El fin de una era

Teófila Martínez · La renuncia

Teófila Martínez anuncia que no va a ser la candidata a la Alcaldía porque ya no garantiza "la continuidad necesaria" para liderar un proyecto de ciudad. Asegura que ha tomado la decisión "sin presiones" pero considera que "hay que ser realistas" y que "es lo mejor".

Teófila Martínez, entre Antonio Sanz e Ignacio Romaní, se emocionó durante el anuncio de la decisión / Lourdes De Vicente
Melchor Mateo · Vídeo: Lourdes De Vicente

11 de marzo 2018 - 07:31

La despedida de Teófila Martínez se está llevando a cabo por etapas. La primera vez fue cuando perdió la Alcaldía en 2015;la segunda ha sido cuando ayer anunció que no iba a ser la candidata por el Partido Popular en las elecciones municipales de 2019; la tercera será cuando acabe el mandato y deje de ser concejala.

“Mi trayectoria vital, aún deseando que sea larga, no garantiza esa necesaria continuidad para liderar un proyecto para esta ciudad. Hay que ser realista”. Una emocionada Teófila Martínez, alcaldesa de la ciudad durante 20 años y actualmente concejala en la oposición, le puso ayer voz a lo que venía barruntándose desde hace días, y es que no liderará el proyecto de los populares después de haber gobernado la ciudad con mayoría absoluta de 1995 a 2015. Ese año pasó a la oposición pese a ser la que obtuvo más votos para ser sustituida por José María González, de Podemos.

Desde el Partido Popular siempre se había defendido que ella iba a ser la dueña de su destino y ayer toma una decisión que ha sido “meditada” y “la más conveniente por muchas razones”.

Martínez escucha a Antonio Sanz durante su intervención / Lourdes de Vicente

A pesar de todo ello, en la reunión que mantuvo una hora antes con los concejales del actual grupo municipal y algunos de sus principales colaboradores, con la presencia de Antonio Sanz presidente provincial, trataron de convencerle de lo contrario.

Sin embargo, Martínez no es de las que se dejen convencer con facilidad y decidió tirar para adelante con una decisión que calificó como “valiente, porque a todos nos cuesta tomar ciertas decisiones” e insistió en que es lo mejor”. Teófila no entró ayer demasiado a fondo para explicar con concreción los motivos por los que no va a seguir, aunque sí dejó claro que no ha sufrido presiones para tomar esta postura: “cada camino tiene su afán y creo que llegado el momento de situarme en el ámbito municipal en otra posición que no es el de la primera línea, aunque con el firme propósito de seguir trabajando sin descanso por y para la ciudad de Cádiz, que ha sido siempre mi compromiso personal y político”.

Martínez, en su comparecencia ante los medios en el Hotel Atlántico, lanzó un dardo a sus sucesores porque “tras el destrozo causado por el actual gobierno de la izquierda radical durante estos tres años, apoyado por el PSOE, Cádiz necesita un equipo del PP que garantice en el tiempo la continuidad necesaria para que, con el apoyo ciudadano, recuperemos rápidamente el tiempo perdido en estos años”.

Martínez, que compareció acompañada de todo su equipo y sentada junto a Antonio Sanz, Ignacio Romaní y Mercedes Colombo, tiene muy claro que ahora llega el momento de un equipo liderado por otro miembro de su partido “el cual dará garantía a la ciudad por sus propuestas, por su trabajo, fiabilidad y compromiso con todos los gaditanos”.

La que fuera alcaldesa de la ciudad durante 20 años dijo que había que ser “realista si de verdad lo que se quiere, como hago yo, es lo que se dice y no el interés por mantenerse en un puesto. Yo lo que digo es lo que mantengo y lo que creo, y nunca he estado en política por un puesto”.

El presente es que da un paso al lado. El pasado es el legado que dejó en la ciudad con su gestión: “no puedo ser inmodesta porque los magníficos resultados que hemos tenido han sido inmejorables”. Por ello volvió a criticar a Podemos por quejarse de que no pueden hacer nada por la herencia económica recibida. Martínez recordó cómo estaban las arcas municipales cuando llegaron en 1995 e hizo una retahíla de los proyectos que pusieron en marcha en dos décadas, por lo que aseveró que “si se quiere, se puede”.

Y el futuro es que después de tanto tiempo a la sombra de uno de los principales reclamos electorales municipalistas del Partido Popular en todo el país, ahora hay que elegir a otro candidato:“Es necesario que haya un equipo que tenga proyección para recuperar lo que la ciudad ha perdido en estos tres años”.

