Zona Franca y Cortadura, entre la eterna promesa y la esperanza

CÁDIZ, BARRIO A BARRIO

Históricamente, Zona Franca y Cortadura han sido las primeras tarjetas de visita de la ciudad para los que llegaban por carretera. La evolución de ambos enclaves ha ido claramente en sentidos opuestos. Así, mientras en Zona Franca iban desapareciendo naves y empresas, Cortadura iba cobrando vida y viendo crecer edificios y equipamientos.

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Al fondo, la promoción de viviendas de Plaza de Jerez y en primer plano, construcción de la rotonda donde estaba el antiguo puente de la Zona Franca
Diego Martínez

25 de abril 2023 - 06:00

Hasta hace escasos años, concretamente hasta que el 24 de septiembre de 2015 se inaugurara el nuevo puente de la Constitución, tanto la Zona Franca como Cortadura eran los dos únicos accesos a Cádiz por carretera y, por tanto, las únicas cartas de presentación de la ciudad. En definitiva, la primera impresión que iba a tener el visitante nada más llegar a la llamada Tacita de Plata, una definición muy alejada hoy en día de la realidad tanto por la deficiente limpieza de sus calles como por el estado de abandono que presentan numerosos espacios de la ciudad, como sucede por ejemplo en uno de los que hoy nos ocupa, la Zona Franca.

Cierto es que Zona Franca y Cortadura han evolucionado de manera desigual a lo largo de los años tras pasar por la Alcaldía PSOE (Carlos Díaz), Teófila Martínez (PP) y José María González (Por Cádiz sí se puede).

En el caso de Zona Franca, la evolución ha sido a la inversa de Cortadura. Mientras en el polígono industrial la degeneración ha ido in crescendo conforme iban desapareciendo industrias y empresas, el barrio de Cortadura ha ido cobrando vida con el paso de los años y mejorando, aunque de forma muy limitada, sus condiciones de vida.

Pero vayamos por partes. Arranquemos primero con el sabor agridulce que siempre nos deja Zona Franca. Un sabor agridulce que viene motivado por las eternas promesas incumplidas que sobre esta zona se vienen realizando desde tiempos inmemoriales, como los 5.000 puestos de trabajo prometidos por Teófila Martínez con la transformación de la Zona Franca, pero también por la esperanza que nos queda de que algún día se hagan realidad.

Antigua nave de Talleres Faro

Si echamos la vista atrás, recordaremos con anhelo cuando la Zona Franca estaba colmatada de pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas vinculadas al sector naval. Talleres Carpio, Navalips, Talleres Faro, Talleres Pastoriza, Talleres Narváez o Hierros Cervera eran buenos ejemplos de ello. Incluso a nivel comercial, Hiper Cádiz mantenía un alto poder de atracción para el gaditano.

Antiguo Hiper Cádiz que estaba situado a la entrada de la ciudad

Hoy en día, ninguna de ellas existe y lo único que quedan son naves en estado de absoluta ruina o simplemente solares vacíos sobre los que penden eternas promesas. Par más inri, estas promesas se topan con el hecho de que Zona Franca tan solo posee el 7,6% de su superficie y poner de acuerdo a tantísimos pequeños propietarios parece una quimeraponer de acuerdo a tantísimos pequeños propietarios parece una quimera que, a buen seguro, se va a dilatar décadas en el tiempo.

Pero, afortunadamente, no todo es negativo en el panorama de presente y futuro de Zona Franca. Muy al contrario, los pasos dados por el actual equipo gestor de Zona Franca, con Fran González (PSOE) a la cabeza, parecen ir por buen camino y se antojan ya como el principio del fin de la parálisis.

El primer ejemplo, ya en ejecución, es el proyecto Zona Base, donde la economía azul y la industria 4.0 van a tener protagonismo. Los avances son visibles ya y sólo queda que, luego, la ocupación por parte de empresas tecnológicas, respondan a las expectativas.

Obras de ejecución de Zona Base, el primer proyecto en firme de la nueva etapa de Zona Franca

El segundo gran proyecto con visos de realidad es el anuncio de construcción de 800 viviendas en el espacio que ocupaba Navalips y alrededores. Torre D’Arenas ya dejó claro hace solo unos años que vivir, incluso con lujo, a las puertas de la Zona Franca era posible. Hoy, los pisos están vendidos, habitados y con una reconocida franquicia funcionando en su bajo comercial.

Solar donde se ubicaba Navalips, en el que se han proyectado 800 viviendas

CORTADURA

La otra histórica tarjeta de visita de la ciudad ha sido Cortadura, un barrio que ha evolucionado en sentido opuesto a Zona Franca. Así mientras su vecino veía desaparecer naves y empresas para quedar convertidas en solares, Cortadura iba cobrando vida poco a poco con la construcción de nuevos edificios. Los Delfines o el edificio Alfa fueron algunos de los precursores de este crecimiento, pero el verdadero impulso de esta zona llegó con el derribo de la Fábrica de Cervezas Skol y la antigua cárcel provincial.

