El alcalde de Cádiz reafirma la intención de vender el Campo de las Balas para uso hotelero
El primer edil recordó que esta operación “nos permite abrir una puerta a Valcárcel"
Bruno García mantuvo en la tarde del lunes una reunión con la plataforma que defiende el uso público de la zona
Manifiesto en Cádiz por un Campo de las Balas público, cultural, verde o deportivo, pero sin hotel
El alcalde de Cádiz, Bruno García, ha reafirmado en la mañana de este martes la intención municipal de vender los terrenos del Campo de las Balas para uso hotelero, después de la reunión mantenida en la tarde del lunes con la plataforma que defiende el uso público de esta zona junto al mar y ubicada entre el Castillo de San Sebastián y el Parador Atlántico. El primer edil recordó que esta operación “nos permite abrir una puerta a Valcárcel. Este ayuntamiento tiene que buscar financiación. Y nuestra propuesta me parece que es mejor que no enajenar esos terrenos”.
“Vuelvo a decir que lo que hay actualmente es un parking privado, en el sitio más maravilloso del mundo, y que ningún ciudadano puede ir salvo que vaya con el coche y aparque. Y lo que se va a plantear es hacer un hotel donde estaba planteado hace 12 años, donde el gobierno anterior quiso hacer también un hotel y que además generará un espacio público para pasear. Encaja perfectamente con la ciudad y encaja porque nos permite dar un paso con Valcárcel”, expresó recordando que lo generado por la venta de los terrenos se usaría para ayudar a financiar el proyecto universitario del traslado de Ciencias de la Educación a Cádiz.
García insistió en que intenta “generar progreso para Cádiz y que el espacio del Campo de las Balas, que ahora es la nada, como Náutica y Valcárcel, genere posibilidades viables para tener algo bueno en todos los sitios”. “Y lo vuelvo a decir aquí para que quede bien grandote: Quiero algo público para Valcárcel y con la Universidad”, recalcó.
Sobre el encuentro mantenido con la plataforma del Campo de las Balas precisó que “nos pareció muy interesante, constructiva y amable la conversación, por los matices que nos plantearon. Y muy agradable. Creo que a ellos les gustó hablar con nosotros, en el sentido de que no somos estáticos. Se puede seguir dialogando”.
Quiso, por último, dar un toque a la oposición que le acusa de no dialogar. “Es difícil ser más dialogante. Me reúno con cualquier plataforma y por supuesto la escucho. El que me acusa de no dialogar acaba de pactar conmigo un presupuesto con una abstención. No debo ser tan poco dialogante como dicen”.
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