Salven ya al drago que asfixia esa hiedra en Cádiz
Medio ambiente
Un ejemplar especialmente protegido por el PGOU sobrevive a duras penas bajo la maraña de una enredadera, pese a que el Ayuntamiento requiere a la propiedad que lo cuide desde 2016
Los árboles históricos que se han perdido en Cádiz
Cádiz/A ningún amante de la jardinería, de los árboles o del patrimonio vegetal en general se le habrá escapado el estado de absoluto abandono en el que se encuentra desde hace años un imponente drago (Dracaena draco) en el solar donde antes estaba la Escuela de Enfermería Salus Infirmorum y posteriormente, la Residencia Universitaria La Sal, frente al Centro de Salud El Olivillo. Entre las calles Doctor Marañón y Felipe Abárzuza y la glorieta de Simón Bolívar sobrevive todavía uno de los pocos ejemplares de esta valiosa y protegida especie de origen canario que quedan en la ciudad. Se conserva en pie literalmente asfixiado por el incontrolado crecimiento de la hiedra que en otro tiempo cubría, bien recortada, la valla del viejo chalé. Eso, pese a que desde 2016 el Ayuntamiento ha requerido varias veces a la propiedad de la parcela que lo mantenga como procede.
En el mismo solar también subsiste otro árbol, concretamente, una Araucaria de Nueva Caledonia (Araucaria columnaris). “Ambos ejemplares están catalogados en el Plan General de Ordenación Urbana vigente, dentro del Catálogo de Protección, Subcatálogo de Elementos Vegetales en Grado de Protección 1, siendo, por tanto, parte importante del Patrimonio Vegetal de Cádiz”, informan a este periódico desde la Delegación de Medio Ambiente, de la que depende Parques y Jardines.
En junio de 2016, “el fuerte temporal de levante que azotó la ciudad provocó la caída de una rama de importante tamaño del drago sobre la acera de Felipe Abárzuza, provocando daños sobre el arbolado de alineación” de esa calle, que lo componen unos naranjos agrios, explican desde el Ayuntanmiento. El 14 de ese mismo mes, la Junta de Gobierno Local “acordó el requerimiento a la propiedad del solar donde se encuentra el drago para que procediera a la realización de los trabajos de conservación y mantenimiento dicho ejemplar, pero estos trabajos no fueron ejecutados”.
Casi tres años después, en febrero de 2019, “tras una inspección por parte del servicio técnico municipal, se emite un informe y otro requerimiento a la propiedad al detectarse que la parcela estaba siendo utilizada como zona de acopio de materiales de obras, ante el posible efecto negativo que pudiesen causar sobre estos árboles posibles traumatismos por accidentes así como la compactación y contaminación del suelo donde se encuentran los ejemplares”.
Dada la especial relevancia del ejemplar, “se requiere de nuevo a la propiedad a que realicen trabajos culturales de mantenimiento, así como la comprobación de la estructura de la copa arbórea y la eliminación de la hiedra que lo cubre desde el pie el tronco y la estructura de la copa. La presencia de la hiedra provoca un efecto negativo en el estado de conservación del ejemplar”, aseguran los técnicos de Medio Ambiente. En mayo de 2019, la propiedad del solar contrata los “servicios de técnicos arbolistas que realizan informe del estado de los ejemplares y de los trabajos de mantenimiento referidos con la retirada de la hiedra del tronco y ramas”. Pero la hiedra siguió asfixiando al drago.
No es hasta noviembre de 2022 cuando en Medio Ambiente se recibe “una petición de informe por parte de la Delegación de Urbanismo sobre las actuaciones previstas en esa parcela con el objeto del proyecto de construcción de una nueva residencia de estudiantes con 132 plazas”. Con el fin de preservar la conservación de estos árboles catalogados y de cara a las obras de construcción del nuevo edificio, el servicio técnico municipal requiere a la promotora la presentación, junto con la solicitud de licencia de obras, la siguiente documentación: Plano de detalle de la actuación donde se identifique la situación resultante de estos ejemplares tras las obras de construcción previstas y un Plan de Protección de Arbolado frente a Obras específico junto al Proyecto de Ejecución cuya finalidad será la de la protección de estos dos ejemplares catalogados.
Este Plan de Protección de Arbolado y todas las actuaciones que se realicen sobre estos árboles “deberán ser realizadas y supervisadas durante la ejecución de las obras por personal técnico arborista competente, que tutelará el control de dicho plan de Protección previa supervisión por parte del servicio técnico municipal”, concluyen desde la Delegación de Medio Ambiente.
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