Cádiz alcanza ya el millar de pisos turísticos en apenas tres años

El turismo en Cádiz

Es la tercera capital andaluza en cuanto a plazas por habitante

El número de camas en toda la ciudad llega a las 4.234

Una finca de Candelaria destinada a apartamentos turísticos / Joaquín Hernández Kiki

Cádiz/El crecimiento del número de pisos turísticos en la ciudad crece sin parar, a la par que aumenta el número de visitantes que recibe Cádiz desde hace unos años.

El pasado miércoles, según datos de la Junta de Andalucía, en la capital estaban registradas 944 viviendas turísticas, adaptadas para la recepción de visitantes. Un millar casi que, sin duda, se alcanzará en cuestión de pocas semanas, y que supone una oferta de plazas de 4.234 camas, poniendo cada vez más distancia respecto a las que se ofertan desde los establecimientos hoteleros, que no pasan de las 2.627, pendiente de que algún día se pongan en marcha las nuevas promociones.

A la vez, hay que tener en cuenta que actualmente están en obras varios edificios, todos en el casco antiguo, para dar cabida a nuevos apartamentos turísticos.

El Ayuntamiento pretende, con una nueva normativa, evitar que se produzca una turistificación en determinadas zonas de la ciudad donde hay una proliferación de este tipo de establecimiento, en detrimento con fincas dedicadas al uso puramente residencial. La mayor preocupación se centra en lo que se refiere a apartamentos, por cuanto se considera que los pisos turísticos en su mayoría suponen ingresos para familias gaditanas, por ser negocio puramente particulares, y no tienen una incidencia tal radical en el parque inmobiliario ni en un riesgo de turistificación en determinadas zonas de la ciudad.

La primera vivienda turística en Cádiz fue registrada en la Junta de Andalucía en marzo de 2016, experimentando por el sector un gran empuje en el segundo trimestre, con 130 más y terminando el año con un total de 243.

Ya en 2017 se mantuvo un crecimiento sostenido, con 299 en total, siendo de nuevo el segundo trimestre el que obtuvo un mayor número de altas, 106.

A lo largo de 2018 se apuntaron al registro unas 300, teniendo en cuenta que esta información, incluida en el estudio elaborado por el Ayuntamiento, se cerró el 10 de octubre del pasado año. El segundo trimestre batió su récord, con 136 nuevos pisos turísticos.

Según los datos aportados por la Junta de Andalucía a 6 de febrero de este año, el número de inscritos eran ya 944, lo que supone 122 más desde el dato reflejado en el estudio municipal, lo que implica un crecimiento muy superior a la media.

El mes de mayo de 2016 fue el que acumuló un mayor número de inscripciones en el registro autonómico, con 76, mientras que el menor fue en octubre de ese mismo año con sólo 8, descontando el mes de marzo que es cuando comenzó el proceso administrativo.

La zona de la ciudad donde se acumula un mayor número de plazas ofertadas en viviendas turísticas es San Francisco-Mina, con 362, que supone el 10% del total. Le siguen Candelaria, con 293 y Santa María, con 267. Este barrio ha sido desde el principio uno de los más potentes en cuanto a la demanda de este modelo turístico.

El Paseo Marítimo y La Laguna concentran buena parte de las plazas en extramuros, con 258 y 163 respectivamente. La barriada de La Paz apenas contaba, cuando se confeccionó el informe municipal, con tres plazas, una menos que Trille y dos que Puntales.

Descienden las fincas vacías por el efecto de la oferta turística

De los 156 apartamentos turísticos que funcionaban en la ciudad en octubre del pasado año, el 30% se localizaban en fincas que en 2013 se encontraban vacías, fundamentalmente en la Viña (21), Candelaria (13) y San Francisco-Mina (12). Desde octubre estaban prevista obras en Candelaria (5), la Viña (4), Hospital de Mujeres (2) y San Juan de Dios, San Francisco-Mina y Alameda-San Carlos, con una finca cada una.

De esta forma la reducción de fincas cerradas desde el dato de 2013 se acercará al 20%.

Si la recuperación de estos inmuebles se puede considerar positiva, supone también para el Ayuntamiento un evidente peligro ante la turistificación al restar estos inmuebles a la oferta de viviendas residenciales. En este sentido, la futura ordenanza municipal va a limitar este tipo de equipamientos a edificios que, debido a su protección en el PGOU, difícilmente se pueden transformar en viviendas residenciales, mientras que éstas se centrarán especialmente en los solares que están vacíos o en edificios ya existentes pero sin apenas protección en el Plan.

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