Su propio afán
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La pasada Nochevieja no sólo debía haberse despedido el año 2015. También estaba previsto que fuera el último día de actividad de los locales que ocupan la planta baja de la residencia Tiempo Libre. La imposibilidad de ampliar el contrato de estos inquilinos de la Junta de Andalucía y de buscar alguna fórmula alternativa ante el retraso en la tramitación del PGOU para demoler el edificio y construir el futuro hotel obligaba a la administración autonómica a comunicar a los hosteleros que debían echar la baraja por última vez ese día 31.
Pero el nuevo año ha comenzado con los bares funcionando aún. Y esta situación se va a prolongar todavía varios meses. Los hosteleros han decidido mantener sus negocios abiertos hasta que legalmente ya no sea posible. Apurar hasta la última gota de una vida que en algunos casos se remonta a varias décadas en Tiempo Libre y que realmente sólo lo impedía un resquicio legal. La falta de noticias sobre el edificio condenaba a los inquilinos a cerrar sus negocios sin que en su lugar se fuera a acometer ninguna actuación.
Así que, por el momento, la actividad en los bajos de Tiempo Libre se mantiene intacta y sus locales abiertos al público. La Junta de Andalucía debe iniciar ahora los trámites administrativos oportunos hasta finalizar la relación con estos empresarios instalados en el Paseo Marítimo. Y desde la administración autonómica se reconoce, en sintonía con los propios hosteleros, que esa tramitación "se dilatará en el tiempo todo lo que se pueda". No es que no se vaya a requerir, porque la Junta caería entonces en dejación de funciones, pero si ya de por sí las cosas de palacio van despacio -que dice el refrán- en este caso se van a demorar hasta su máxima expresión.
Los planes ideales para la administración autonómica son que esa tramitación del cierre de los negocios coincida en el tiempo con el cambio del PGOU que también está tramitando el Ayuntamiento y con el inicio del concurso que deberá convocarse para enajenar esa pastilla a un inversor privado que se haga con el futuro hotel. Cuestión, por tanto, de meses o quien sabe si de varios años incluso.
Eso sí, durante ese tiempo que dure la prórroga de la actividad hostelera en Tiempo Libre, los inquilinos seguirán abonando sus alquileres a la Junta de Andalucía mensualmente, como establece también la legislación. "Y cuando llegue el momento nos retiraremos, entre otras cosas porque el que venga a Tiempo Libre va a crear más puestos de trabajo de los que tenemos nosotros", apunta un hostelero de la zona.
De forma paralela, la Junta está buscando también una nueva ubicación para la comisaría de la Policía Autonómica, que es el otro inquilino (éste de la propia Junta) que a día de hoy se mantiene en Tiempo Libre.
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