Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
El consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, Luis Pizarro, intentó ayer trasladar ayer en Benalup un mensaje de tranquilidad sobre el futuro de la obra del segundo puente de la Bahía pero sus palabras no lograron eliminar la incertidumbre que ha dominado el fin de semana: "No sé si la obra del puente sufrirá una ralentización", admitió, "pero desde luego no se va a parar".
Pizarro, que participó junto al ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en un acto de la campaña 'Cambiamos con Andalucía', argumentó: "Se está trasladando por parte de ciertos sectores una inquietud en torno a los grandes proyectos de infraestructuras relacionados con el Bicentenario, la idea de que las obras se van a parar, pero no tengo esa impresión. El Ministerio de Fomento y la Consejería de Obras Públicas tienen que reajustar sus proyectos, pero reajustar no significa parar las obras, sobre todo de las obras de gran magnitud que están en un estado bastante avanzado".
Desde la mañana del viernes, los dirigentes socialistas gaditanos están en estado de alerta por la amenaza de ralentización de las obras del puente, el proyecto más importante del Gobierno en la comarca, e incluso la posible paralización del proyecto a causa de los impagos a la empresa adjudicataria, Dragados.
La diputada socialista Mamen Sánchez, que también asistió al acto de Benalup, apuntó que el caso ha sido trasladado de forma inmediata al ministro de Fomento, José Blanco, para tomar las medidas "oportunas". "Ha pillado en fin de semana. Habrá respuesta en los próximos días. El segundo puente y el AVE son prioridades del Gobierno", subrayó la diputada gaditana.
Otras fuentes socialistas consultadas por este diario incidieron en la presión que desde el PSOE de Cádiz se está haciendo ante el Ministerio de Fomento, y directamente ante su titular, haciéndole ver la importancia estratégica de la obra del segundo puente.
En este sentido, tras las últimas conversaciones y, sobre todo, tras el malestar ciudadano que ha provocado el anuncio de la amenaza de un parón de las obras por el impago de dos mensualidades a la constructora, Dragados, se destaca que "la cosa va un poquito mejor", en el sentido de reducir al mínimo la incidencia que puede tener el recorte presupuestario previsto por Fomento y que fijaba una ralentización de las obras en un periodo entre uno y doce meses.
El objetivo de los socialistas, si no se consigue librar este proyecto del recorte, es que la modificación del calendario sea mínimo y así conseguir que la obra pueda estar lista casi en plazo. Actualmente se está a punto de alcanzar el 60% del total de los trabajos. El buen ritmo de los mismos ha conseguido incluso recuperar el tiempo que se había perdido por culpa de los temporales sufridos durante los primeros meses de este año. La obra debe estar terminada a final de 2011 o, como mucho, antes de marzo de 2012.
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