Puente a la esperanza

infraestructuras El futuro de un proyecto clave para la Bahía avanza según los plazos anunciados por la ministra

La reactivación de los trabajos en el tramo atirantado es total, como se puede comprobar en los talleres OPT 95, donde se construyen dovelas y los dos carros de izado

Una de las gruesas planchas de acero almacenadas en OPT.
Una de las gruesas planchas de acero almacenadas en OPT.
Pedro M. Espinosa / Sevilla

29 de abril 2012 - 01:00

La reactivación de las obras del tramo atirantado del segundo puente es toda una realidad. Cuando los sentidos entran en juego sobran las palabras. Y esta semana hemos visto a decenas de operarios afanándose en las enormes dovelas, hemos oído los rotaflex a pleno rendimiento, tocado planchas de acero de 20 centímetros de espesor o sentido el calor que desprenden las chispas de las soldaduras. Hemos comprobado que el segundo puente avanza a buen ritmo, por más que en la Bahía el crecimiento del tablero aún se mida en unos pocos metros.

Y es que el viaducto gaditano va tomando cuerpo sobre todo en tierras sevillanas. En los talleres de la empresa OPT 95, que Diario de Cádiz visitó estos días y donde se construyen 12 de las 61 dovelas que conformarán los más de 1.200 metros del tramo atirantado y los dos carros de izado que servirán para elevarlas y que tendrá cada uno un peso superior a las 1.000 toneladas.

OPT 95, junto a Tecade, cuyas instalaciones visitamos el pasado verano, y Megusa, son las tres firmas que se encargan de esta labor, que se reactivó las pasadas navidades y que en los últimos 20 días, una vez aprobados los Presupuestos del Ministerio de Fomento para los dos próximos años, ha sufrido una aceleración. Con anterioridad hubieron dos parones que se notaron en la producción, tanto en las plantas sevillanas como en las obras en la propia Bahía y que incluso movilizaron a las fuerzas políticas. Fueron los momentos más difíciles de una obra sobre la que se ha cernido como una amenaza permanente el estallido de la crisis económica. Ahora, con más de 41 millones presupuestados para 2012 y 82 para 2013, el panorama es más alentador. Tanto, como que en junio se quiere empezar a izar las dovelas que componen el tramo atirantado. Las siete primeras, las cuatro centrales que van sobre la pila 12 y las tres centrales de la 13, deberán ser elevadas 69 metros sobre el mar por una grúa-barcaza que debe venir de los Países Bajos. Esta es una de las operaciones más complicadas de todo un proyecto faraónico, aunque, como dice el propio Julián Gómez -administrador de la empresa OPT e hijo de su fundador, con quien también tuvimos ocasión de departir unos instantes antes de la visita a los talleres-, no es un puente "difícil de construir" en comparación con otros proyectos que han acometido, como el Palacio de las Artes de Valencia del arquitecto Santiago Calatrava. Una vez que esas dovelas principales, las más pesadas de todas, algunas superan las 600 toneladas, estén soldadas, llegará el momento de montar los pilonos (las estructuras que coronan las pilas principales y desde las que partirán los tirantes) y los dos carros de izado. Ahí acabará la labor de la grúa-barcaza, puesto que a partir de ese momento serán esos carros de izado, cuyas últimas piezas se construyen en los talleres de OPT y que ya tienen sus cuerpos principales descansando en las instalaciones de Dragados de La Cabezuela, los que elevarán las dovelas. Una vez arranque esta operación sí que será necesario que a la vez que se coloquen las dovelas se instalen los tirantes que soportan parte de su peso. Serán los momentos más decisivos de un tramo del puente para cuya finalización será también importante la meteorología, puesto que con viento fuerte, como el que a menudo sopla en la Bahía, será imposible.

De las 12 dovelas que tiene que construir, OPT 95 ha realizado ya cinco, y la orden que tienen del Ministerio de Fomento es que deben entregar dos al mes. En las oficinas de administración se puede observar un planing en el que se fija la fecha de entrega de las mismas y las que deben ir construyendo los talleres de Tecade y Megusa, en perfecta sincronización.

En estos momentos hay unos 60 operarios trabajando en diferentes turnos en OPT y Julián Gómez señala que actualmente todo marcha de acuerdo a lo planeado. De hecho, los cuerpos centrales de dos de estas dovelas, la cuatro y la cinco, están ya presentados para superar todos los controles antes de pasar a la nave de pintura y ser enviadas hasta Cádiz. La presencia permanente de inspectores de Dragados es otra de las señales que indican que la obra ha cogido velocidad de crucero. De hecho, cuando nos adentramos en estas dovelas para examinarlas, vemos como un inspector comprueba mediante ultrasonidos que todas las soldaduras cumplen con los requisitos exigidos por una obra de este calado.

Las instalaciones que OPT tiene en el polígono sevillano de El Pino cuentan con 18.000 metros cuadrados, de los que 6.000 son cubiertos, repartidos en tres talleres. Durante nuestra visita vemos como en una de las naves se pinta parte de una dovela. Julián Gómez nos informa que el tratamiento de pintura también debe ser especial, porque "en cualquier obra normal se trabaja con una espesor de 80-90 micras y aquí lo hacemos con 300 micras. Debe haber un gran espesor de pintura para soportar las condiciones de una estructura que se colocará en medio del mar".

Durante su visita a las obras del viaducto, la ministra de Fomento comentó que entre finales de mayo y principios de junio comenzaría a colocarse el tramo atirantado. La actividad en los talleres sevillanos y las últimas informaciones que manejan los políticos gaditanos hacen tener la esperanza de que se cumplan esos plazos.

Hay que tener en cuenta que Pastor dijo que se tardarían 12 meses en tener listo el tramo atirantado. Según nos dijo Julián Gómez, calculan que para colocar cada dovela se requiere unos 10 días, ya que hay que hacer "entre 500 y 600 horas de soldaduras para la unión de un tope con otro, y que el panceo de cada pieza, a esa altura, hará más complicadas las condiciones de trabajo".

En los talleres de OPT también se construyó la percha de empuje que está instalada en la orilla gaditana del puente y que sirve para ir lanzando los tableros que la empresa Ascamon está construyendo en Asturias y que poco a poco están llegando hasta la ciudad.

Dragados está convocando dos o tres reuniones semanales con todas las empresas implicadas para ir coordinando las diferentes acciones que hay que realizar a partir de ahora, cuando la construcción del segundo puente sobre la Bahía entra en su momento más decisivo.

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