Sólo 17.000 personas en el último adiós a las barbacoas

En torno a las dos de la madrugada, la hora de mayor asistencia, se contabilizaron unos 25.000 participantes. Esta edición dejó 12,7 toneladas de basura, un 40 % menos que el año anterior.

Estado en el que quedó la zona acotada de La Victoria en la mañana del domingo, tras la jornada festiva.
Estado en el que quedó la zona acotada de La Victoria en la mañana del domingo, tras la jornada festiva.
Redacción Cádiz

15 de agosto 2016 - 01:00

Las barbacoas del Trofeo Carranza ya son historia. Esta será la última vez que unas líneas recojan las cifras de asistencia y de residuos arrojados sobre la arena. Según los datos aportados por el Ayuntamiento, a través de una nota de prensa, 17.000 personas dieron el adiós a una fiesta que antaño llegó a congregar a más de 100.000 participantes. La edición anterior contó con unas 30.000 personas, por lo que la tendencia a la baja de años atrás se confirmó. Aunque en la hora de máxima asistencia, en torno a las dos de la mañana, se contabilizaron hasta 25.000 personas en las playas.

El Consistorio gaditano habilitó la zona comprendida entre el módulo 3 y 6 de la playa Victoria para realizar las barbacoas. No obstante, no hizo falta tanto espacio. Prácticamente, el público se conformó con ubicarse entre el módulo 3 y 4, salvo algunos grupos díscolos repartidos por otras zonas. En resumen, la mayoría se concentró en una superficie total de 17.680 metros cuadrados. El Ayuntamiento calculó en este espacio una media de algo menos de 1,5 personas por metro cuadrado en el momento de máxima afluencia y una media general de menos de una persona por metro cuadrado.

Ayer no sólo bajó el público por la decadencia en sí, también el levante ayudó a que la despedida de esta gaditana costumbre, nacida en los ochenta, fuera agria, con casi nada de dulzura. A los más sensibles, el levante les ventiló a la fuerza toda sensación de final holgado e imborrable. Tal como recoge la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), a las horas de mayor concurrencia, sobre las dos de la madrugada, el viento alcanzó la velocidad de 38 kilómetros por hora, con fuertes rachas de 64 kilómetros por hora. No obstante, cuando se acercó el fin de fiesta, el ventarrón se fue tranquilizando. A las seis de la mañana, hora tope de la evacuación para proceder a la limpieza, los registros fueron de 15 kilómetros por hora.

En total, el evento dejó 12,7 toneladas de basura por las 21,7 del año pasado, un 40% por debajo de lo recogido en 2015. Este trabajo lo llevaron a cabo unos 210 operarios de limpieza que conformaron el dispositivo especial, quedando limpia la zona acotada para estas barbacoas a las ocho horas. Tanto es así que hoy los bañistas que acudieron a la playa, tanto a las diez y media de la mañana como a la una de la tarde, apenas percibieron que la noche antes se hubiera armado tal despiporre de carbón y alcohol en ese mismo suelo. Salvo por un ligero olor, la fiesta de la noche quedó relegada a una fantasmagórica existencia. Al mediodía, ni carteles por el Paseo Marítimo ni restos palpables en la arena. Sin rastro de nada, sólo quedó el olor.

Durante la noche, las 25 personas que configuraron el dispositivo de seguridad atendieron 62 incidencias, de ellas 46 en el módulo central. La mayoría de estas intervenciones se debieron a comas etílicos por consumo de alcohol, todas ellas de menores, y para realizar lavados oculares por presencia de cuerpos extraños motivados por el fuerte viento. Sin embargo, las actuaciones por intoxicaciones motivadas por el alcohol se minimizaron con respecto al año pasado, donde hubo más de una treintena de menores que precisaron la mediación de los servicios sanitarios.

En la noche del sábado al domingo los cuerpos policiales apenas tuvieron que actuar. El único incidente reseñable que se produjo tuvo lugar sobre las cinco y media de la mañana, cuando un menor con domicilio de Jerez se negó a abandonar la playa y acabó agrediendo a uno de los 65 agentes de la Policía Local del dispositivo especial para las barbacoas. Por este motivo, se han abierto diligencias por un presunto delito de resistencia y atentado a la autoridad.

A las 6:00 horas comenzaron las labores de limpieza a cargo de los 210 operarios previstos (con 10 tractores y dos máquinas limpia playas). El concejal de Medio Ambiente y Playas, Manuel González Bauza, resaltó que estas labores "este año concluyeron antes y con menos desperdicios recogidos debido a la menor afluencia de público". Así, a las 8.00 horas, la playa estaba ya limpia y con las bolsas de basura dispuestas para su traslado, tras haberse recogido 12,7 toneladas de basura, nueve menos que el pasado año. De este modo, a las 11:00 horas los servicios de playa abrieron con total normalidad como cualquier día.

Como en otros años, desde la Delegación de Medio Ambiente se han encargado analíticas de arena y agua para comprobar el estado en el que quedó la playa tras este evento. Asimismo, destacó, para la eficaz tarea de limpieza, la participación de los cincuenta voluntarios del movimiento vecinal, quienes durante la tarde repartieron 5.000 ceniceros ecológicos y 6.000 bolsas de basura entre los asistentes a las barbacoas para cuidar la playa.

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