Zaragoza Urbana abandona el proyecto del hotel en Valcárcel

La promotora se retira debido a las dificultades económicas que sufre el sector hotelero · No descarta presentarse a un nuevo concurso "dentro de dos o tres años" si la situación financiera mejora

J. A. Hidalgo / P. M. Durio / Cádiz

06 de octubre 2010 - 01:00

Cádiz/No será en el 2012, ni en el 16, ni en el 20 como se había hablado hace apenas unas semanas. No será nunca porque, simplemente, no se va a construir. Zaragoza Urbana, promotora del hotel de lujo en el antiguo Valcárcel de Cádiz, ha trasladado a la Diputación su intención de rescindir el contrato firmado en 2003 con la institución provincial para convertir el antiguo Hospicio en un hotel de cinco estrellas. La empresa ha tirado la toalla tras agotar años y años de trámites burocráticos, complicados por un soterrado enfrentamiento entre la Junta y el Ayuntamiento sobre este proyecto, y, desde hace dos, por una crisis económica mundial que ha tocado de lleno las finanzas de las grandes cadenas hoteleras y de la que Zaragoza Urbana no ha podido librarse.

La intención de la firma, estrechamente unida a Cádiz, en la que gestiona el Hotel Playa Victoria, era aguantar y esperar a la llegada de mejores tiempos. Por eso, apenas el pasado mes de junio la misma empresa anunciaba en este diario que el inicio de las obras de conversión del viejo colegio en un hotel se retrasaba al periodo comprendido entre 2013-2016, con el objetivo de tenerlo listo entre 2017 ó 2020, según la evolución de las cuentas de la compañía y del propio sector.

Sin embargo, las cuentas finalmente no han salido. Zaragoza Urbana centra su actividad fundamentalmente en la capital maña. Allí tiene varios de los hoteles más lujosos de la ciudad; ha abierto recientemente un complejo, Aragonia, con locales comerciales, zonas de ocio, viviendas y otro hotel; y acaba de inaugurar su último centro, el Hotel Alfonso, de cuatro estrellas. Por si fuera poco, la compañía realizó un esfuerzo financiero muy importante para estar preparada de cara a la Expo del Agua que se celebró en Zaragoza recientemente. Esta inversión agotó sus posibilidades de afrontar operaciones de alto riesgo, como era la de construir un centro de lujo en Cádiz, con una inversión que podía rondar los 60 millones de euros, asumiendo el todavía limitado potencial turístico y económico de la ciudad.

No obstante, fuentes cercanas a la promotora indicaron que la firma estaría dispuesta a acudir a un nuevo concurso para la gestión del edificio "dentro de dos o tres años", si entonces la situación económica ha mejorado lo suficiente como para afrontar una nueva inversión millonaria. Mientras, se considera que éticamente la compañía no puede asumir acuerdos administrativos complicados de cumplir y reconoce la imposibilidad de un rápido desarrollo de este proyecto.

Si la tramitación burocrática hubiera cumplido los plazos previstos cuando en junio de 2003 se firmó el contrato de compraventa entre Zaragoza Urbana y Diputación, propietaria de la finca, el hotel ya estaría en funcionamiento pues al mismo se hubieran destinado los fondos que, por el retraso acumulado en la planificación urbanística, la compañía desvió a otras actuaciones. El complejo iba a contar con 180 habitaciones, zona de locales y de ocio, un gran aparcamiento subterráneo y un auditorio.

Fue el propio Sanz el que comunicó la decisión de rescindir el contrato al vicepresidente de la Diputación, Francisco Menacho. Ambas partes estaban estudiando desde hace unos meses ampliar los plazos que se habían fijado y que obligaban a empezar ya las obras de reforma del edificio. Además, se estaba estudiando la fórmula del traslado de la Escuela Provincial de Hostelería a la sede del Instituto del Rosario, para dejar así libre el complejo viñero. Aquí, la Diputación pedía una cantidad de dinero en la que no estaba de acuerdo la promotora privada, que, por si fuera poco, también ha tenido que lidiar con las reclamaciones financieras que ha planteado el propio Ayuntamiento de Cádiz para permitir el nuevo uso hotelero.

Francisco Menacho, reconocía ayer a Diario de Cádiz que la marcha atrás de Zaragoza Urbana en el proyecto de hotel en Valcárcel supone "una gran decepción". "Era una apuesta importante para la ciudad, con un proyecto realizado por un arquitecto de renombre. Iba a ser un revulsivo para la ciudad", comentaba Menacho al respecto, aunque se mostró comprensivo con la empresa promotora del proyecto, manifestando que desde Diputación "se entiende que no tenga recursos económicos suficientes para hacerlo ahora".

El vicepresidente tercero defendió la gestión realizada por la Administración provincial en referencia al proyecto de hotel en Valcárcel. "Hemos dado todas las facilidades posibles" a la empresa tanto en plazos como a nivel económico, explicó. Ahora, técnicos de Diputación y de Zaragoza Urbana concretarán la rescisión del contrato que firmaron en el año 2003.

Y tras este fuerte varapalo, el futuro del edificio situado frente a La Caleta parece estar más en el aire que nunca. Menacho asegura que la idea de Diputación es que siga siendo un hotel de cinco estrellas. Pero reconoce que la situación económica actual hace prácticamente inviable que el proyecto se pueda desarrollar a corto plazo. "La idea es volver a sacarlo a concurso en el momento en que la situación económica sea viable", afirmaba ayer Menacho, sin concretar plazo alguno. Eso sí, el responsable de Patrimonio de la Diputación comentó que se va a realizar un sondeo para ver si hubiera alguna empresa dispuesta a ejecutar el hotel de cinco estrellas en Valcárcel, en cuyo caso los plazos parece que se acortarían. "No sabemos si hay alguien interesado, pero creo que será muy difícil dada la situación económica actual", indicaba Menacho.

Zaragoza Urbana compró el Valcárcel por unos 9 millones de euros, cantidad que no se ha abonado en su totalidad. Ayuntamiento y Diputación acordaron en su momento destinar una parte de este dinero al barrio de La Viña, para mejorar su urbanización de cara a la apertura de un hotel de 5 estrellas.

Desde el Ayuntamiento de Cádiz se optó por no hacer comentario alguno ante el anuncio de la marcha de Zaragoza Urbana.

El hotel de lujo en Valcárcel iba a ser uno de los emblemas urbanos de la ciudad de cara a los actos del Bicentenario de 1812. Por su magnitud y los equipamientos previstos en el mismo estaba llamado a convertirse en la sede de los grandes dignatarios que visitarán la ciudad en octubre de 2012 con motivo de la Cumbre Iberoamericana.

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