Santo Tomás reviste de piedra sus fachadas

La fachada de la iglesia de Santo Tomás de Aquino está siendo rodeada de andamios como primer paso para emprender los trabajos de rehabilitación de la misma, que se encuentra muy deteriorada, y que se estima que se prolongarán durante unos tres meses.

El párroco, Juan Piña Batista, recuerda que hace unos años se restauró y pintó todo el exterior del edificio, pero que en poco tiempo volvió a deteriorarse hasta tener el aspecto actual, por lo que la comunidad parroquial ha decidido afrontar su restauración, que asciende a unos 200.000 euros, una parte de los cuales aportará la comunidad parroquial, otra la conseguirán mediante financiación y para la tercera llevarán a cabo un programa de actividades para conseguir los fondos necesarios.

El proyecto actual consiste en revestir el edificio de piedra, con el objetivo de actuar sobre sus muros de manera definitiva, obras que llevará a cabo la empresa gaditana Construcciones Zaragoza, conservándose los actuales zócalos de piedra ostionera, además de sustituir las puertas de acceso al templo y las vidrieras.

El párroco señala que se trata de la segunda fase de rehabilitación el edificio parroquial, después de que en la anterior se colocara una solería de mármol en el interior del templo, dotándolo además de nuevos bancos, y se renovaran diversos elementos del presbiterio, entre ellos la sede, la pila bautismal, el ambón y el soporte para el cirio pascual, realizado en mármol.

Más adelante está previsto realizar una tercera y última fase, centrada en la rehabilitación del complejo parroquial, con la renovación de las dependencias parroquiales, que se encuentran también bastantes deterioradas.

La parroquia de Santo Tomás de Aquino se creó el 28 de septiembre de 1944, si bien el templo no se inauguró hasta el año 1955 y fue levantado con la ayuda de los créditos concedidos para Regiones Devastadas tras la explosión de 1947.

También en extramuros, el templo de San José (1878), el más antiguo de Puertas de Tierra y Bien de Interés Cultural, ha sido rehabilitado con las aportaciones de los propios feligreses, reponiendo la piedra de la fachada principal, conocida como calcarenita, que estaba en mal estado.