"Siempre estoy defendiendo a Cádiz en Sevilla y a Sevilla en mi tierra"
Fernando Pérez Cabrales. La voz de este gaditano ha contado goles, coplas, marchas procesionales y noticias. Tras más de un cuarto de siglo de profesión no ha perdido la pasión
S U voz es su mejor tarjeta de presentación. Una voz amable y profunda que igual ha anunciado goles que coplas o marchas procesionales. Vive a caballo entre el Carnaval y la Semana Santa, entre Cádiz y Sevilla, siempre ha visto futuro en su ciudad, de la que nunca ha querido alejarse demasiado. Pese a ello, también se muestra crítico con algunos de los defectos más arraigados en esta ciudad de nuestras culpas.
-¿Cómo llegó al mundo de la comunicación?
-Tuve una racha en la que no sabía muy bien qué hacer con mi vida. Mis padres querían que estudiara, pero tras empezar Políticas lo dejé. En un momento determinado hubo una llamada de mi amigo Gabi del Río en la que me comentó que buscaban a alguien en Antena 3 para hacer un programa de Semana Santa. Y así empezó todo. Luego llegó la Ser en Deportes, junto a Theo Vargas y Carlos Alarcón, y después me llamó Pepe Cervantes para que empezara a colaborar en deportes en Canal Sur, y luego me hice cargo de Carnaval Sur. También he pasado por los informativos provinciales, donde estuve ocho años; el informativo matinal regional, donde permanecí un par de años pero no me convenció la experiencia, por lo que volví a Cádiz, hasta que Joaquín Durán me ofreció hacer el carrusel deportivo en la radio, donde llevo ya siete años.
-¿Es la radio el medio que más le gusta?
-Pues sí. Sin que nadie se me enfade, los mejores comunicadores en España están en la radio. El potencial de la radio es enorme. La televisión es un medio devorador de ambiciones, de vanidades, porque a la gente le gusta salir en la tele, pero como profesional a mí me gusta mucho más la radio que la televisión, en donde también he tenido experiencias muy buenas y gratificantes, pero la radio me da una satisfacción que la tele no me ha dado, donde la lucha de audiencias es terrible. La radio es un medio que no va a pasar nunca de moda porque, a pesar de internet, la radio siempre tiene esa inmediatez. Más rápido que la radio no hay nada. Porque mientras que tú estás escribiendo el tuit yo ya he dicho que Mágico González ha fichado por el Cádiz.
-Y dentro de la radio, ¿prefiere la parcela deportiva?
-Reconozco que ahora me siento más cómodo en el formato deportivo, porque te permite una licencia que no te permite una información, como es lógico, incluso mucha ironía, mucha guasa, y eso me hace sentir cómodo. Pasártelo bien en tu trabajo es lo mejor que te puede pasar en la vida.
-Cuando dicen que la tele engorda ¿va con segundas, por aquello de la vanidad?
-La tele resalta como es cada uno. Si eres un sieso, en la tele lo vas a ser más, y si eres buena gente la tele te lo va a mantener. He conocido a gente que ha sido muy criticada y son gente muy sana, sin maldad, buenos profesionales. No sé cómo será la cosa en otras alturas, me refiero a otras televisiones a nivel nacional, pero la gente que yo conozco es muy sana y muy noble.
-¿Y cómo se lleva vivir a caballo entre Sevilla y Cádiz?
-Pagando un elevado precio en cuanto a la conciliación familiar. Pero bueno, me he acostumbrado a esta forma de vida. Llevo 26 años en esta profesión, de ellos 22 trabajando los fines de semana. Y llega un momento en el que dices, o dejo de calentarme la cabeza planteándome pobre de mí porque la gente está libre mientras yo trabajo o asumes lo que estás haciendo y vives tu fin de semana un martes, cuando te vas a correr por el Paseo Marítimo.
-Ha sido corista en un coro de Carnaval, hermano mayor de una cofradía y ha vivido de primera mano la pasión cadista. Lo de las tres Ces con usted se cumple a rajatabla. Sin embargo alguno le critica por tirarle más lo cofrade. ¿Lo entiende?