En la comparecencia pública también intervino Antonio Sanz, quien calificó el día como “de profundo sentimiento y emociones” y dejó muy claro que Teófila era la dueña de su decisión y que iban a apoyar cualquier camino que tomase: “Mientras yo sea presidente provincial, Teófila puede y podía haber sido lo que quisiera”. Sanz incluso llegó a calificar Teófila como “la mejor alcaldesa en la historia de Cádiz y una de las mejores de España” y la responsable de “una revolución sin precedentes en esta ciudad”.

El presidente provincial confesó que tenían encuestas en la actualidad en las que les dicen que el PP va a ser la fuerza más votada en la capital gaditana y con claras opciones de gobierno en un sondeo hecho sobre el partido.

Reconoció que ahora el nombramiento del nuevo candidato, que se producirá dentro de unos días, es un reto pero vaticinó que el proceso se va a hacer “con responsabilidad, unidad y seguridad”. Los nombres que han salido a la palestra pero nunca de manera oficial son los de José ManuelCossi, una propuesta renovadora, Juan José Ortiz, más continuista, y en un tercer plano Bruno García.

Por último, Teófila pone fin a su etapa municipalista cuando pasen las elecciones de 2019 pero no dijo nada acerca de su condición como diputada “porque en política, salud y amor nunca se pueden hacer planes a largo plazo”.

El perfil

La dama de hierro que nunca sabía relajarse

Teófila luchó ayer por tratar de esconder sus sentimientos, los mismos que ha ocultado estos meses para no dar pistas sobre su futuro

La dama de hierro a la gaditana, la misma que hacía temblar a sus concejales cuando no hacían su tarea y recibían la reprimenda, luchaba ayer para no romper a llorar, para tratar de esconder sus sentimientos, los mismos que tan bien sabe ocultar para no haber dado ni una sola pista de la decisión tan trascendental que iba a tomar. Sus lágrimas no corrieron ayer tanto por sus mejillas como cuando apareció por primera vez en público dos días después de las elecciones de 2015 y ya sabía que no iba a gobernar. La mujer impenetrable, la que daba la impresión de que no se relajaba casi ni un segundo, la que lleva la política en las venas, dio ayer un paso al lado.

Pura sangre, intensa, cabezota para conseguir los objetivos que se proponía, era a la vez muy humana con el equipo que le rodeaba tanto a nivel político como técnico. Algo así como el palo y la zanahoria. Los ministros la veían y se echaban a temblar porque o algo iba a pedirle o le venía a pasar la factura por algo que todavía no se había cumplido.

Santanderina de 70 años, fue una niña “normal” como ella se definía que iba en bicicleta al colegio y una mujer que siempre se ha considerado como independiente y con visión de futuro, algo que aprendió de su madre, Felicidad. Hija también de un ferroviario, José Luis, que elegía sus destinos dependiendo de donde estuvieran sus hijas situadas, Teófila y Montserrat, estudió Arquitectura Técnica en Madrid. Allí conoció al que se convertiría en su marido poco después, el empresario Santiago Cobo y con el que se casó en la capilla de la estación ferroviaria de Navacerrada. Le gustaba contar que su boda fue atípica porque iba vestida de negro, al amigo que le tenía que hacer las fotos se le olvidó la cámara y a ella las flores, por lo que fue al altar con dos rosas por ramo.

Su familia siempre le ha apoyado para estar en política. En la campaña de las municipales de 2015, en una conversación con este periodista contó que le podían criticar por lo que había hecho o no, pero jamás por estar ahí.

A los grupos opositores no les dio ni agua en sus 20 años de Alcaldía políticamente, aunque en lo personal sí tuvo buena relación con algunos de sus integrantes. En los plenos era implacable, dura en el discurso y en el tono y con ciertos puntos de agresividad.

Conversadora nata, era conocida su pasión por explicar los proyectos de la ciudad sobre el cristal de la mesa de su despacho, debajo del cual había un mapa de la ciudad y sobre el que hacía garabatos para explicar lo que se iba a hacer. También disfrutaba cuando se visitaba alguna obra y cogía del brazo a algún periodista y le explicaba con todo lujo de detalles el proyecto.

Andar con ella por la calle era una tarea complicada. Se le acercaba muchísima gente y tenía un don innato para recordar los problemas que tenía el interlocutor. Ella decía que era más capaz de recordar los problemas que traían consigo cada uno de ellos que los nombres. Teófila se podría decir que vivía la política con profesionalidad, aunque también hizo de la misma una profesión.

Como alcaldesa se recorría la ciudad para ver el estado de revista de la misma. Esa misma vuelta fue la que una noche le convenció de que podía ser la candidata por el PP cuando Aznar le pidió que encabezara la lista y ella tenía sus reticencias. Al final dio el paso y abrió una etapa que ayer empezó el final.

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