Zornoza y los díscolos

Obispado de Cádiz

El canónigo Rafael Vez muestra en las redes sus críticas a la gestión económica del Obispado y el “trato vejatorio” a sacerdotes y trabajadores

El obispo diocesano, Rafael Zornoza, en la Sala de Juntas del Seminario diocesano.
El obispo diocesano, Rafael Zornoza, en la Sala de Juntas del Seminario diocesano. / Lourdes De Vicente

Definitivamente el obispo diocesano, Rafael Zornoza, tiene un problema en su gestión. Y lo tiene dentro. Cada cierto tiempo se airean críticas a su labor al frente de la diócesis o al equipo que él eligió y mantiene al frente de áreas (especialmente la económica). Y el último ejemplo ha llegado de manos nada menos que de un canónigo, Rafael Vez Palomino, sacerdote isleño que no ha dudado en hacer pública en las redes sociales su desacuerdo con la gestión económica del Obispado a través de un duro escrito.

Rechaza Vez que la diócesis esté saneada económicamente en estos momentos, como ha defendido recientemente el ecónomo diocesano, Antonio Diufaín (también sacerdote de San Fernando). Y critica duramente las actuaciones que el Obispado está llevando a cabo en los últimos tiempos con sacerdotes y trabajadores.

“He visto llorar a familias humildes y trabajadoras, gente buena, que lo han perdido todo. He visto el trato vejatorio dado a los trabajadores del Obispado, Cáritas y algunas parroquias, personas, a la hora de despedirlos. He visto llorar a jóvenes y mayores injustamente, sin comprender actuaciones. He visto familias destrozadas y en la ruina”, afirma el canónigo en el escrito, asegurando haber visto también “cómo el ansia de dinero ha campado a sus anchas” por el Obispado. “He visto cómo se sangra a las economías de las parroquias, que a duras penas se sostienen. He visto cómo se deniegan ayudas a unos pero a otros no”, añade, lamentando las “profundas heridas abiertas” que esa gestión económica está dejando en la Iglesia gaditana.

Llega a afirmar Vez que en la diócesis acampa “en estos últimos tiempos el miedo, el silencio, la constante sospecha, el desprecio”, con un Obispado demasiado preocupado en “el control férreo a todo lo que se hace, el buscar información por detrás, por la espalda, con decretos, cuestionando la honradez y la confianza puesta en muchos”.

“Una economía que no se pone al servicio del hombre no es sana. Cuando se coloca en el vértice los beneficios de la empresa y se olvida a la gente que forman parte de ella, esa economía no es sana. Cuando la Iglesia se maneja con los dictámenes de una empresa pura y dura olvida lo ensencial, que ella es una familia. Lo importante no son los beneficios, sino las personas que la componen. No soy un iluso al pensar que el dinero no es necesario para nuestra labor, pero más importantes son las personas, por ellas apostó siempre Jesús de Nazaret, aunque ello le supusiera pérdida”, expresa este sacerdote, que teme que más que una diócesis saneada –como afirma el ecónomo– en la actualidad sea una diócesis “que necesite curación”. “El daño que se ha hecho a las personas sencillas y buenas, o incluso necesitadas de mejora, tardará en cicatrizar muchos años; y el dolor que se ha infligido en los humildes marcará su corazón para siempre”, asevera.

El duro escrito contra la gestión de la diócesis finaliza con una llamada a “parar todo esto”. “Nos han robado la ilusión y la esperanza, sembrando miedo y desconfianza, pero estoy convencido de que no nos robarán la libertad”, concluye el maestro de ceremonias de la Catedral de Cádiz.

Esta circunstancia ha tenido eco ya, de nuevo, en la prensa nacional, donde hace unos meses ya se puso de manifiesto el supuesto rechazo de una serie de sacerdotes a la labor de Zornoza en la diócesis enviando incluso un escrito –aseguraba el periódico Religión Digital– al Vaticano informando de las situaciones que se vienen produciendo. En aquella ocasión, la situación llegó a tal extremo que el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, tuvo que salir en defensa de Zornoza en una entrevista concedida en la televisión andaluza en la que calificó como “injusta e infundada” lo que consideró una campaña en contra del obispo de Cádiz y Ceuta.

El que fuera director de Cáritas agradece a Rafael Vez sus críticas tras “años de abuso de poder” en la Iglesia diocesana

Sea o no una campaña más o menos orquestada, lo cierto es que son varias las voces críticas que desde que tomara posesión en 2011 han marcado la labor de Rafael Zornoza al frente de la diócesis. Unas veces más soterradas, otras veces anónimas y las menos de manera explícita, el obispo se ha visto envuelto en diversas polémicas que lo han señalado directamente a él.

Una de las más sonadas fue la destitución del que fuera director de Cáritas entre octubre de 2013 y agosto de 2014, Juan Luis Torrejón. En diversas ocasiones ha mostrado públicamente su rechazo al obispo este voluntario, que al hilo de la polémica desatada por Rafael Vez ha querido insistir públicamente –según informaba ayer José Manuel Vidal en Religión Digital– en el rechazo a la gestión actual de la Iglesia de Cádiz. “Ya era hora de que algún sacerdote hablara, porque son ya años de abuso de poder en la Iglesia diocesana y de silencio de todos los curas, todas las monjas y muchos laicos”, lamenta Torrejón, que se muestra dolido porque Zornoza “me destituyera de mi cargo de director diocesano de Cáritas por no dejarle gastar el dinero de los pobres en otras cosas” y por “el silencio cómplice de la Iglesia” ante la situación que él denuncia.

Nueva polémica, por tanto, que evidencia que Rafael Zornoza también ha encontrado díscolos en estos años que lleva ejerciendo como obispo de Cádiz y Ceuta.

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