Restaurar las murallas y fortificaciones de Cádiz pueden tener un coste de 50 millones
Patrimonio
Costas puede abordar dos fases que ya están presupuestadas en el Campo del Sur
Los municipales dependen de los Next Generation
La restauración de las murallas y las fortificaciones gaditanas en su totalidad podría acercarse a los 50 millones de euros. En este tema hay que dividir tres partes. Una que es todo el perímetro de la muralla, que es lo que le corresponde a Costas. Los estudios que hizo este organismo dependiente del Estado en el año 2015 es que ponerla a punto podría suponer unos seis millones de euros. Sin embargo, los cálculos serían bastante superiores a día de hoy debido al deterioro que ha sufrido parte de la muralla en los últimos años.
La segunda de ellas es lo que está encima de las murallas, es decir, todas las fortificaciones y demás elementos que son de competencia municipal. En este caso el Ayuntamiento de Cádiz, a través de la Concejalía de Patrimonio que dirige Paco Cano, ha presentado un proyecto para la rehabilitación de todas ellas, incluyendo los baluartes, por un valor de 11 millones de euros, que está pendiente de su resolución.
El tercero de los casos es el más complicado porque es lo que afecta al castillo de San Sebastián. Para empezar, por la propia cuantía del proyecto de rehabilitación de esta fortificación que afectaría sobre todo a la parte exterior y al perímetro. El Ayuntamiento de Cádiz también ha presentado un proyecto a los Next Generation por valor de 27 millones.
A diferencia de lo que ocurre con los dos casos anteriores, lo que se da aquí es que es un espacio dependiente del Estado pero que en tiempos del equipo de Gobierno de Teófila Martínez se pidió su cesión para que tuviera una gestión municipal. De hecho, el Ministerio de Medio Ambiente lo traspasó a Hacienda como un paso previo obligado antes de cederlo al Ayuntamiento. Sin embargo, antes de culminarlo, el Estado le pidió al actual equipo de Gobierno un proyecto para su gestión así como el presupuesto para poderlo llevar a cabo. Entonces no tenían ni una cosa ni lo otra.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Cádiz, si consiguiera los fondos Next Generation ya tendría el proyecto para que se pudiera hacer la cesión, que iría de la mano con la Universidad de Cádiz para una especie de Museo de las Ciencias con un espacio dedicado a las ciencias marinas y que abarcaría todas las etapas del conocimiento, tal y como asegura Paco Cano.
El caso del castillo de San Sebastián es el vivo ejemplo de las expectativas no culminadas por el Bicentenario de la Constitución de 1812. En un principio el que era presidente del Consorcio del Doce, Gaspar Zarrías, presentó un ambicioso proyecto para la fortaleza que traía consigo la rehabilitación integral, a lo que se le unía una serie de equipamientos, como un par de auditorios, zonas expositivas, un muelle para embarcaciones y el ensanche del Paseo Quiñones. Sin embargo, entre la oposición ciudadana a los dos últimos proyectos y la llegada de la crisis, hizo que la rehabilitación se quedara a medias y muy lejos de las expectativas generadas.
Lo que está más cerca de convertirse en una realidad son las dos primeras fases de las murallas, que están a falta que desde Costas se completen una serie de trámites burocráticos. Esas dos fases ya tenían consignación presupuestaria antes de que se tuvieran que realizar unas obras de emergencia por unos temporales hace años. En concreto afectaría en una primera fase a toda la trasera del Campos del Sur y en la segunda, al tramo que va desde la altura de Capuchinos hasta el baluarte de los Mártires.
En los últimos meses Cano ha mantenido varias reuniones con Costas, tanto a nivel nacional como provincial, para tratar de que salieran adelante los proyectos de restauración de las murallas, algo que está a punto de cristalizar.
El caballo de batalla del mantenimiento
Uno de los caballos de batalla que tiene el Ayuntamiento es que todos estos proyectos de restauración vengan acompañados también de un presupuesto para su mantenimiento. Hay que tener en cuenta que las murallas se ven sometidas de manera constante a la erosión que produce el oleaje, por lo que constantemente tienen que someterse a labores de mantenimiento. Uno de los problemas históricos que tienen las murallas es que hace muchos años se actuaba en ellas de una manera muy superficial, es decir, se hacían rellenos con material muy malo que resistía muy poco y que con el paso del tiempo hacía que estas murallas defensivas quedaran en parte huecas. De hecho, hay lugares a lo largo del perímetro que tiene el pretil prácticamente suspendido porque la zona inferior está descarnada.
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