-Bueno, también la gente de la Semana Santa, cuando te ve pegado al Carnaval, te suelta tiritos. Yo soy de Cádiz, durante treinta y tantos años he vivido en el centro, con dos padres muy gaditanos, estudié en Cádiz y todo eso hace que haya vivido eso con mucha normalidad. Para mí vivir la ciudad era hacer todo eso. Ya luego, en el día a día, te vas decantando por uno de los palos, pero más por motivos personales. Yo empecé antes en el Carnaval que en la Semana Santa porque lo que quería era divertirme, y salir en un coro era la diversión máxima. Después de esa faceta de juerga, entre comillas, porque yo soy un poco saborío, me eché novia, me hice más serio y me metí en el mundo de la Semana Santa. Y ahí sí estuve mucho más marcado, más identificado, porque también me cogió una época donde tuvimos muchas movidas con los estilos de la carga y demás, y eso me marcó más.
-Porque era hermano mayor del Ecce-Homo cuando ocurrió aquel incidente en el Palillero.
-Así es. Además fui uno de los que decidió que eso se hiciera así, aunque no pensé nunca que la autoridad reaccionara de aquella manera, porque una cosa es que te guste y otra que te comportes como un zoquete. Ahí recuerdo a nuestro querido compañero Emilio López, que habló de aquel episodio como algo kafkiano. Pero yo que ahora vivo dos ciudades, como la novela de Dickens, me siento muy identificado con las dos. Cuando estoy en Sevilla me preguntan si soy de Cádiz, porque parece que la gente de Cádiz tiene que ir en chandal, con chanclas y una careta de Carnaval.
-¿Dice lo del chandal por su atuendo? Porque va siempre hecho un pincel.
-La elegancia está en la sencillez. También me he puesto mucha bermuda, que conste. Es verdad que me ha gustado mucho la imagen, intento, a pesar de los años, mantenerme en forma, mantener el ritmo de comida, y eso forma parte de la sabiduría que vas adquiriendo con los años.
-¿Y a usted le preocupa que a veces la elegancia no abunde en esta ciudad?
-Cada uno puede vestir como le sale de las narices, y entiendo que esta es una ciudad que está pegada al mar, y que a la gente lo que le gusta es estar en bañador y en chanclas, pero a veces echo en falta en símbolos de la ciudad, en momentos determinados, cierto estilo al vestir para que no todo parezca caribeño. Cuando voy a un acto que me invitan representando a mi empresa intento ir lo mejor vestido que puedo. La elegancia es lo que no se debe notar. Porque del elegante al esnob hay un pequeño paso, y este último lo que quiere es llamar la atención, y eso también me parece ridículo.
-¿En Sevilla cómo se ve el efecto Kichi en Cádiz?
-Uff... es complicado. Hay que tener en cuenta un dato importante: que yo estoy siempre defendiendo Cádiz en Sevilla y Sevilla en Cádiz, y eso que dicen que el buen sevillano es malaje, que encarnan personajes tan populares como Antonio Burgos, que son malajes pero reconocidos por ellos mismos.
-Lo que en Cádiz alguno vendría a denominar como un sieso vamos.
-Exacto. Entonces dirimir sobre los conceptos del sevillano, que es muy conservador, pues es complicado. Porque la imagen que desprende el nuevo alcalde de Cádiz no es la que muchos de ellos desearían, pero también hay que decir que en este sentido los gaditanos, aunque no en su mayoría, han decidido que una persona ocupe el cargo ahora mismo y eso no se puede discutir. Lo que me da coraje es el sevillano o el gaditano que se cree el epicentro del mundo. Esos chovinistas ilustrados me resultan tan patéticos como el catetismo del que huyen.
-Porque al final Cádiz y Sevilla son complementarias ¿no?
-Siempre he pensado eso. No tienen nada que ver pero se complementan perfectamente.
