El adiós a los históricos Depósitos de Tabaco de Cádiz
Ya se han derribado las naves que serán sustituidas por viviendas, mientras avanzan las obras en la zona que se convertirá en un centro cultural y social
Guía para no perderse por los Depósitos de Tabaco de Cádiz, otra vergüenza de la ciudad
El Grupo ABU ha culminado el derribo de las navas de los Depósitos de Tabacos en Loreto, las que se ubican junto a la avenida de la Sanidad Pública y donde va a construir el que será el edificio residencial más alto de Cádiz, con 20 plantas de altura.
A la vez que se ha procedido a esta operación, el Ayuntamiento ha dado un importante avance a las obras de remodelación de otras tres naves que pertenecen a este conjunto industrial y que, con fondos de la Edusi y del propio municipio, se van a convertir en un complejo cultural, formativo y social.
De esta forma, se activa de forma casi definitiva una operación urbanística de gran calado, que no solo va a tener una incidencia más que notable en esta zona de la ciudad, sino que va a extender sus beneficios al conjunto de la trama urbana.
Sin embargo, no todo se ejecuta a su tiempo. Así, la Junta aún no ha iniciado las obras de construcción de la Ciudad de la Justicia, que va a utilizar dos naves y media del mismo complejo, así como otros edificios anexos, en un proyecto que ya está aprobado pero que aún no tiene fecha de inicio, a pesar de que acumula mucho retraso.
Por su parte, el Ayuntamiento tiene pendiente la construcción de un edificio de viviendas protegidas que se levantará junto a la Torre Abu, con medio centenar de pisos (la privada va a contar con 92 que ya están todos vendidos). Procasa, la empresa municipal de la vivienda, aún no tiene ni proyecto ni fecha para esta promoción, pues se busca dinero para su ejecución, no descartándose una actuación público-privada.
En todo caso, las fotografías, que visualmente nos salvan de la pantalla que supone el enorme muro que rodea a los viejos depósitos, nos trasladan que ya algo que está cambiando en esta parte de la ciudad, con barrios muy necesitados de proyectos públicos de relevancia y de llegada de viviendas de renta libre, cuyos residentes, por lógica, deberán animar económicamente esta zona.
Siendo positivo para Cádiz que existan obras en un edificio sin uso desde hace más de una década, su avance vuelve a poner sobre la mesa si los usos son los adecuados, mirando a medio y largo plazo y no a las inmediatas necesidades de la ciudad.
Un uso adecuado de un complejo con gran valor
¿Era necesario que buena parte de este conjunto arquitectónico de gran relevancia histórica para Cádiz se transformarse en sede judicial? Y más, cuando la Junta ya es propietaria de un amplio solar en San Severiano inicialmente previsto para estos usos.
El Ayuntamiento cedió este suelo y estas naves a la Junta, entre otras cuestiones por no tener capacidad financiera para afrontar la rehabilitación de todos los Depósitos, y por la evidente incidencia económica que tendrá un complejo administrativos en los barrios vecinos.
Esta loable decisión tendría su lógica si la Junta no hubiera encontrado suelo para su nuevo equipamiento, pero ya lo tenía.
La ciudad pierde de esta forma la posibilidad de contar con un complejo social, cultural, económico... de una magnitud única en el conjunto de la provincia que, bien planificado, bien diseñado y bien dirigido, hubiera dado tanto o más beneficios a la zona que la futura sede judicial.
Ya, desde Adelante Cádiz, uno de los actuales socios del gobierno municipal, se ha incluido en su programa electoral la creación en los depósitos que han quedado en manos de la ciudad un “fondo bibliográfico y documental permanente”, directamente relacionado con la exitosa celebración del Congreso Internacional de la Lengua Española recientemente celebrado en Cádiz.
Teniendo en cuenta que en el diseño aprobado por la Edusi, y que ahora se ejecuta, los más de 6.000 metros cuadrados previstos en el proyecto tienen los usos claramente definidos, es de suponer que para ubicar este “fondo” habrá que apretarse en el suelo ya disponible.
Podía atenderse también a la excusa municipal del elevado coste que suponía rehabilitar todo el conjunto (6 millones de euros se gasta el Ayuntamiento en su parte). Eso es cierto, pero siempre quedaba la posibilidad de actuar en fases (como ha pasado en otras obras en la ciudad), o de buscar nuevos fondos europeos, como se consiguieron cuando los costes del proyecto original se dispararon.
Un error que se ha cometido en esta ciudad, en los últimos años, es que no se han sabido planificar los usos de los edificios que han ido enriqueciendo el patrimonio municipal, o los que han quedado en manos de otras administraciones: los cuarteles del Parque, algunos baluarte, las bóvedas del frente de la Puerta de Tierra, incluso el Balneario de la Palma o el antiguo IES del Rosario, por mencionar alguno.
Los Depósitos de Tabaco son uno de los escasos ejemplos que quedan en pie en la ciudad de su antiguo esplendor industrial, que lo tuvo. Se levantaron en 1912 (menos las naves que se acaban de derribar, que se construyeron en los años 60 del pasado siglo) y su potencia arquitectónica, su magnitud, forman parte de la postal de la ciudad desde hace décadas, con su peculiar estilo ecléctico racionalista.
Bastaba con mirar cómo espacios similares se han aprovechado para uso ciudadano en otras capitales de España y del resto de Europa, para hacer una planificación correcta de este conjunto, sabiendo que la sede judicial ya tenía otro hueco reservado en san Severiano (en una zona, por cierto, también necesitada de cariño público).
Visto que lo que ya se ha planteado por una y otra administración no va a tener marcha atrás (salvo que la Junta dé un inesperado carpetazo a la Ciudad de la Justicia, lo que por ahora no parece que esté en su pensamiento), sólo hay que confiar en que su ejecución sea acertada y su plan de uso, como centro social y económico, sea a la vez efectivo y dé beneficios al conjunto de la ciudad.
Y que todo lo pendiente, público y privado, se ejecute con la mayor agilidad temporal posible.
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