A punto de salir a flote el pecio del siglo XVII de aguas de Cádiz: las fases de una operación única
Un grupo de buzos izará en estos días el pecio del fondo marino, justo antes de ser depositado en el muelle 5 de Navantia para su estudio por parte del CAS
Autoridad Portuaria afronta estos trabajos que han sido calculados al milímetro
En busca de la historia del primer pecio de España que se extraerá de aguas de Cádiz
El gran navío del siglo XVII que venía cargado de las Américas y que por algún motivo que se desconoce se hundió frente al puerto de Cádiz está a punto de salir a la superficie. En estos momentos, un equipo de buzos se encuentran en la Fase 4 del ambicioso proyecto que es inédito y hasta ahora único en España, que justo se centra en el traslado del pecio al muelle a través de la estructura habilitada para ello. Pero para ejecutar toda la operación sobre los restos de este barco -que pudo tener unos 20 metros de eslora por 7 u 8 metros de manga y del que se conserva la parte inferior-, han tenido que seguir un calculado procedimiento que han dividido en seis fases.
Fase 1: dragado del pecio
Ha consistido en retirar el fango que durante los últimos doce años se ha depositado sobre el pecio bautizado como Delta 1 -pues ya fue trasladado una vez-, a través de unas dragas manuales que actúan como una gran aspiradora. "El pecio está ahora mismo a unos seis metros de profundidad, pero la visibilidad es prácticamente nula, por lo que los buzos limpiaron el pecio prácticamente al tacto, colocando cabos y barras en los alrededores del navío para sí poder orientarse y realizar el trabajo de forma ordenada y óptima", cuenta Eloy Sanza, Jefe de Departamento de Infraestructuras-Obras II de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), que es la institución que afronta los trabajos de traslado por una partida de 639.885 euros, para su estudio y así continuar las obras de la nueva terminal de contenedores
Realizado este trabajo, se han dragado los alrededores del barco para recuperar los extremos de las cinchas que lo sustentan y la zona donde, sobre bloques de hormigón, descansará la estructura auxiliar mientras se conectan las cinchas, un proceso estudiado al milímetro, y que en cuestión de muy poco tiempo dejará la estructura que sobrevive del barco a flote. Un gran navío que se realizó a través de un sistema constructivo atlántico, propio de la que sería una embarcación potente y fuerte.
Según Eloy Sanza, uno de los puntos dificultosos ha sido justamente la colocación de estos bloques de hormigón por parte de los buzos para que todo coincida, "y que con esta posición precisa se pueda colgar el pecio y se mantenga estable sobre los bloques de hormigón para garantizar la seguridad de los restos de embarcación y los buzos".
Fase 2: Preparación de la estructura que lo izará
La estructura auxiliar que se usó en 2012 es la misma que hace unos días se sumergió bajo el agua en busca del pecio que tendrá que transportar. Antes se ha comprobado y puesto a punto con los nuevos requerimientos de sus restos como es el peso, que se ha calculado estimando la densidad de la madera saturada de agua, con lo que se ha reforzado, resanado y pintado, para ayudar a los buzos en su orientación bajo el agua.
Con el cálculo del peso de lo que queda de navío también se ha dimensionado los flotadores que van a izar el barco y las grúas que deben sacarlo fuera y llevarlo al muelle.
Fase 3 y 4: El traslado de la estructura y del pecio al muelle
Con la estructura ya dentro del agua desde la semana pasada, se han fijado flotadores a ella, que se han inflado para que quede colgada de los mismos, y soltado las grúas en ese justo instante, "procediendo a remolcar la estructura flotante mediante un barco auxiliar hasta la zona del pecio, explica el Jefe de Departamento de Infraestructuras-Obras II de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC)
Llegados a este punto, la estructura se ha colocado en posición para que los buzos cuelguen el pecio de ella con las cinchas recuperadas. Y este es justo el apasionante momento actual, en el que se hincharán de nuevo los flotadores principales "para levantar el conjunto de la estructura y el pecio del fondo marino", teniendo siempre en cuenta las condiciones de la marea y el calado en cada momento, "y procediendo a su movimiento hasta el muelle número cinco", en lo que ayudará una embarcación para su remolque.
Fase 5: Izado y colocación del pecio: El momento más espectacular
Cuando el conjunto de la estructura con el pecio a bordo esté flotando junto al muelle se limpiará para eliminar posibles restos de fango. Posteriormente los buzos engancharán los cables de la grúa y, una vez asegurada, soltarán los flotadores "transfiriendo el total de la carga a las grúas, de unas 300 toneladas cada una". Una vez fuera del agua los restos de la embarcación, las grúas lo colocarán en el muelle sobre unos sacos terreros sobre una explanada de arena previamente preparada imitando la parte inferior del pecio para que este gesto sea lo más suave posible. Ya solo faltará soltar las cinchas y retirar la estructura y se colocará una carpa sobre el pecio que permita su estudio.
Fase 6: El CAS estudia y desmonta el pecio
Tal y como narró la jefa del Centro de Arqueología Subacuática (CAS), Milagros Alzaga, una vez que el pecio esté dentro de la carpa, se mantendrán las condiciones de humedad de la madera en instalaciones preparadas por los arqueólogos del CAS. Serán ellos los que tomen el relevo de estos trabajos, procediendo al desmontaje de las maderas, de lo que podrán extraer una valiosísima información sobre el material concreto con el que fue construido el barco, cómo se unían las piezas, el orden de construcción, posibles medios auxiliares, etc. Una vez desmontadas las maderas, se fotografiarán, escanearán en 3D y se etiquetarán antes de ser colocadas en pequeñas estructuras metálicas que serán de nuevo devueltas al fondo de la Bahía para su preservación en el medio con el que ha convivido los cuatro últimos siglos.
Lo que sabemos y lo que se descubrirá del navío del XVII
Junto a los restos de estructura naval excavados en 2013 aparecieron otra serie de materiales que brindaron datos relevantes de la cronología. Se trata de 27 cañones de hierro fundidos en Suecia, 22 lingotes de plata alargados y en torta procedentes de las minas del alto Perú (actual Bolivia) con marcas de la orden real de 1651; también se localizó una campana con la leyenda 'Jesús, María y José' datada en 1751, aparte de cerámicas, vidrio, liendreras, suelas de zapatos o huesos de animales que sirvieron para contextualizarlo.
Pero lo más importante en esta investigación que afrontarán los técnicos del CAS será "descubrir cómo se construían los barcos en el siglo XVII, pues no tenemos conocimiento, salvo una serie de órdenes, que son unos documentos donde se explica el calado que debían tener, la longitud máxima o los sistemas de clavazón, pero no cómo era la construcción", según avanzó en la rueda de prensa de presentación de estos trabajos Alzaga.
De forma paralela se va a afrontar la investigación documental con el objetivo "de saber el nombre del barco, que aunque es difícil hay que intentarlo, pues incrementará el conocimiento de su historia, nos permitiría saber dónde ha sido construido, cómo ha sido su vida útil, que hacía en el puerto de Cádiz y cómo se hundió".
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