-Pero quizá en Sevilla se tolera mejor ese amor hacia Cádiz de sus paisanos y aquí cuesta más explicar que uno se vaya al Jueves Santo a ver la Madrugá.
-Por eso estamos intentando que la mirada sobre eso sea distinta. De hecho, en la plaza San Francisco de Sevilla se ponen a cantar en la calle agrupaciones de Carnaval, y la gente les aplaude. ¿Imaginas que en Cádiz ensayara un palio con costaleros? Los matarían. Pues ese ejercicio hay que hacerlo a la inversa. Hay unos señores que son sevillanos que se ponen al lado del Ayuntamiento a cantar coplas del Carnaval de Cádiz y la gente los rodea y los aplaude a rabiar. A mí me parece eso un ejercicio muy grande de amplitud de miras. Y quizá Sevilla, donde también cunde el malajismo, tiene una sabiduría que nosotros no hemos alcanzado. Supongo también por culpa de muchos complejos de los que huyo de Cádiz. Porque más que querer ser como Sevilla, que es de lo que se nos acusa a algunos, lo que quiero es que no tengamos complejos, que no seamos catetos, que cuando va Martínez Ares a Sevilla es un dios y que si viene aquí Antonio Santiago, capataz de la Macarena, no puede ser un porquería. Eso es lo que hay que evitar para que esta ciudad algún día sea capaz de acabar con las islas, por ejemplo, la Semana Santa.
-Cuidado que se mete en terreno pantanoso.
-Ya, ya. Pero es que es así. Porque el Carnaval de Cádiz ha evolucionado más y mejor que la Semana Santa. No tiene nada que ver el Carnaval de los 60 al de ahora y, sin embargo, parece que la horquilla no se puede quitar, que es pecado mortal. Y eso lo dicen los mismos que han visto como la fiesta gaditana más genuina no tiene nada que ver con lo que era hace 30 años. Es curioso. Pero cuando lo comentas te dicen: no, es que ha evolucionado. Ah, pero la Semana Santa no puede evolucionar. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?
-A usted le gustaría que una cofradía en Cádiz pudiera cargar con costaleros sin problemas.
-Por supuesto. Igual que veo perfecto que los pasos vayan al hombro y con horquilla. Pero que se les permita elegir.
-¿Cree que los carnavaleros han sido justos con Canal Sur?
-Me sorprende que Canal Sur sea visto, y no entiendo muy bien por qué, como el enemigo del Carnaval. Sin rendir pleitesía, creo que un poco de cariño hacia una televisión que desde que se creó sólo ha tenido el objetivo de difundir los valores andaluces no vendría mal. Procuramos dar la fiesta grande de cada provincia, el Rocío, los patios de Córdoba, la Feria de Málaga... este año vamos a dar las campanadas desde Almería.
-¿Y cómo van esas campanadas este año?
-Estupendas. Se ha hecho una promoción fantástica, hemos preparado varias sorpresas y después de lo que pasó el año pasado todo se va a hacer con la voluntad de que la gente se lo pase bien.
-Si eso pasa en la Final del Falla mientras está cantando una comparsa de las punteras os tenéis que ir de Cádiz.
-Bueno, yo creo que eso en la Final del Falla no pasaría. Hay un equipo profesional de realizadores, continuidad, regidores, muchísima gente que está pendiente. Lo de las campanadas fue una cadena de errores humanos y técnicos que ya están solventados, se limaron las responsabilidades que se tuvieron que limar y ya está.
-¿Y Cádiz tiene futuro?
-Yo creo que sí lo tiene. Los que entienden de esto dicen que la calidad de vida se encuentra en ciudades con menos de 120.000 habitantes, o sea que en Cádiz se puede vivir muy bien, lo que pasa es que si no hay trabajo, no hay dinero, y si no hay dinero no se puede vivir en esta ciudad cómodamente, pero yo creo que esta ciudad si no se ha ido ya al garete no se va ya. Creo que tenemos una ciudad con futuro, con ganas de vivirla, muchísimas, y hay que sacar provecho de las cosas buenas que tenemos, que son la envidia de mucha gente.
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