Esta circunstancia, unida en cierto modo a la posterior desaparición del puente de la Zona Francacomo consecuencia del soterramiento, permitió levantar una enorme promoción de viviendas en lo que hoy es la plaza de Jerez y, poco antes, el principal equipamiento deportivo cerrado de la ciudad, el pabellón Ciudad de Cádiz. El cambio radical de la entrada de la ciudad vino acompañado por una ampliación de la avenida, que pasó a contar en este tramo con cuatro carriles de entrada y tres de salida. A ello hay que unir también un proyecto anterior, el nudo de Cortadura, con un paso a distinto nivel, lo que puso fin a las enormes caravanas que se producían para entrar o salir de Cádiz.

Cortadura también vio crecer sus equipamientos en la zona de la antigua Telegrafía sin Hilos. Una zona verde, pistas deportivas, locales para entidades y asociaciones e incluso un amplio parking cubierto, además del Pabellón Ciudad de Cádiz y numerosos pequeños comercios, conviertieron una zona casi aislada del resto de Cádiz en un barrio más de la ciudad con todo tipo de equipamientos, a excepción de un centro de salud.

La nueva plaza de Telegrafías trajo numerosos equipamientos para el barrio de Cortadura

Sin embargo, en estos últimos años la zona ha ido degradándose a pasos agigantados. Los espacios deportivos de la antigua Telegrafía llevan años abandonados, la antigua Lonja y sus aledaños presentan un aspecto cada vez más deplorable y de Cortadura hasta el Chato parece no existir para ninguno de los equipos de Gobierno que han pasado por el Ayuntamiento, cuando aquella prolongación de Cádiz podía ser un paseo envidiable.

Otra carencia importante de Cortadura es el aislamiento al que se ha visto sometido la zona al no haberse prolongado el soterramiento hasta la entrada de Cádiz. Las nuevas viviendas sociales que se están levantando en el solar del antiguo Matadero, al igual que sucede con las ya construidas y habitadas desde hace unos años, se han quedado encajonadas entre la plaza de Jerez y la vía férrea, recordando lo que ya sufrieron algunos barrios de Cádiz antes del soterramiento.

Los nuevos edificios del antiguo Matadero han quedado encajonados entre Plaza Jerez y la vía férrea

Queda la esperanza de que en el futuro desaparezcan las barreras entre Zona Franca y Cortadura y se abran nuevas posibilidades para ambos enclaves.

Lo mejor

Ambiciosos proyectos de futuro

Señalar lo mejor de ambos barrios hoy es tarea harto complicada, porque en ambos enclaves prevalecen las carencias sobre las virtudes. Sin embargo, lo mejor de ambos enclaves parece ser el futuro, más que el presente. En Cortadura, lo mejor sigue siendo el haberse convertido en un barrio residencial de primer nivel por su comercio local y su equipamiento, aunque sigan faltando algunos primordiales, como un centro de salud. En cuanto a Zona Franca, el actual equipo gestor que encabeza Fran González ya ha demostrado que es posible un futuro digno para este espacio. La Zona Base y la anunciada construcción de 800 viviendas deben ser los primeros pasos de un largo camino.

Lo peor

Una tarea que quedó a medias

Más allá del estado que presentan numerosas zonas de ambos enclaves, con calles en lamentable estado de conservación e incluso de limpieza, con aceras levantadas y con construcciones abandonadas en el caso de Zona Franca, lo peor de los dos espacios que abre esta serie de Cádiz, barrio a barrio es, sin lugar a dudas, el aislamiento que están sufriendo por el hecho de no haberse prolongado el soterramiento hasta poco más allá de Cortadura. Separadas físicamente por solo unos cuantos metros, la realidad dice que cada una vive de forma independiente sin poder beneficiarse de su vecino más cercano. Las sinergias son imposibles por el obstáculo que supone la vía férrea.

Las claves del barrio

Nuevos vecinos

Las promociones de nuevas viviendas en el antiguo solar de Matadero han colmatado aún más uno de los barrios que más ha crecido en número de viviendas en los últimos años. La promoción de la Plaza de Jerez fue clave en su desarrollo.

Un polígono industrial sin industrias

Cádiz no ha podido presumir nunca de grandes industrias por su limitado suelo, pero al menos hace años había en el suelo industrial de Zona Franca numerosas empresas vinculadas principalmente al sector naval, que hoy ya no existen.

Equipamientos que caen en el olvido

Cortadura está sufriendo algo ya habitual en el resto de la ciudad desde hace años, el abandono de equipamientos y el escaso mantenimiento de los existentes.Las pistas de Telegrafía o la Lonja de Frutas son dos buenos ejemplos de ello.

Un proceso demasiado lento en el tiempo

El futuro del polígono exterior de Zona Franca no se va a resolver en décadas, por muchas promesas que se hagan y mucha voluntad que se ponga. Ni hay modelo claro de futuro ni resulta fácil poner de acuerdo a tantos propietarios.

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