Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Noviembre de 1961. Cádiz recibía con alborozo la apertura de su entonces único pabellón deportivo. 47 años después, entre no demasiadas lágrimas, el Ayuntamiento procede a decretar el cierre definitivo de las puertas del pabellón Fernando Portillo.
Un edificio moderno de dos plantas con una fachada principal de grandes cristaleras y con instalaciones deportivas de última generación nacerá en esa esquina comprendida entre Brunete y Ciudad de Santander de aquí al principios de 2010.
El viernes 13 de junio es la fecha elegida por el Ayuntamiento para su cierre final aunque la primera intención era adelantar su cierre para antes de la citada fecha. Pero un evento deportivo de gran importancia, los partidos de la fase de ascenso a la División de Honor Nacional femenina de fútbol sala, entre los días 6 y 8 de junio hizo retrasar esta fecha.
La pretensión del Ayuntamiento es organizar una gran fiesta dentro del pabellón para el sábado 14 en la que se contará con la presencia de grandes deportistas que han pasado por sus instalaciones.
El pabellón que recogerá el testigo del Portillo es uno que se está haciendo ya demasiado de esperar, el del centro. Y tal y como dijo la alcaldesa allá por octubre del año pasado, mientras no acabaran las obras del pabellón de intramuros no se cerraría el Portillo. Efectivamente, si no hay problemas de agendas políticas por parte de Ayuntamiento y Junta de Andalucía, el pabellón del centro deberá ser inaugurado a finales de junio.
El lunes siguiente al cierre de las puertas del Fernando Portillo, todo su personal pasará a las instalaciones del centro junto al Parque Genovés.
Hace un par de meses, ya se informó y tranquilizó a los trabajadores de que no había nada que temer. Todo su personal sería reabsorbido por el pabellón del centro. Y así ha sido, tal y como ha anunciado el concejal municipal de Deportes, Vicente Sánchez.
Así, por parte de los trabajadores no hay apenas inquietud aunque sí aún muchas interrogantes sobre cómo será el nuevo lugar en el que tendrán que pasar sus jornadas laborales. Aunque sí algo de añoranza. Así lo confesaba Adelina García, que a sus 62 años de edad lleva ya 25 entre las paredes del Portillo.
"Aquí entré con Carlos Díaz y entre una cosa y otra no creo que vuelva a trabajar al nuevo pabellón porque me acerco ya a la edad de jubilación", comentó Adelina. Incitada a hacer un melancólico repaso a su paso por el Portillo, Adelina recordaba con cierta sonrisa a la selección rusa por el pabellón. "Con esos Savoni y Tkachenko llegamos a temer por nuestras canastas", recuerda Adelina. Pero reconoce que el mal estado de las instalaciones hace necesario el derribo "por mucho que me duela".
Entre los que sí existen muchas inquietudes e incógnitas es entre los usuarios, "muy desprovistos de información", según Mari Carmen Muñoz, monitora de musculación durante 16 años.
"Aquí nos preguntan y no sabemos qué responder", comenta. "Muchos de los clientes que tenemos aquí o la gran mayoría no se están dispuesto a pasar al pabellón del centro porque suele ser gente ocupada que no cuenta con demasiado tiempo y que el hecho de desplazarse hasta el Parque Genovés no es aceptable".
José, que tiene a su hijo haciendo karate en el Portillo desde los cuatro años "y ahora tiene 10 y tenemos muy claro que no lo llevaremos al centro y espero que el Ayuntamiento nos dé alguna opción para evitar que mi hijo tenga que dejar esta afición".
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