La falta de profesores afectará a determinados estudios de la UCA en apenas una década

La Universidad de Cádiz inicia hoy de forma oficial el curso académico. El final de las restricciones por la pandemia ha vuelto a normalizar la celebración de las clases presenciales, iniciadas el pasado 22 de septiembre, a la vez que ha dejado como herencia el aprendizaje de la necesaria mejora de la digitalización y de la enseñanza virtual.

Comienza también un curso esencial en materia de infraestructuras en sus cuatro campus, pero sobre todo en la clarificación del futuro de la Facultad de Ciencias de la Educación y su retorno, o no, a Cádiz para ubicarse en el viejo Valcárcel. El próximo lunes habrá una reunión en Sevilla con todas las administraciones implicadas en este proyecto para aclarar si hay disposición para que salga adelante este plan.

Pero más allá de ello, la UCA afronta un grave problema de personal que se repite en todas las universidades públicas de España, e incluso en otros estados de nuestro entorno: la jubilación a corto plazo de un elevado porcentaje del profesorado y la dificultad por atraer enseñantes de prestigio a la universidad pública ante la falta de fondos para poder competir con las empresas privadas.

"Hay un grave problema de relevo generacional y de atracción de profesores en determinadas profesiones que tienen una componente laboral muy alta", destaca Francisco Piniella, rector de la UCA en una entrevista mantenida este miércoles con Diario de Cádiz.

Es un problema que se está viendo ya en estudios como Matemáticas, Ingeniería o Medicina, todos ellos espacios de conocimiento que tienen una fácil y más rentable salida laboral en el sector privado, frente a las limitaciones económicas de las universidades. La situación resulta grave hasta el punto que Piniella advierte que "en una década tendremos problemas en determinadas titulaciones". En el caso de Medicina, la propia Consejería de Universidades ha puesto en marcha un plan de becas, denominado ‘María Castellano’, para atraer a profesionales de los centros sanitarios interesados en dar clases.

Piniella, en todo caso, está a la espera de ver el contenido de la Ley Orgánica del Sistema Universitario, "para que nos permita tener autonomía a la hora de buscar fórmulas para realizar contrataciones".

En el plano de la investigación, la UCA ya ha avanzado con un plan de apoyo a investigadores de excelencia, con 32 contratos ya cerrados. "Se trata de potenciar la excelencia dentro de un marco altamente competitivo", pues las universidades se mueven en los ranking internacionales en función de las investigaciones que realizan.

Aquí, poco a poco, la UCA ha gestionado 10 millones de euros en diversos proyectos de investigación, una cifra muy alta teniendo en cuenta que es una universidad mediana en el conjunto nacional, aunque con un alumnado cuyo número de afianza cada curso. Para ello ha ganado con 94 proyectos presentados en concurrencia pública. A todo ello se le une que el último ejercicio ha cerrado con 236 patentes, lo que supone un récord en su historia. "Tener patentes es muy valorado porque es el ejemplo claro que el trabajo que se realiza se puede aprovechar ya por parte de las empresas", destaca el rector.

A pesar del sobrecoste que ha tenido la pandemia, y que ahora tiene el incremento del coste de la energía (se ha pasado de una factura anual de 1,2 millones a 2,6 millones, lo que va a provocar la puesta en marcha de un plan de ahorro energético), se ha cumplido en compromiso del programa electoral centrado en la estabilización laboral en la institución académica.

"En estos tres años hemos dado grandes pasos en la reducción de la precariedad", se ha promocionado a 103 catedráticos y profesores titulares, y hay pendiente 36 más; al igual que 192 nuevos contratos en el personal docente laboral.

También se ha avanzado de forma espectacular en la reducción de la temporalidad en los servicios administrativos, que han pasado del 29% de las plazas al 10%