Txapela: "Cádiz será la cuna que tú quieras, pero aquí la gente se ríe también, no somos unos siesos"
El cómico gaditano trae 'Ocho apellidos andaluces' a la Sala Momart Theatre para sacarle punta a cómo nos ven desde fuera, junto a Quique de la Fuente, Abraham Martín y Jesús Piña
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Ocho apellidos andaluces lleva seis años explicando con humor lo que nos ocurre a los andaluces, aquí y más allá de Despeñaperros, y tal es el éxito que continúan repitiendo en ciudades y teatros (solo en Sevilla llevan 31 actuaciones) y ya están preparando una segunda parte para ofrecer contenido nuevo a todos aquellos espectadores que se lo reclaman. Txapela de Cádiz nos explica cómo es este espectáculo, que recala en la Sala Momart Theatre de Cádiz el viernes 17 de mayo junto con Quique de la Fuente, Abraham Martín y Jesús Piña (puede comprar las entradas aquí).
-¿Qué es 'Ocho apellidos andaluces'? Háganos una presentación del espectáculo que traen.
-Pues Ocho apellidos andaluces es una comedia basada en monólogos y en cómo nos ven a los andaluces desde fuera. Nosotros nos metemos con nosotros mismos, con nuestros estereotipos, pero lo hacemos a partir de una historia. Jugamos con que somos cuatro hermanos del mismo padre, pero de distinta madre y de cuatro provincias diferentes (Cádiz, Málaga, Sevilla y Huelva) e introducimos el tema de los ocho apellidos andaluces porque nuestro objetivo es casarnos con cuatro mujeres, obviamente de las otras cuatro provincias que faltan para tener ya los 8 apellidos andaluces. Esa es la trama y luego va a través del monólogo de cada uno.
-Hay entonces mezcla de teatro, monólogos, juegan con la improvisación...
-Claro, sí, intentamos que haya un poquito de todo. Vamos regalando nuestras vivencias y metiendo la base de Andalucía en la dificultad que tenemos para encontrar pareja, las cosas que pasan en la pareja, para continuar la historia que hemos mencionado antes; monólogos; a veces estamos en la escena uno, otras que están dos, los tres o momentos en que estamos los cuatro; hay partes de improvisación en las que el público participa; tenemos luego un final sorpresa, en fin, intentamos meter un poco de todo, sí.
-¿Y hay roscos de pasapalabra marca Txapela en el espectáculo?
-(risas) Eso es lo que me falta por hacer. La verdad es que, bueno, aquello yo no me lo esperaba. Lo hice el año pasado con el Congreso de la Lengua y...
-Tuvo éxito y continuó la estela, ¿no?
-Claro, ya seguí porque como vi que había gustado, pues llegué a hacer siete: hice tres de las palabras gaditanas, uno del Cádiz, uno de la playa, uno de Navidad y uno de Halloween. Se hicieron siete. Me quedó pendiente uno de la carnaval y lo tengo ahí, lo tengo que hacer, pero como estaba ya con el romancero de este año, dije, ya lo haré para el año que viene y ya está. Pero sí, sí, me lo paso bien al final haciéndolo
-Y han tenido éxito de seguimiento...
-Sí, sí, la verdad que sí.
-Ocho apellidos andaluces lleva una gira muy amplia y continúa.
-Sí, sí, sí. Estamos en el sexto año y a partir de septiembre será el séptimo. Y además hay fechas que están puestas, pero que no están aún anunciadas porque se están cerrando ahora. Pero sí, cada vez vamos a más sitios, estamos muy contentos. Mira, la única comunidad autónoma que nos falta por pisar es Aragón, creo que el resto las hemos pisado ya.
-¿Y siempre el mismo espectáculo o lo han ido innovando y actualizando?
-Es el mismo, básicamente. Lo hemos ido cambiando un poquito para afinarlo un poquito más con el paso de los años, pero ahora sí está el reto de preparar una segunda parte, otro espectáculo diferente. También siguiendo los Ocho apellidos andaluces pero ya nuevo e ir llevando los dos, porque hay sitios que nos preguntan si tenemos otro. Digo, bueno, pues haremos otro.
