Todas las claves del futuro servicio del autobús urbano en Cádiz

La apuesta por la movilidad urbana en Cádiz tiene cuatro patas. Tres van bien encaminadas: la potenciación de la peatonalización en el conjunto de la ciudad, la apuesta por el transporte no motorizado (léase el carril bici) y la reordenación de los aparcamientos favoreciendo a los residentes.

Pero hay una cuarta pata que se le ha enquistado al Ayuntamiento: la reordenación del transporte urbano.

Tras varias fechas, ahora se han dado ya los pasos necesarios para que el servicio totalmente renovado esté en funcionamiento antes del final del actual mandato de gobierno, que concluye en junio de 2023. Eso sí, con un considerable retraso.

Martín Vila, teniente de alcalde Movilidad Urbana, reconoce que el proceso está siendo demasiado largo, especialmente para la relevancia que el servicio de autobuses tiene en los planes de la nueva movilidad urbana, pero a la vez afirma que la operación administrativa no ha sido nada fácil.

"Tuvimos que empezar de cero, porque nunca se había organizado un concurso para la adjudicación del servicio, una situación anómala que nos ha tocado a nosotros solventarla, adaptando el futuro contrato a las nuevas normas. Eso nos ha dado también la oportunidad de introducir numerosas mejoras en el servicio", indica el edil.

Por lo pronto, ya se cuenta con la estructura de coste, cuyo dato omite, que se ha trasladado a cinco empresas del sector para que la analicen, a la vez que está prácticamente cerrada la propuesta de servicio definitiva, aunque queda por iniciar un largo proceso administrativo antes de que se conozca qué empresa será la adjudicataria.

Ésta tendrá que afrontar la renovación del 100% de la flota de vehículos, sobre todo cuando hoy funcionan autobuses con más de quince años. Serán vehículos limpios en la lucha contra la contaminación.

La intención es reducir el tiempo de paso de los autobuses, especialmente en las líneas que siempre han tenido un menor número de coches; también se retocarán algunos trayectos para reducir al máximo los transbordos, ya que se considera que éstos penalizan el uso del autobús urbano.

En la propuesta municipal se quiere favorecer la intermodalidad, con conexiones desde todas las líneas de la ciudad con los servicios de tren, catamarán y autobús interurbano, "todo adaptado a las necesidades de los ciudadanos".

Ciudadanos que en el caso de Cádiz son especialmente asiduos al autobús. Dejando a un lado la incidencia de la pandemia, lo normal es lograr 12 millones de viajes al año. Aunque la cifra es alta en una población que merma año tras año, Martín Vila considera que es factible incrementarla un poco más.

Para ello, junto a la mejora de los trayectos y de los vehículos, se actualizarán los modelos de billetes. Se quiere premiar a quien más usa el transporte público, además de a colectivos de escasos recursos e incluso se estudia hacer el viaje gratuito para los menores de 12 años, como una apuesta de futuro.

Martín Vila considera que esta apuesta por la movilidad pública en la ciudad debe ir acompañada por operaciones similares en clave provincial y regional. Para ello insiste en mejorar especialmente las comunicaciones por ferrocarril y por el autobús interurbano.