Regalar antigüedades en Cádiz: Desde un confesionario hasta una radio nazi pasando por los duros antiguos

La capital cuenta con una destacada oferta de anticuarios

Duros antiguos, algunos con un precio superior a los 400 euros. / Lourdes De Vicente

Más allá del comercio tradicional, las franquicias, las grandes superficies y las compañías de venta por internet, existe otra posibilidad de acertar a la hora de encontrar un regalo de cara a las festividades de Navidad y Reyes. O a lo largo de todo el año: las tiendas de antigüedades.

Lejos de la imagen que para algunos puede tener este tipo de comercio, como tiendas lleva de cachivaches mal conservados o, todo lo contrario, productos de precios desorbitados, lo cierto es que estos locales nos abren un abanico de productos de todas las especies y de todos los precios.

Fernando Constantino abrió su tienda 'El Rastro de Cádiz', hace un mes, aunque su padre ya puso en marcha, hace más de 30 años, un local en la calle Rosario que él empezó a regentar tras el fallecimiento de su progenitor.

Coleccionista "porque lo llevo en la sangre", especialmente en todo lo relacionado con la numismática, su tienda abierta ahora en el número 2 de Sacramento, es fiel a su nombre pues permite encontrar de todo... aunque perfectamente ordenado. Desde libros, revistas y tebeos antiguos hasta objetos de decoración para la casa, soldados de juguetes, figuras de Disney, discos de vinilo, carteles taurinos y un largo etcétera.

Como todos los anticuarios de la ciudad, se abastece a través de la compra-venta, indagando en particulares que de deshacen de sus recuerdos o el de sus familiares, y en casas antiguas. Reconoce que, en todo caso, "en Cádiz cada vez hay menos donde rastrear", al contrario que ocurre en Jerez de la Frontera "donde todavía hay mucho material", o en localidades como El Puerto o Sanlúcar, donde también quedan grandes casas familiares.

El turismo es un cliente fijo y decidido. El que entra sale normalmente con alguna compra. Uno, por ejemplo, se llevó unas figuras de Disney con algunos años ya encima y en perfecto estado.

Pero el gran éxito de ventas, junto a todo lo que tenga una relación con Cádiz (libros, fotografías, postales, figuras, cuadros, carteles), es el vinilo. "Está de moda, junto a la compra de antiguos tocadiscos, o los nuevos que salen que permiten escuchar los discos de pizarra (a 78 revoluciones), sobre todo porque el vinilo en las tiendas de música sigue siendo muy caro y aquí se buscan los de segunda mano".

Palanganero con todos sus utensilios. / Lourdes de Vicente

Le pido a Fernando que elija un objeto para un regalo. Busca un viejo palanguero de madera en perfecto estado, con su espejo ovalado, el aguamaníl y lo completa con una jabonera de porcelana y un juego de tocador. El precio es muy asequible: 150 euros para el juego de tocador y 80 para el mueble. Claro que, como él mismo advierte, "todo es negociable, como es algo propio en este negocio".

En el número 24 de la calle San José funciona desde 2010 Seromu. Sergio está al frente de un local que, abarrotado de todo tipo de piezas, te obliga a andar con cuidado para no llevarte por delante una cerámica, un jarrón o un crucifijo.

"Vendemos de todo, desde una postal de Cádiz hasta una pintura del XVIII. Y también, mucha decoración".

Hace poco vendieron un confesionario a un particular destinado a una exposición. Confesionario, que ocupaba por su amplitud un lugar preferente en el local, comprado de una antigua casa solariega de Jerez, ciudad que aporta muchas piezas de gran valor. También destaca la venta de una de las antiguas sillas de mimbre que llevaban la playa de Cádiz hace ya muchas décadas y que bien podía ser un elemento único.

La mayoría de los que entrar a comprar lo hacen a "tiro hecho. Las cosas específicamente de Cádiz siguen vendiéndose mucho, especialmente por parte de los turistas. En todo caso, internet es una fuente de ayuda más que relevante, pues mandamos productos a medio mundo".

Crucificado del siglo XIX realizado en papel. / Lourdes de Vicente

Sergio elige para su muestra un crucificado elaborado en papel, de la escuela española y del siglo XIX. Está a la venta por 1.500 euros.

Antigüedades Millán lleva abierto en Cádiz, en la calle Buenos Aires s/n, desde hace cuarenta años lo que le ha convertido en un referente del sector en el conjunto de la provincia. Puesto en marcha por Juan Ramón Millán, es ahora su hija, María del Mar, la que regenta un negocio que "como todos vivimos una época de esplendor entre 2000 y 2008 y que desde entonces ha ido decayendo".

"Ahora la mayor parte de las ventas se hacen a través de internet. Vendemos por toda Europa, por Hispanoamérica. He llegado a mandar envíos a países que no sabía que existían", destaca Millán que, aunque reconoce lo positivo que es para el negocio esta expansión de las ventas, lamenta la pérdida de buena parte del contacto directo con los clientes que antes entraban en el establecimiento. "Un cliente habitual que ahora se ha perdido. Hemos llegado a tener familias que venían aquí para elegir muebles (todos de gran valor y calidad) para la casa y ahora se limita a buscar elementos de adornos".

La tienda se abastece de las herencias familiares, que hoy suponen el 95% del material que acaba vendiéndose en Antigüedades Millán.

María del Mar Millán destaca también la más que relevante colección de monedas antiguas y de medallas militares, como la dedicada al aniversario de la Batalla de Chiclana y a los Defensores de La Carraca, esta última de 1873.

Monedas conmemorativas. / Lourdes de Vicente

Como pieza elegida, la empresaria apuesta por su coleccionismo preferido: las monedas. Enseña una amplia colección de los famosos duros antiguos. Aquí, aclara, hay que tener en cuenta de cara a su valoración económica, el estado en el que se encuentra la moneda, su fecha, que la orla esté completa y el relieve sin golpes. Y si la ceca (el sello que indica su lugar de fabricación) es Cádiz, el precio se puede triplicar. En este caso, el duro antiguo acuñado en la ciudad tiene un valor que va entre los 400 y los 500 euros.

Aunque ya dejó el negocio de las antigüedades tras su jubilación, José María Gómez del Castillo, Josemari, forma parte de la historia de la ciudad y del sector gracias a la trastienda de su almacén, en la calle Torre. Haciendo memoria, y más allá de la inmensa colección que logró sobre temas gaditanos, recuerda un aparato de radio nazi. "Con la llegada al poder de Hitler, las autoridades nazis repartieron por todas las casas aparatos de radio (por lo que se podía seguir los discursos del gobierno). La peculiaridad es que sólo se podía escuchar la radio gubernamental. Si alguno quería escuchar otras emisoras, como la BBC, se rompía un precinto lacrado. Teniendo en cuenta que cada dos semanas la policía inspeccionaba los aparatos, podían ser condenados".

También recuerda la venta de una maleta de verdugo, con el cartel de "cumplidor de penas", incluyendo su caperuza.

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