La actividad en los tajos del segundo puente se reduce casi al mínimo

Dragados ha iniciado el mes de septiembre con la reducción casi al mínimo de la actividad en los tajos del segundo puente. En la mañana de ayer no había ni un sólo operario en la zona de Puerto Real en el hormigonado de las vigas del tramo de Puerto Real, donde hasta los últimos días había más trabajadores. Ayer estaban incluso cerrados los accesos a esos tajos. Por su parte, en el tramo atirantado apenas se podía ver unos cuantos trabajadores.

Dragados ordenó hace unas semanas la paralización de la obra del segundo puente hasta que no se llegara a un acuerdo con el Ministerio de Fomento para abonar los modificados que ha sufrido el proyecto, a pesar de que la obra ya está por los 470 millones de euros, prácticamente 200 millones más de lo que se adjudicó hace siete años.

A Dragados le asiste la ley y puede proceder a esta paralización de los trabajos de manera unilateral hasta que no se llegue a un acuerdo, algo que incluso la alcaldesa de Cádiz señaló que era una medida de presión por parte de la adjudicataria de la obra.

A todo esto se le añade que las factoría sevillanas de Tecade y Mebusa , donde se construyen las estructuras que conforman el tramo atirantado, han parado su producción después de recibir una orden de Dragados.

El Ministerio de Fomento, mientras tanto, sigue sin tener constancia oficial del parón de las obras en el segundo puente, algo que lleva haciendo desde que se empezó a palpar que las obras estaban disminuyendo su actividad.

Lo que sí es una realidad es que la producción de 20 dovelas que faltan hasta alcanzar las 61 de las que consta el tramo más visible el viaducto, está detenido.

Hasta que Fomento y Dragados no se pongan de acuerdo sólo se iba a trabajar hasta llegar a las pilas 11 y 14, a las que les quedan unas pequeñas dovelas en cada sentido. Una vez que estén soldadas y los tirantes fijados convenientemente, este tajo también puede quedar paralizado.

La idea que tenía la empresa que ejecuta las obras es la de intentar dejar el tramo atirantado los más equilibrado posible para que la estructura sufra lo mínimo.

La reducción de los trabajos llega en un momento vital, ya que el buen tiempo es cuando se aprovecha para realizar un mayor avance en la obra. Así, la idea que tenía el Ministerio de Fomento es que a lo largo del próximo otoño pudiera estar prácticamente listo casi todo el tablero.

Sin embargo, con este nuevo escenario y con la posibilidad de que las negociaciones entre Dragados y Fomento se puedan alargar todavía en el tiempo, el plazo de finalización de la obra volverá a alargarse en el tiempo y como mínimo ya se plantea el año 2016, cuando tendría que haber estado finalizado en 2011.

Y es que una vez que esté hecha toda la estructura, a ello habrá que sumarle un mínimo de otros seis meses para la instalación de todos los servicios que complementan esta infraestructura, es decir, el suministro eléctrico, saneamiento, la instalación de las pantallas de protección ante el viento y la señalización horizontal y vertical, entre otras cuestiones.

Una vez que esté completamente listo hay que proceder al proceso de comprobación de que todo está bien, especialmente el que la estructura pueda soportar un peso de miles de vehículos diarios. Eso también lleva su tiempo, lo que hará que la infraestructura no pueda estar lista como mínimo hasta el año 2016.