Uso y abusos de las plazas de Cádiz
A falta de grandes explanadas para la organización de eventos buena es una plaza abierta en el casco antiguo, pero sin agotar la paciencia de los vecinos
El nuevo aspecto de la plaza de San Juan de Dios en 1596
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Menos mal que hace un siglo largo una operación urbanística amplió el espacio de la plaza de la catedral, entonces ocupado por diversos edificios y limitado a poco más que el terreno de la escalinata actual. El plan era más ambicioso, pues preveía llevarse por delante los edificios donde hoy están el hotel o la pastelería de Hidalgo para crear un inmenso recinto abierto, para dar más prestancia al templo.
Menos mal que se amplió el recinto porque si no hoy la plaza de la Catedral no podría funcionar como el centro de eventos al aire libre en el que se ha convertido, en dura competencia con la plaza de San Antonio, y la ciudad tendría un problema para buscar un sustituto espacial, con su casco antiguo tras limitado de suelo.
Este uso y disfrute ciudadano de la plaza de la Catedral, a priori positivo pues supone dar vida a un referente del casco histórico de la capital, puede sin embargo acabar en una saturación que termine degradando visualmente el recinto y afectado al día a día de sus vecinos.
Ahora, al inicio de la campaña navideña, han vuelto a instalarse los puestos de madera que abren todos los años por estas fechas, más concentrados en la venta de productos artesanales que en los típicos de la Navidad (como sí ocurre en otras ciudades o en el mismo entorno de la catedral sevillana). Todo ello se completa con un inmenso árbol navideño a modo de exorno festivos y las terrazas de los bares y restaurantes de la zona. Sólo falta la noria que en otros momentos del año se ha instalado en una esquina de la calle Compañía.
En definitiva, sólo falta por poner el cartel de 'completo' pues apenas queda espacio para el paseo y, sobre todo, para poder disfrutar de la imponente fachada del primer templo de la diócesis. No olvidemos que éste es el equipamiento que más turistas recibe en toda la provincia, con cifras por encima de los 300.000 visitantes al año y, por ello, uno de los más fotografiados. Imágenes que de aquí a final de las fiestas se verá cortada por los tejados a dos aguas de las cabañas navideñas.
Catedral acoge también cada año al Mercado Medieval y numerosas exposiciones, algunas escasamente invasivas al ubicarse en paneles pero otras utilizando grandes trailer que lógicamente ocupan más espacio. La plaza, igualmente, es lugar de concentraciones políticas y de entidades sociales y, en su día, de conciertos al aire libre.
La presión de los pasos de la Semana Santa
Pero es en la Semana Santa cuando el recinto sufre una mayor presión. La instalación de los palcos, del set de la televisión local, reducen notablemente el espacio en dura competencia con los numerosos locales de hostelería de la zona. Coincidiendo con la hora de paso de las diferentes cofradías que procesionan durante esta semana en Cádiz, el cruce de la plaza se hace simplemente imposible
Hace pocos años, las terrazas de los bares y restaurantes se trasladaron más al centro de la plaza, dejando libre un paso para los viandantes junto a los edificios. Lo que ha tenido de positivo esta medida lo ha tenido también de negativo, al acercarse estas terrazas al centro de la plaza.
Una plaza que, a la vez, necesita ya trabajos de reforma en su firme, especialmente en la zona en la que se ubico, con placas de mármol, el diseño de la planta de la Catedral. Este trabajo se ejecutó hace más de un cuarto de siglo y desde entonces no se toca ni se retoca.
Pero no es Catedral la única plaza de la ciudad que sufre la presión de eventos urbanos. Le sigue muy de cerca San Antonio.
El carácter de antigua plaza de armas de la ciudad juega en su contra al conformarse como gran plaza abierta, sin zonas ajardinadas ni fuentes que supongan una ruptura en su espacio central. Ello ha provocado que sea desde décadas uno de los centros de las festividades del Carnaval: desde el pregón, a eventos gastronómicos y los conciertos que acompañan a la fiesta. San Antonio es también lugar ideal para la organización de exposiciones. Allí se han instalado las organizadas, con contenidos muy atrayentes, por una entidad bancaria. Y en Navidad, lugar para los juegos para los más chicos y jóvenes de la casa.
San Antonio fue en sus tiempos sede de la Feria del Libro y de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión.
La plaza tiene en su favor, a la hora de compatibilizar su uso diario con todos estos eventos, la amplitud de su superficie y, sobre todo, el reducido número de bares en su entorno, cuya terrazas apenas ocupan espacio en algunas de sus esquinas.
El epicentro de la ciudad en San Juan de Dios
Es la plaza de San Juan de Dios el epicentro de la ciudad. Lo es político porque aquí está la sede del Ayuntamiento; también turístico porque es puerta de entrada a los decenas de miles de visitantes que llegan a bordo de los cruceros; hostelero porque su oferta va en aumento año tras año. Y también en cuanto a comunicaciones y respecto a diversos fastos anuales. Tiene por lo tanto una carga relevante de uso diario que, debido a su amplitud, lo está notando más el mantenimiento del firme que las molestias que puedan sufrir el vecindario.
Frente a estos tres ejemplos de recintos urbanos con mucha presión urbana, la ciudad mantiene en su casco antiguo dos grandes espacios que siguen desaprovechados, lo que teniendo en cuenta nuestra falta de suelo es un lujo.
Está la plaza de España, que tras una efectiva reforma antegral, eliminando el tráfico rodado, cuenta con espacios abierto para la celebración de eventos que sigue hoy sin aprovecharse, más allá de los actos políticos relacionados con el 19 de marzo o el 6 de diciembre. Y entre esta plaza y la de San Juan de Dios, el paseo de Canalejas sigue siendo otro de los grandes referentes inutilizados. Lejos quedan las épocas en las que aquí se instalaban distintas ferias del libro, o los títeres para los más pequeñas. Hoy sigue siendo un espacio de referencia para intentar aliviar la presión que sufren Catedral y San Antonio.
Los efectos de la integración con el muelle
Cuando el año que viene la Autoridad Portuaria ejecute la primera fase de la integración puerto-ciudad y urbanice el Muelle Ciudad, quedará aún más en evidencia el desfasado diseño de Canalejas y su urgente modernización, manteniéndose como es hoy: un muro más o menos verde que nos separa de la zona portuaria que en su día fue el epicentro de la vida económica de Cádiz.
Cuando en su momento, y hablamos de varios años, esté terminada la transformación del actual muelle de contenedores en un espacio de ocio, comercio y paseo para la ciudad, allí se prevé la apertura de una gran explanada diseñada, inicialmente, para la celebración de conciertos y eventos del aire libre. Otra alternativa para mejorar los usos de nuestras plazas.
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