"Emma ha sido una tormenta grande, pero no excepcional"
Dos científicos opinan sobre consecuencias y causas del paso del temporal por Cádiz
Cádiz/El profesor de Dinámica del Litoral del Grado en Ciencias del Mar, Javier Benavente, y el catedrático de Geodinámica de la UCA Javier Gracia coinciden en que Emma ha sido una tormenta "grande, pero no excepcional". En 1997 y en 2009 se registraron temporales de la misma intensidad. "En el caso de 1997, incluso se registraron olas con una altura mayor", afirma Benavente. Sin embargo, la diferencia que resalta de Emma es que "han venido dos borrascas una detrás de la otra. La segunda, que venía empujando detrás, ha generado una mar de leva y ha coincidido con las pleamares vivas más grandes del año".
Si se tienen en cuenta las estadísticas, aporta Benavente que un evento de alta energía como la borrasca Emma se produce entre cada 10 y 15 años de media. Por ello, reconoce que ha habido "mala suerte por la coincidencia entre un gran temporal y una pleamar viva equinoccial".
Respecto a la situación de los chiringuitos, recuerda que "en 1997 no se generaron daños en Cádiz con un temporal similar, mientras que en 2009 se dañaron un parque infantil y de juegos, y las instalaciones deportivas. Ahora, la situación ha cambiado porque se han metido infraestructuras en una zona inundable". Ante esto, recalca que "cualquier experto te comentará que nadie va a construir en una zona inundable". A esto, se une el cambio en la actividad de los chiringuitos, ya que "hasta hace cinco años eran estructuras de quita y pon que estaban durante el verano y se retiraban en invierno".
Se muestra crítico con las decisiones políticas en torno a este asunto, ya que "estamos siguiendo una política contraria a la del resto de países europeos, que están haciendo una retirada, mientras que con la nueva Ley de Costas y los chiringuitos estamos moviéndonos en dirección contraria. La playa está construida en arena, que no es una estructura muy sostenible. Es un elemento dinámico que cambia en función de los temporales, que la erosionan, o del buen tiempo, que hace que crezca. Intervenir en un medio natural es siempre peligroso", argumenta, pero reconoce que "si los chiringuitos se hubieran construidos en una estructura de tipo palafito o sobreelevados, se habrían producido menos daños".
Por su parte, Javier Gracia, que dirige un grupo de investigación centrado en la erosión, "el problema es que estamos ocupando las playas y las dunas, y eso debilita la costa. No hay mejor defensa contra los temporales que una buena playa que tenga detrás unas buenas dunas, altas y continuas. Si eliminamos las dunas, automáticamente la playa entra en erosión, y con el tiempo va perdiendo tanta arena que se hace muy vulnerable ante temporales energéticos".
También señala Camposoto, donde la morfología del fondo marino no protege la costa del embate de las olas. "Las consecuencias pueden ser muy dramáticas, como ha sucedido estos días en Camposoto: es una de las playas más expuestas de la provincia, porque presenta un importante déficit de sedimentos; en consecuencia, después de este temporal energético prácticamente se han perdido la dunas y ya no hay arena en la playa".
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