Renace LA PASTORA

hermandades Un repaso al ayer y el hoy de una antigua devoción gaditana

La valiosa imagen sale hoy después de casi medio siglo · ¿Qué queda hoy de la cofradía que rindió culto y levantó el templo de la calle Sagasta?

Renace LA PASTORA
Pablo-Manuel Durio / Cádiz

20 de mayo 2012 - 01:00

Los amantes del arte, el patrimonio religioso y las cofradías sí han puesto interés y empeño por saber lo que esconde el pequeño templo de la calle Sagasta erigido en honor de la Divina Pastora de las Almas. Pero muchas generaciones de gaditanos apenas saben de su existencia. En una iglesia algo escondida entre las fachadas de la estrechez de Sagasta y que en los últimos años ha estado cerrada, la devoción a esta advocación mariana se había dado prácticamente por perdida. Pero la imagen de María Inmaculada Divina Pastora de Almas vuelve hoy a salir en procesión por las calles del casco histórico. Una salida que no se produce desde el año 1964 -según la comunidad parroquial de San Lorenzo- y que puede suponer el renacimiento de esta importante devoción que siglos atrás giró en torno a una cofradía.

Fue en el año 1732 cuando en el convento de Santa María se erige de la mano de Fray Isidoro de Sevilla el santo rosario que tan solo un año después ya sería hermandad de la Divina Pastora. Años más tarde el propio Fray Isidoro pide al Ayuntamiento unos terrenos para construir una capilla. Y al no gustar los terrenos cedidos frente al convento de Santa María, éstos se vendieron y se adquirió el solar que hoy ocupa la iglesia construida por y para la Divina Pastora, que la preside desde el 22 de diciembre de 1736.

A partir de ese momento se van desarrollando etapas de esplendor junto con otras de decaimiento en la corporación. Los últimos datos fehacientes que se tienen de la Venerable, Pontificia e Ilustre Archicofradía de la Divina Pastora de las Almas se remontan a 1963, cuando se reorganizó por última vez la junta. Antes de eso, entre los años 30 y 50 esta histórica corporación vivió otra etapa de resurgimiento. Finalmente, se pierde en la memoria de la ciudad sin que se sepa fechar cuándo fue su última salida procesional (algunos la establecen en 1964, otros en 1966 y los más prudentes en 1950 con motivo de una magna mariana).

Medio siglo después, La Pastora vuelve a renacer de la mano de la comunidad parroquial de San Lorenzo con una serie de cultos y actos que viene celebrando en los últimos meses y, sobre todo, con la salida procesional de esta tarde para que la imagen participe en la exposición Pietas Populi que tendrá lugar entre el 25 de mayo y el 8 de junio en Santo Domingo. ¿Qué queda hoy en día de la archicofradía de La Pastora? ¿Qué se ha conservado medio siglo después de las últimas referencias que existen en torno a esta corporación?

En primer lugar, ha quedado la iglesia construida entre 1734 y 1736 (que después ha sufrido algunas reformas y ampliaciones) así como todos los altares e imágenes que en ella se encuentran (y otras imágenes que perteneciendo a La Pastora no se localizan en los lugares para las que fueron concebidas en su día). Y en segundo lugar, como patrimonio puramente cofrade también ha dejado un más que notable legado esta corporación. Así, además de la imagen (que el historiador Lorenzo Alonso de la Sierra atribuye a Montes de Oca y que fue restaurada en los 90 por Luis González Rey) destacan los dos simpecados (el fundacional, bordado en oro y con el cobre que Fray Isidoro de Sevilla regaló cuando erigió la cofradía y otro, conocido como de gala, de orfebrería realizad por Llamas y con un relieve de Hita del Castillo que data de 1783), dos ternos bordados para la imagen (uno en tisú de oro y otro con saya blanca y manto rojo, que eran los colores propios de La Pastora); la Cruz de Guía, de plata, realizada en 1763; el guión corporativo y las galletas de unas varas con su escudo; las imágenes de la Pastora Galeona y la Pastora Enfermera; y diversos objetos para el culto, entre los que destacan una casulla y dos dalmáticas bordadas en oro y sedas de colores.

Todo este importante legado le vale a Lorenzo Alonso de la Sierra para afirmar que "pocas hermandades de Gloria en Andalucía pueden poner este plantel tan valiosísimo". Alonso destaca en primer lugar el templo que es propiedad de la cofradía y que él califica como "uno de los conjuntos artísticos más importantes del siglo XVIII", destacando especialmente "que surge por y para Ella", en referencia lógicamente a la Pastora. Sobre esta iglesia comenta que "arquitectónicamente tiene un interés altísimo" y pone especial énfasis en los retablos y esculturas (obra de Julián Jiménez y Benito Hita y Castillo) que forman "uno de los mejores conjuntos del XVIII en Andalucía". Igualmente, Lorenzo Alonso de la Sierra valora positivamente el patrimonio de la hermandad, diseñado por el mismo retablista (Julián Jiménez) y, en el caso de las piezas de plata, "realizadas por los mejores orfebres de Sevilla". O del archivo documental que también se conserva. De todo ello, destaca que "aunque la cofradía ha tenido momentos de parón, no se ha perdido el patrimonio y eso no es habitual en la historia de una cofradía".

Todo este patrimonio, todo este reflejo de la historia de una devoción que fue muy singular e importante en Cádiz en tiempos pasados, sale hoy de nuevo a la calle para que la Divina Pastora se reencuentre con los gaditanos. Sin duda, un nuevo párrafo en la historia cofrade gaditana.

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