seña. Paz Padilla respondía subiéndose al asiento, saludando, dando las gracias, mirando a todas las cámaras de móviles posibles y lanzando muchos besos.
"Gracias a todos por venir, voy para dentro", zanjaba la celebrity gaditana justo antes de cruzar las puertas de la libreía y toda vez que había bajado del auto y se había marcado un amago de baile al compás. Mucho humor, mucho amor. Paz Padilla, en estado puro. Y Cádiz. Su Cádiz.
Dos chaparrones y un momento tenso para 'animar' la espera
La expectación que había levantado el anuncio de la firma de ejemplares de El humor de mi vida tuvo, efectivamente, su reflejo en la tarde de este lunes en la plaza de Mina. Así, desde poco antes de las 13.30 horas los primeros seguidores de Paz Padilla tomaron su lugar a las puertas de Manuel de Falla para asegurarse recibir "uno de los 100 números" que daban derecho a la entrada al establecimiento para ser atendidos por la presentadora y humorista a las 18.00 horas. Y sí, número se cogió, y un resfriado, pues también.
Y es que dos chaparrones malages animaron la espera del reparto de los deseados dígitos. Un momento que se produjo a las 16.30 horas, justo cuando la segunda descarga de agua hacía acto de presencia. Pero ni una previa en remojo hizo desistir a los fans de la gaditana que se dio a conocer allá por 1994 en el programa Genio y figura. A conocer en el resto del país, se entiende, que en Cádiz ya se sabía del desparpajo de nuestra paisana. "Nosotras somos seguidoras de Paz, vamos, yo la conozco de toda la vida, estábamos juntas en los scouts, y siempre ha tenido mucho arte, por eso me he comprado el libro y vengo a verla", explica Mamen Barberá, viñera de pro y poseedora del ansiado número 1 de la firma.
"La que nos ha caído... Pero, al menos, la vamos a ver seguro"... No desde la cercana calle de la Palma, sino desde Trebujena, llegaba para hacer cola en Manuel de Falla Carmen Cala, acompañada de su hija que, ya que estaba en la librería, picó En la ciudad de Cádiz..., de José Manuel Sánchez Reyes y Juanma Canseco. La trebujenera, también seguidora declarada de Paz Padilla, cogió el número 3; mientras que en el segundo lugar, desde San Fernando, el joven Pablo (no decimos apellido para no chafarle su triquiñuela) había sido de los más tempraneros de la cola para llevarse el libro firmado para un regalo: "Mi madre trabajaba y se iba a pedir el día libre y pedir varios favores para venir, pero yo le quité las ganas y me he venido sin que ella lo sepa para que Paz le firme el libro y se lo doy de sorpresa".
Pero no todo fue calma y cariño en la fila de personas que se extendía hasta las puertas de la antigua Escuela de Bellas Artes, en el callejón del Tinte. Así, esa costumbre tan común como polémica de guardar el puesto de la colavolvió a crear un malentendido (uno, al menos) en la cabeza de la fila. Desde la gerencia de Manuel de Falla, se buscó una solución intermedia para contentar a las dos partes enfrentadas y que el asunto no llegara a más.
¿Y usted, qué número tiene?
Eso sí, durante las dos horas que mediaban entre el reparto de los 100 números y el comienzo de la firma de de El humor de mi vida -25.000 ejemplares vendidos en sólo una semana y agotados todos los libros en la presente jornada en Manuel de Falla- la plaza de Mina pareció transmutarse en una sala del Olivillo. "¿Y usted, qué número tiene?
Miradas suspicaces ante cualquier acercamiento a la puerta de la librería, vistazos recelosos al recién llegado o esa indecisión latente entre sentarse a tomar un café u ocupar el puesto correspondiente en la cola también acompañaron la espera de la firma de ejemplares hasta que, eso sí, Paz Padilla llegó y se formó la revolución.
También ese momento marcó el relajamiento de las medidas sanitarias, que fueron remarcaron en numerosas ocasiones desde la organización del evento. Así, las decenas de personas que hacía unas horas guardaban, más o menos, la distancia de seguridad comenzaron a agolparse en torno al descapotable en el que hizo acto de presencia la autora del libro.
Pero una vez que Paz Padilla entró por las puertas de la librería, el orden volvió a reestablecerse recordando un miembro de la editorial "lo que ocurrió con los valencianos" (sobrentendemos que quiso decir Los Italianos, en referencia a la suspensión del reparto de topolinos...) dispersándose así la concentración de personas.
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