Procosur entra en un concurso de acreedores

El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Cádiz declaró el pasado 8 de enero un concurso voluntario de acreedores para lo cual se nombró como administrador concursal a Rafael Salido Freire, que tiene su sede en Jerez.

Este ya ha enviado a todos los acreedores de la firma de congelados que verifiquen las deudas que mantienen con ellos Procosur y que se las hagan llegar.

La dirección de la empresa señaló ayer a este periódico mediante un comunicado que en enero ha iniciado un proceso de "reestructuración para adecuarse al mercado y a las nuevas necesidades del sector".

Con este objetivo, explica que Procosur solicitó a finales del mes de diciembre de 2013 la protección concursal del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz. Según la misma fuente, la magistrada titular resolvió favorablemente la solicitud y nombró al abogado y auditor antes referido.

La empresa ha asegurado que una vez que se ha iniciado el procedimiento se continúa con el suministro de productos congelados "de alta calidad" a su red de tiendas así como a otros clientes y puntos de venta.

En el comunicado Procosur "se afana en desarrollar su actividad con normalidad, haciendo particular énfasis en las labores de optimización, reordenación y refinanciación".

De este modo, la intención de la propiedad "se centra en lograr alcanzar un convenio con sus acreedores que permita la continuidad empresarial en el menor plazo posible".

Procosur es una firma gaditana que nació en el año 1984 y que con el paso de los años se ha convertido en una de las referencias en el sector de los productos congelados. Esta empresa compra en 15 caladeros del mundo de cuatro continentes y distribuye más de 150 productos propios, destacando por encima de todo el pulpo, que se lanza al mercado en más de 40 formatos diferentes.

En el mes de noviembre de 2011 la empresa gaditana abrió una nuevas modernas instalaciones en el recinto fiscal de la Zona Franca de Cádiz, para lo cual se llegó a invertir 20 millones de euros y para lo que se preveía un aumento del 25% de la plantilla.

Esta planta de 9.000 metros cuadrados cuenta con una sala de producción y transformación de alimentos congelados con nueva tecnología que les iba a permitir reducir los costes y un centro logístico con diez muelles de carga.

Sin embargo, la empresa tampoco ha sido ajena a la crisis y ahora se encuentra con falta de liquidez para pagar, entre otras cosas, a sus proveedores, por lo que ha entrado en el concurso voluntario de acreedores.