-¿A Cádiz lo han traído alguna vez o es la primera?
-En Cádiz la tercera ya. El récord lo tenemos en Sevilla, que acabamos de hacer la número 31. O sea, que ya lo hemos llevado algunas veces más a Sevilla, sí. Pero bueno, como queremos meter el segundo ya, ya la estructura está.
-Sevilla es para ustedes entonces como el Pay Pay para Bienvenido, ¿no?
-(risas) Más o menos, sí. La verdad es que sí, porque además allí fue donde se estrenó por todo lo alto, en el Teatro Quintero que ahora se llama Teatro Phaté, y fue tan buena la acogida y nos siguen pidiendo fecha... Sí, cada mes y medio vamos, es una cosa que tenemos ya establecida. Afortunadamente, claro. Vamos repitiendo en muchos sitios, nosotros en Andalucía hemos repetido bastante. En Málaga, por ejemplo, vamos todos los años... bueno y a Bilbao vamos también todos los años, a Vitoria, a Burgos, hay sitios que tú dices, ¿cómo es que se repite aquí? Pues se repite y se llena y la gente lo disfruta una hartá.
-Y ahora en Cádiz juega en casa, ¿eso mete más presión o es más bien ilusión?
-Son las dos cosas a la vez. Es más ilusión, pero también es más presión. Porque, a ver, al público de Cádiz yo lo conozco ya y sé por dónde tira, pero también el miedo a no hacerlo bien te puede un poco, ¿sabe? Más que en otros sitios. Y luego los compañeros, aunque estos compañeros son de Sevilla y Málaga, pero siempre te dicen, quillo, es que Cádiz...
-Es una plaza difícil.
-Claro, es un sitio difícil porque aquí la gente le tiene mucho respeto, ¿sabe? Te dicen "si aquí es la cuna de la…", será la cuna que tú quieras, pero aquí la gente se ríe, joe también, no somos unos siesos. Aquí cuando algo gusta, gusta. Entonces bueno, afortunadamente las otras dos veces que hemos venido ha salido muy bien, no debería ser un problema. Pero sí es verdad que el respeto no solamente te lo metes tú, sino que te lo meten los demás, los compañeros. Nos tienen así vistos desde fuera, como que aquí hay que hacerlo muy bien
-El miedo de venir al templo de la gracia...
-Sí, sí, sí. Tiene esa fama y, le digo más, es que conozco a muchos cómicos, monologuistas y tal, que no quieren venir a Cádiz por el miedo ese.
-El espectáculo al explotar los estereotipos andaluces, ¿funciona mejor fuera o en Andalucía entra la gente más fácil?
-Yo diría que entran igual, entran igual en los dos sitios. Hombre, en los monólogos siempre hay una premisa y más ahora en este tiempo que tienes que tener cuidado con lo que dices porque la gente se siente ofendida rápidamente. Pero claro, si tú empiezas a meterte contigo mismo, con cómo se nos ve desde fuera, eso te da ya unas cartas un poquito más libres para decir, bueno, me he metido conmigo ahora me puedo meter también con los demás y que no se mosquee nadie. Claro, porque está la gente con la piel más fina que qué. También le digo que nosotros no jugamos con meternos demasiado en camisa de once varas, hay cosas que no merece la pena meterse en el lío. Y el humor es muy blanco, más para que te veas retratado en situaciones muy normales, cotidianas, de pareja, pero sin usar un lenguaje ofensivo ni burdo. Eso lo cuidamos mucho.
-Pues si quiere decirle algo a la gente para animarla a que vaya a verles...
-Pues que la gente lo compruebe. Hombre, que repitamos en ciudades tan opuestas a Andalucía como las del País Vasco, será por algo. Así que, que comprueben ellos mismos por qué nos piden que volvamos al año siguiente con el mismo espectáculo, que eso no es fácil ni normal. Todo el mundo dice que el final es muy bueno, es inesperado... bueno ahora digo yo esto y la gente se va a esperar una cosa muy... (risas) Esa es una de nuestras bazas, que la gente no se espere cuatro monólogos y ya está, está todo hilado para que al final se cierre el círculo del espectáculo.
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