Pisco para dar la bienvenida a un gran peruano

Bicentenario Los preparativo de la gran efeméride

El busto del almirante Miguel Grau Seminario se desveló al mediodía de ayer en la Alameda · Autoridades militares y civiles del país andino acompañaron la celebración del acto

Momento en el que fue desvelado el busto del almirante Grau.
Melchor Mateo / Cádiz

14 de marzo 2009 - 01:00

Pisco y ceviche de pescado para acompañar un acto de reconocimiento a una de las figuras del Perú más importante de todos los tiempos, el almirante Miguel Grau Seminario. Mucho viento, excesivo, en plena Alameda para descubrir el busto de un marino frente al mar.

Luis Alberto Montes Bellina, presidente de la Asociación Nacional Pro-Marina del Perú, se encontraba ayer exultante por muchos motivos. Por un lado, por el propio descubrimiento del busto que ha promovido su entidad. Por otra, por poder reencontrarse con numerosos compatriotas que fueron ayer a secundar el acto. Tercero porque la alcaldesa de Cádiz les anunció que la Feria del Libro de este año va a estar dedicada a Perú, para lo que se quiere traer a un primera fila de la literatura de este país como es Mario Vargas Llosa.

"La Marina de Guerra del Perú y la Asociación Nacional Pro-Marina del Perú al histórico puerto de Cádiz, inicio de la ruta marítima que unieron los dos continentes". Esta leyenda reza en la placa del busto de Miguel Grau que se encuentra en la Alameda ya lindando casi con el baluarte de la Candelaria. Miguel Urteaga, cónsul general del Perú en Sevilla, incidió precisamente en la política de este país de tener una mayor presencia en las ciudades españolas y, por supuesto, en Cádiz, donde dentro de tres años se celebra el Bicentenario de la Constitución.

Había autoridades civiles peruanas y también militares. El agregado de Defensa de la Embajada del Perú, Jaime Araujo, veía con agrado el busto de una persona que también defendió los intereses de su país hace más de 130 años. O peruanos afincados en Cádiz desde hace casi 50 años, como el médico Mario Velarde.

También las había españolas, como la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez; el jefe del Mando de Acción Marítima de Cádiz, Francisco Hernández Moreno; y el delegado de Defensa, Joaquín Arcusa.

Teófila Martínez cree que actos como estos pueden ayudar a mejorar las relaciones económicas y culturales entre Cádiz y el país suramericano.

Urteaga definió perfectamente por qué se había colocado el busto de Miguel Grau Seminario en Cádiz: "El almirante representaba como nadie la vocación marítima del Perú y Cádiz es la de España. El mar ha sido fundamental en la historia del Perú". Así, la conquista se hizo por este medio de navegación, la independencia llegó también a través del sur y la Guerra del Pacífico se libró en el mismo.

De Miguel Grau se decía que era "un caballero de los mares", ya que entre otras cosas, cuando hundía un barco contrario, lo primero que hacía era recoger a los enemigos que habían naufragado.

Luis Alberto Montes dijo del almirante al que ayer homenajeaban que era "un hombre extraordinario, demócrata en sus ideas y libre de mentalidad".

Hubo también ofrendas florales al busto del personaje del milenio del Perú, entre ellas las del consulado, que fue realizada por Humberto Urteaga, Jaime Araujo y el cónsul honorario Ricardo Güimoye. También la del Ayuntamiento de Cádiz, con Teófila Martínez y Antonio Castillo, y la de la Asociación, que fue depositada por Luis Alberto Montes, y los marinos de guerra Juan Castañeda y Carlos León.

El toque de silencio con los sones de una trompeta sirvieron como acompañamiento a un minuto de silencio que se hizo en honor de todos los caídos en la mar defendiendo a su país que sirvió como epílogo del acto.

Y para dejar un buen sabor de boca en el centro Cultural Reina Sofía, un poco de pisco, la bebida nacional del Perú elaborada a base de una variedad de aguardiente de uvas. Entre ellos Francisco Valencia, ex director general de González Byass y presidente de Fedejerez, hombre que promovió un hermanamiento entre el brandy y la bebida espirituosa del Perú.

A partir de ahora todos los barcos peruanos que arriben el puerto de Cádiz harán parada frente al busto del almirante Miguel Grau Seminario, al que le harán una ofrenda floral para que este trocito de tierra peruana siempre se encuentre acompañada.

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