Regreso a las aulas seis meses después

Seis meses después, las aulas se llenan de niñas y niños. El curso escolar 2020-2021 ha dado comienzo de manera escalonada y los colegios han recuperado el pulso perdido a causa de la epidemia del coronavirus. Las calles han vuelto a recuperar una estampa perdida desde mediados de marzo, aunque con otras circunstancias: los alumnos llevan mascarilla y gel hidroalcohólico, mientras madres, padres y profesores viven con incertidumbre y recelo el retorno a las clases, pendientes de la evolución de la pandemia.

"Estamos preocupados, pero el colegio ha tomado muchas medidas. Más de las que imaginábamos. A ver cómo evoluciona todo", decía Amanda antes de que sus dos hijas, de 6º de Primaria, entrasen en el CEIP Celestino Mutis de la capital gaditana. El resto de madres y padres que la acompañaban coincidían en valorar positivamente el trabajo realizado por el profesorado del centro. Los escolares portaban grandes cajas transparentes, de plástico, donde deberán meter todas sus pertenencias. “Nos han dicho que deben tener marcados con sus nombres hasta los lápices. Todo lo que aparezca en la clase sin nombre se retirará”, explicaba otra madre.

Mayte de la Torre comentaba que su hija estaba “deseando incorporarse al colegio”, y apuntaba que el CEIP Celestino Mutis “ha hecho todo lo que estaba en su mano dentro de los recursos que tiene la escuela pública, y ha escuchado las propuestas de los padres”. Mara López llegaba con su hijo Miguel, que confesaba la molestia que le producía llevar mascarilla. No tendrá más remedio. Deberá llevarla durante toda la jornada escolar, marcada con su nombre. María López de 5º de Primaria, estrenaba curso y colegio, procedente del Carlos III, y mostraba sus ojos hermosos claros por encima de la mascarilla. Su madre, Mamen Fopiani, reconocía estar “satisfecha” con la organización del centro, aunque con el “lógico miedo”.

A las 9.00 horas el profesorado recibió a los escolares con la banda sonora de 'El mago de Oz', con algunos docentes disfrazados como los protagonistas de la mítica película y exhibiendo un cartel en el que podía leerse "Todo saldrá bien". Y es que Dorothy enseñaba el camino de baldosas amarillas hacia la nueva normalidad, mientras Leo, la conserje, tenía cuidado de que los alumnos mantuviesen la distancia y se desinfectasen las suelas de sus zapatos en la alfombrilla colocada para la ocasión.

Poco después los alumnos de 5º y 6º formaban en el patio mientras un profesor les tomaba la temperatura. Como añadido para hacer la entrada más agradable, el profesorado aplaudía a cada niña y niño. Había comenzado un curso marcado por la incertidumbre, aunque con la ilusión de que la presencialidad sea duradera y sin muchos sobresaltos.