Plan para salvar la muralla en 5 años
Costas inicia un plan en tres fases y con una inversión de unos 6 millones para rehabilitar los lienzos de la fortificación, en grave estado de conservación
La Demarcación de Costas de Cádiz va a emprender uno de los proyectos más ambiciosos, si no el que más, de los que puede desarrollar en la ciudad en toda su historia: un plan para la rehabilitación integral de la muralla gaditana. La operación nace de las actuaciones realizadas hace unos meses en una parte del lienzo de la muralla, donde se localizaron importantes boquetes provocados por la acción erosiva del mar, lo que llevó al Ministerio de Medio Ambiente a encargar un estudio en profundidad de toda la muralla que rodea a buena parte del casco antiguo de la capital.
El documento, el más extenso que se ha realizado en la historia de la fortificación, en cuya construcción se invirtieron décadas a lo largo de varios siglos, pone sobre la mesa algo que ya se suponía y temía: el precario estado de buena parte de la muralla, agotada por el paso del tiempo y por un cuidado mal llevado durante este tiempo.
"La muralla en términos generales está en la fase final de su vida útil. Está en una madurez avanzada, con un problema evidente de envejecimiento". Es el resumen del documento que realiza el jefe de la Demarcación de Cádiz, Patricio Poullet. El informe, elaborado por una firma especializada en el mantenimiento de este tipo de fortificaciones, está en manos de Medio Ambiente desde hace apenas unas semanas, pendiente de una presentación pública del mismo.
La situación es tan delicada, aunque Poullet intenta huir del alarmismo, que el plan de Costas tiene una fecha de ejecución casi inmediata. Así, se fija tres fases de ejecución de la rehabilitación que debería de estar lista en un plazo no superior a los cinco años. La inversión inicialmente prevista es de unos 6 millones de euros, aunque lo más previsible es que esta cifra acaba superándose. La actuación, ante el estado de algunos tramos de la muralla, se ha iniciado ya, con carácter de urgencia, en la zona del antiguo baluarte de Bonete, en el Campo de las Balas.
Los trabajos en el Campo de las Balas, iniciados el pasado lunes tras detectarse en las pasadas navidades dos boquetes, uno de ellos con riesgo de desprendimientos si no se actuaba con rapidez, se incluyen así en la primera fase del Plan. Tiene un coste total de 1,2 millones de euros y el proyecto de ejecución ya está redactado en su totalidad con la idea de contratar las obras después del verano. Además de lo que se ejecutan ya en el baluarte de Bonete, también se actuará en el baluarte de San Roque (desde el mar hasta la línea del paseo marítimo, pues a partir de ahí la rehabilitación le corresponde al Ayuntamiento); algunas zonas de la playa de Santa María del Mar, el perímetro exterior del castillo de Santa Catalina (menos el foso interior, que igualmente corresponde al municipio); y un tramo del Campo del Sur.
A partir de ahí, se irán desarrollando las dos fases siguientes hasta completar el proyecto global.
El documento es, ciertamente, muy pormenorizado. De cada tramo estudiado de la muralla se aporta un plano con todos los daños detectados, metro a metro: socavones, grietas, vegetación, utilización del cemento portland, daños por vandalismo, pintadas... Lo ideal sería rehabilitar utilizando material original pero únicamente en casos muy puntuales, o porque la zona dañada no sea extensa, se utilizarán sillares. En este sentido, Poullet destaca el elevado coste de este material, pues la piedra ostionera no se puede utilizar, por lo que se recuperarán de restos de demoliciones de antiguas construcciones. Para el resto, se utilizará mampostería o enfoscados. Lo cierto es que los daños detectados evidencia la importante pérdida de sillares, que ha dejado al aire lienzos apenas cubiertos por cascotes, piedras o argamasa.
Se busca mantener en la operación, que ya cuenta con el visado de la Consejería de Cultura, materiales de calidad y que permitan recuperar el viejo esplendor estético de la muralla, muy dañada tanto por los efectos erosivos del mar como por el abandono de años y por actuaciones pasadas realizadas de forma muy deficientes. El mejor ejemplo de esto último se puede observar cada día en el paseo del Campo del Sur. El exterior de la balaustrada está totalmente destrozada, con ladrillos a la vista y con un impacto visual deplorable en una zona muy visitada por los turistas. Todo ello se recuperará por parte de Costas.
En el Plan diseñado por el Ministerio de Medio Ambiente se deja fuera el exterior del castillo de San Sebastián, que ya cuenta con un proyecto de rehabilitación particular desde que se incluyó en los actos del Bicentenario, y sobre el que ya actúa tanto Costas como, sobre todo, el Ayuntamiento.
Fuera de esta actuación quedará igualmente todo el recinto de las fortificaciones que dan a tierra, como son las murallas de la Puerta de Tierra, el baluarte de Santa Elena, San Carlos y otras antiguas instalaciones militares que son propiedad del Ayuntamiento y que en su mayoría ya se han ido recuperando en los últimos años.
El proyecto emprendido por la Demarcación de Costas en Cádiz es único en España, con una fortificación rodeando a buena parte del término urbano.
En los últimos años se han producido algunas polémicas sobre el mantenimiento de la muralla, especialmente por lo que respecta a los bloques del Campo del Sur así como actuaciones puntuales, como la de la fachada marítima del baluarte de San Roque.
Costas defiende el modelo de los bloques como los más efectivos para la protección de la muralla, destacando que evita el impacto directo de los temporales y, con ello, el colapso de la infraestructura. Un dique sumergido afectaría a la propia calidad de las aguas.
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