El Testaccio haliéutico o pesquero de Gades se inaugurará en junio en el Olivillo
Arqueología
La musealización de esta enorme montaña vertedero ahondará en la importancia de la ciudad en época de los Balbo y la tardo imperial, en la industria de la púrpura, y en la relevante economía y comercio de la época
Galería: Las imágenes del Testaccio haliéutico de Gades
Cuando en época romana los barcos arribaban a Gades por el Canal Bahía Caleta avistaban de lejos su faro y una gran montaña de unos 20 ó 30 metros de altura. Aquel montículo es lo que hoy se denomina el Testaccio –por el paralelismo con el de Roma–, donde aquellas embarcaciones venían a descargar los desechos, las ánforas rotas o inservibles, aparte de albergar restos de la potente industria pesquero conservera, de garum, de producción de púrpura, tintorerías, y de industria auxiliar portuaria, junto a otros restos de animales e incluso humanos, y residuos de todo lo que suponía la azarosa vida en esta parte de la ciudad, “donde se gestionaron los residuos sólidos de Gades entre las épocas de los Cornelios Balbos y Nerón, como ocurría en las importantes ciudades romanas”, explica Darío Bernal, responsable del proyecto de excavación e investigación, junto a la vicerrectora de política científica y tecnológica, María Jesús Mosquera.
Una valiosa información que se ha musealizado en los sótanos del edificio El Olivillo, en el actual Centro de Transferencia Empresarial, como gran hito de la Universidad de Cádiz –en colaboración con la Junta de Andalucía– tras el hallazgo en 2019 de este vertedero cuando el nuevo edificio ya estaba en fase de ejecución, obligando a la modificación del proyecto, y a lo que sucedió una extensa investigación que ya está publicada.
La musealización
El resultado, que se inaugurará antes del verano, se concentra en un espacio de 150 metros cuadrados protagonizada por la sección de unos 7 metros de altura –de los casi 30 que alcanzaba– de la estratigrafía de esta gran montaña de residuos que impulsó Balbo el Menor en torno al 50 a.C.
“La idea es mostrarlo con una museografía discreta y evocadora con cinco o seis ideas del Gades romano que completen al del resto de espacios museísticos de la época”, asevera.
Concretamente, en el hall del edificio se podrá ver una maqueta en 3D de la situación geográfica y se proyectará un vídeo sobre la excavación también a vista de dron, para acceder ya por la rampa trasera del edificio a la zona musealizada. Es aquí ya en el sótano donde un gran panel muestra la imagen de la zona del Canal Bahía Caleta –que abarca del Balón a la Viña– con la ladera del Testaccio que mira hacia él, y donde se observan curiosidades como la propia anchura del canal, la disposición de los malecones perpendiculares, la alternancia de la playa con zonas de acantilados o las plataformas secas con cantiles de piedra. Tras visualizar esta curiosa imagen el visitante se adentra en una rampa que lo lleva hasta esta sección de la gran montaña de residuos, junto a la que se exhibirá otra proyección sobre cómo se obtenía la púrpura de las cañaíllas, pues a sus pies puede verse un conchero con cientos de miles de ellas. Para completar el discurso museográfico se ha realizado una selección de materiales arqueológicos recuperados en las excavaciones, y que hoy día se encuentran depositados en el Museo de Cádiz, “aunque ya tenemos el visto bueno del delegado de Cultura, Jorge Vázquez y la delegada de Gobierno, Mercedes Colombo, para su cesión, pues comprenden la importancia de este lugar”, añade Bernal.
Una serie de piezas que todavía no ha adelantado y que se exhibirán en las vitrinas junto a réplicas y otros recursos museográficos cuyo objetivo es profundizar en tres aspectos de la historia antigua de Gades como fueron las dos fases importantes de los Cornelio Balbo, “que lo revolucionaron todo en Cádiz”, y la alto imperial, pues fue esta última en la que Gades fue importante a nivel internacional; así como la industria de producción de púrpura -con la que se teñían las capas de los emperadores- y la importancia económica y comercial de Cádiz, que fue la razón de ser de este montículo.
También destaca Bernal la investigación multidisciplinar pareja que se ha llevado a cabo, “pues es de los yacimientos donde se han implementado un mayor número de técnicas como análisis químicos orgánicos, antropología física, arqueozoología, genética de peces, paleoparasitología, geoarqueología etc.”. Un gran estudio que ha permitido descubrir “una parte de la ciudad romana que se desconocía”.
Ya solo queda completar las vitrinas y concretar el modelo de gestión, para lo que Bernal apuesta por la licitación pública y que una empresa se haga cargo y, de paso, “genere empleo”.
Por su parte, la vicerrectora María Jesús Mosquera quiso destacar “la vocación de futuro con la que nace este edificio, sin dejar de mirar al pasado”.
Las curiosidades del gran vertedero de Gades
No hay nada mejor para saber de alguien que mirar en su basura. Así lo cuenta Darío Bernal, que está al frente del proyecto de investigación, y que resume la cantidad de información derivada de los restos localizados en este vertedero de residuos urbanos de Gades. Entre ellos destaca una urna, una especie de cubo con asa “que debió usarlo alguien vinculado al mar y que contenía los restos de su hija de meses”, y que podría ser una de las piezas a ceder por el Museo de Cádiz para su exhibición. También se observa un conchero, todo tipo de ánforas, algunas con garum, restos de pescado y cefalópodos “por lo que se llama haliéutico”, y hasta una mandíbula que puede ser de jabalí. Se otean asimismo unas capas negras que son las cenizas tras quemar restos de atún cuando empezaba la putrefacción. De todo ello y la investigación se plasmará en un libro en Oxford de la prestigiosa editorial Archaeopress.
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