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El edificio histórico de Cádiz que nadie quiere

El Paseante

Hace 20 años Valcárcel se iba a convertir en un hotel de lujo. Después se destinó para facultad. ¿Qué va a pasar ahora?

Las elecciones en la UCA dejan en el aire el futuro de Valcárcel

Así era el proyecto del hotel de lujo en Valcárcel

Edificio de Valcárcel. / Julio González

Cerca de 20.000 vecinos de la ciudad han visto siempre vacío el edificio de la antigua Institución Valcárcel. Más allá de su cercanía de la playa de La Caleta, seguramente esta circunstancia no les habrá llamado la atención. Ni les habrá preocupado.

Pero para la historia reciente de Cádiz, el abandono de uno de sus inmuebles con mayor valor histórico es un ejemplo más de la dejación que persiste sobre nuestro patrimonio, de la falta de acuerdo entre las administraciones para su recuperación, de la deficiente planificación urbana para dar un uso adecuado a estos inmuebles y, también, del desinterés de buena parte de la población sobre la realidad y el futuro de sus equipamientos.

A pocas semanas se celebrarse nuevas elecciones para la elección de rector o rectora de la Universidad de Cádiz, los dos candidatos que se presentan a estos comicios han coincidido en plantear sus dudas sobre la conversión del Valcárcel en la nueva Facultad de Ciencias de la Educación.

A pesar de todo lo escrito y hablado sobre este proyecto durante los últimos años, los dos candidatos reconocen su desconocimiento sobre lo ya acordado entre las administraciones. Y si desde el propio colectivo universitario se asume esta falta de noticias, qué más se puede esperar en el resto de la población.

De esta forma, mucho nos tememos que el retorno de Ciencias de la Educación a la ciudad se alargue en el tiempo e incluso se olvide en favor de un edificio construido en condiciones en el Campus de Puerto Real, donde hoy se ubica el centro de magisterio en precario. Está claro que si la propia dirección de la UCA considera innecesario este traslado, y más con el coste que ello supone, unos 40 millones de euros, las restantes administraciones implicadas en este proyecto, Junta, Diputación y Ayuntamiento, tendrán que replegarse y olvidarse de lo negociado hasta ahora.

La cuestión es que el futuro del edificio Valcárcel vuelve a quedar en el aire, cuando acaba de cumplir 20 años desde que se puso sobre la mesa el primitivo proyecto de su conversión en un hotel de lujo.

En abril de 2003, la Diputación Provincial, propietaria del inmueble, cerró el acuerdo de venta con Zaragoza Urbana, dueña ya en la ciudad del Hotel Playa. La compañía maña proyectaba transformar el edificio en un hotel de 5 estrellas, con un diseño con la firma de Rafael Moneo. Siete años más tarde, agotada por las disputas entre las administraciones por esta operación y la llegada de la crisis económica, la compañía tiró la toalla.

Y desde entonces, la nada. Se intentó con otras empresas hoteleras hasta que surgió la idea de acoger en el edificio la Facultad de Ciencias de la Educación, que se marchó a Puerto Real de forma provisional con el compromiso de retornar al Campus de Cádiz.

Lo que podía haber sido una noticia positiva: reforzar la apuesta universitaria de la ciudad y la recuperación de uno de sus edificio emblemáticos, acabó en años de disputa entre la Junta, la UCA y el resto de las administraciones sobre quién debía financiar su rehabilitación. Obra que fue aumentando en coste, hasta los 40 millones actuales, para un proyecto que, a fin y al cabo, no era más que aire.

Ahora, cuando se ha logrado un consenso sobre cómo pagar este proyecto, las dudas de los candidatos al Rectorado pueden ralentizar, parar o incluso anular, este proyecto.

Si, finalmente, el nuevo rector o rectora no quiere esta Facultad en Cádiz, asumiendo lo que en su momento diga la comunidad educativa que trabaja y estudia en Puerto Real, tal vez se pueda aprovechar para redefinir el uso de Valcárcel. Tras veinte años de espera, se puede agotar un poco más para clarificar qué necesita Cádiz en este complejo. E incluso recuperar la idea de un gran hotel de lujo, ahora que la ciudad tiene una proyección turística sustancialmente más importante que la que tenía en 2010, cuando Zaragoza Urbana dijo adiós al proyecto de Moneo, que ahí está guardado, dispuesto a ser recuperado.

En todo caso, sea lo que sea, y si la Facultad se desliga de Valcárcel está claro que habrá que actuar sobre el viejo Hospicio para evitar una degradación que acabe en ruina (como puede pasar con el vecino edificio del Náutico).

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